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Sánchez y Aragonés pactan convocar la mesa de diálogo la última semana de julio en Madrid

La 'agenda del reencuentro' sigue su marcha. El Gobierno y la Generalitat de Cataluña celebrarán una nueva reunión de la mesa de diálogo la última semana de julio. La cita, que será la tercera de este estilo, se producirá en Madrid, según han pactado en la reunión que han mantenido esta mañana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, aunque ninguno de los dos acudirá a una cita a la que sí están llamados también los socios minoritarios de las dos coaliciones: Unidas Podemos y Junts. La última mesa de diálogo se celebró en Cataluña en septiembre de 2021 y dio como frutos el acuerdo sobre la ampliación del aeropuerto de El Prat, que terminó siendo infructuoso.

"Ambos han acordado que la mesa se reúna en la última semana de julio", ha asegurado la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, que ha comparecido posteriormente para dar cuenta de la evolución del encuentro. La reunión ha durado algo más de una hora y media y, según su versión, se ha desarrollado en un "ambiente positivo, correcto desde el punto de vista de la recuperación de la normalidad de lo que tiene que ser una buena relación entre ambas administraciones".

Eso sí, no han cerrado ni el día exacto -"pendientes de la agenda de ambos equipos"- ni el lugar donde se producirá, más allá de que la mesa se reunirá en la capital española. Lo que sí está claro es que ni Sánchez ni Aragonès estarán presentes en el encuentro: "Los presidentes ya han hecho su trabajo hablando hoy, ya han tenido la oportunidad de verse", ha despachado la ministra. A quien sí llaman a estar presentes en la mesa es a miembros de Unidas Podemos y de Junts, que son los partidos minoritarios de las coaliciones que dirigen el PSOE y ERC.

Fuentes de Moncloa recuerdan que la vicepreisdenta segunda y líder del espacio morado, Yolanda Díaz, ya acudió al último encuentro, que se produjo hace poco menos de un año. Entonces quien no se presentó fue Junts, que apuesta por una senda más rupturista con el Gobierno, a diferencia de ERC, que pese a tensar la cuerda sigue siendo una muleta de la coalición en el Congreso. Ha sido precisamente en la Cámara Baja en la que, esta semana, la formación independentista ha rebajado las expectativas de que se sienten a dialogar. La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, rechazó la invitación de Sánchez y dijo que solo se sentarían "en un proceso de negociación real".

Pegasus, por encima; Puigdemont, nada

La visita de Aragonès a La Moncloa entierra definitivamente -al menos, por ahora- la polémica sobre Pegasus, en referencia a las escuchas legales realizadas por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a líderes independentistas que terminó costándole la cabeza a la directora de la inteligencia española, Paz Esteban, como gesto del Gobierno con ERC. Apenas un periodista ha preguntado por la cuestión en la rueda de prensa, a lo que la portavoz ha contestado asegurando que sí se ha tratado en la reunión pero que "no ha habido ningún cambio de posición".

De lo que no han hablado, o así lo ha asegurado Rodríguez, es del dictamen del abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Publicado esta semana, concluye que la Justicia belga no puede rechazar la entrega de los procesados por el proceso independentista catalán reclamados por el Tribunal Supremo, entre ellos el expresidente catalán Carles Puigdemont, basándose en el riesgo de que se violen sus derechos fundamentales si no demuestra deficiencias sistémicas y generalizadas en España, ni puede poner en duda las competencias del órgano judicial español como autoridad para emitir las euroórdenes.

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