¿Es recomendable inocular la cuarta dosis contra la covid con las vacunas actuales o es preferible esperar a las nuevas?

Archivo - Arxiu - Una persona rebent la vacuna contra la covid
Una persona recibe la vacuna contra la covid
GVA
Archivo - Arxiu - Una persona rebent la vacuna contra la covid

Desde que su primera versión apareció a finales de 2019 para revolucionar la vida de todo el planeta, el coronavirus no ha dejado de mutar y, con él, lo han hecho también los protocolos relacionados con la covid-19. Entre ellos, las directrices sobre la administración de la vacuna -número de inyecciones, población diana, plazo entre pinchazos...- han experimentado desde el inicio un cambio casi constante. Ahora, la Unión Europea ha rebajado a 60 años la edad para recibir la cuarta dosis, antes establecida en 80, y ha sembrado la duda: ¿es preferible inocular ya los sueros actuales o esperar a la llegada de los nuevos, previstos para otoño?

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) adoptó el pasado lunes esta decisión ante el avance de la última ola de coronavirus, provocada por los sublinajes de ómicron BA.4 y BA.5, y el consiguiente aumento de la tensión en los hospitales de todo el continente. Lo mismo acordó la Comisión de Salud Pública en España, aunque no fijó una fecha para su implantación. Esta indicación llega mientras las farmacéuticas se afanan en adaptar sus vacunas actuales, basadas en la variante original del SARS-CoV-2, a las nuevas versiones dominantes del virus, que escapan a la inmunidad natural y a la inducida por las fórmulas inoculadas ahora.

Para crear sus nuevos productos, las principales firmas están trabajando con la ómicron original (BA.1), lo que despierta una segunda incertidumbre: ¿serán efectivos estos sueros contra las versiones actuales del virus, que son ya diferentes? La portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) María del Mar Tomás se muestra optimista y considera que pueden proteger más frente a las variantes pertenecientes a su mismo linaje, como la BA.4 y la BA.5, aunque partan de una distinta.

¿Qué está haciendo cada farmacéutica?

En esta carrera por dar con la vacuna ideal, Pfizer está trabajando en dos preparados: uno monovalente creado a partir de la ómicron primitiva y otro bivalente (o híbrido) generado en base a dicha variante y a la original de Wuhan. Hasta la fecha, los ensayos de laboratorio preliminares son esperanzadores: los nuevos compuestos desencadenan "una respuesta inmune sustancialmente superior contra la BA.1 respecto al preparado actual de la compañía". La primera llega a multiplicar por 20 la cantidad de anticuerpos y la segunda, por 11. 

La protección también sube frente a las variantes BA.4 y BA.5, aunque en menor medida (la mejora se divide por tres). Son los datos divulgados por la empresa a través de un comunicado publicado en su página web, en el que afirman que los investigadores continuarán recopilando datos durante las próximas semanas para avanzar en este sentido.

También Moderna se ha esforzado en obtener unas vacunas eficaces contra las versiones hegemónicas del SARS-CoV-2 en estos momentos. Para lograrlo, está desarrollando dos sueros bivalentes basados en la variante primigenia y otra más: uno la combina con la ómicron BA.1 y el segundo, con la BA.4 y la BA.5. La primera ya ha demostrado una producción de anticuerpos "significativamente superior" ("ocho veces") a la generada por el preparado actual de la marca. La segunda, algo más retrasada, se está desarrollando "de acuerdo con las recientes recomendaciones de la FDA".

Ambas firmas confían en tener listas sus nuevas vacunas para otoño, cuando regresarán el frío y la vida social en lugares cerrados y, con ellos, un posible repunte de los casos. No obstante, Moderna ya ha advertido de que su compuesto bivalente basado en la BA.4 y la BA.5 llegará probablemente más tarde, debido a la reciente aparición de estas variantes.

¿Conviene vacunar a la población ya o esperar?

En este escenario, los expertos no se ponen de acuerdo sobre la conveniencia de vacunar ya a la población de más de 60 años, y algunos ven preferible esperar a la llegada de los sueros actualizados. "Desde la SEIMC, creemos que Europa tiene razón al tomar esta decisión. Las personas de esa edad pueden infectarse varias veces de aquí a otoño, y eso aumenta el riesgo de hospitalizaciones", argumenta Tomás, que ejerce como microbióloga en el Hospital de A Coruña.

"Las variantes circulantes son leves en inmunocompetentes, pero están atacando a personas que tienen comorbilidades y patologías de base. Las vacunas actuales aumentan los anticuerpos neutralizantes y las protegen de la enfermedad grave. Con eso, tienen una barrera que va a durar dos o tres meses y, aunque no es la ideal, les dará fuerza de aquí al otoño", señala.

Menos convencido se muestra el inmunólogo y catedrático de la Universidad de Valladolid Alfredo Corell, que mantiene que las cuartas dosis "no tienen urgencia en este momentos", salvo para personas inmunocomprometidas. De hecho, defiende la necesidad de caminar hacia una medicina personalizada, que permita discriminar quién debe recibir el segundo pinchazo de refuerzo.

"Las vacunas actuales aumentan los anticuerpos neutralizantes y protegen a los mayores de la enfermedad grave. Con eso, tienen una barrera de dos o tres meses y, aunque no es la ideal, les dará fuerza de aquí al otoño"

"Es absolutamente innecesario vacunar entre 60 y 80 años con una cuarta dosis, cuando sabemos que esta vacuna no protege de pasar la enfermedad leve. Evita los casos graves y las hospitalizaciones, pero esa cobertura ya la tienen las personas con dos o tres dosis y quienes han recibido dos pinchazos y han pasado la infección. Una cuarta inyección con la original no tiene sentido, salvo la urgencia del inmunocomprometido. En general, ese no es el caso de la gente en esa franja de edad", añade.

En la misma línea se expresa José Antonio López Guerrero, profesor titular de microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), que tampoco ve necesaria una cuarta dosis para mayores de 60, salvo en el caso de los vulnerables, y apuesta por aguardar a los compuestos actualizados. "Hay incluso estudios que no ven claro que insistir con la vacuna de Wuhan no acabe teniendo problemas de una inmunotolerancia desaconsejable", apunta.

"Inocular a los mayores la vacuna de Wuhan antes de que termine el verano, antes de que lleguen las nuevas, puede ser a la larga contraproducente. En otoño empezará otra vez el frío, el momento más propicio para que puedan darse más casos, y esas personas tendrán una respuesta inmune adaptada a un virus que ya no existe. Todavía vemos que los hospitales aguantan, la inmunidad sigue siendo aceptable", sostiene, al tiempo que agrega que la llegada de los nuevos preparados "es cuestión de semanas".

¿Qué pasa con Hipra?

Además de las de Pfizer y Moderna, la farmacéutica española Hipra también ha desarrollado una vacuna híbrida, basada en una plataforma de recombinación de proteínas de las variantes alfa y beta. Su autorización por parte de la EMA, que la estudia desde el pasado 29 de marzo, debería llegar "en poco días", según anunció la ministra de Ciencia, Diana Morant, hace poco más de una semana.

"No sé hasta qué punto Hipra tiene capacidad de actualizar su formulación. Está pensada para unas variantes previas a la ómicron, pero puede ser un buen refuerzo para personas que se pudieron ver infectadas por la de Wuhan o que tenemos ya muy lejana en el tiempo la vacuna", subraya López Guerrero.

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