La crisis de precios que vive el continente europeo se sigue agudizando. A la espera de que el Banco Central Europeo (BCE) apruebe este jueves la primera subida de tipos de interés en una década para intentar enfriar la inflación, el IPC de la Unión Europea ha batido un nuevo récord (y ya van ocho seguidos), con una subida interanual del 9,6% en junio. Un alza de precios que en España (10%) supera a las tres grandes economías del euro: Italia (8,5%), Alemania (8,2%) y Francia (6,5%) y que va más allá del índice general.

Y es que en España, los precios de los alimentos, el transporte o los hoteles se han disparado por encima de las referencias de estos tres países. Así, mientras que en junio los alimentos y bebidas eran un 13% más caros que el año anterior, en Alemania la subida era del 11,8%, en Italia de un 9,2% y en Francia del 6,3%. En el caso español, destacan el fuerte encarecimiento de la pasta (28,8%), la leche (20,7%), el aceite de oliva (27,2%) o la fruta (17,1%). En estos dos últimos productos, la subida de precios en España supera la registrada en cualquier otro país de la Unión Europea.

Los precios del transporte también han crecido en España con más fuerza que en los tres grandes países del euro. Mientras que en Francia esta partida se encarecía un 14,5%, en Italia un 13,6% y en Alemania un 9,2%, en España se alzaba un 18,7% en comparación con el año anterior. 

Sin embargo, las gasolinas -uno de los principales causantes del alza general de precios junto a la electricidad y el gas- se dispararon un 40,3% en Francia, más que en España (38,9%), Alemania (32,9%) e Italia (28,2%). En lo que respecta a la electricidad, en Italia los precios han aumentado un 81%, más del doble que en España (33%) y muy lejos de Alemania (22%) y Francia (7,6%). 

Pero donde más se notan las diferencias entre en el impacto que está causando la guerra de Ucrania es en el precio del gas. Una fuente de energía que en España se encareció un 22,9% en junio, casi tres veces menos que en Italia (63,2%) y la mitad que en Francia (44,4%) y Alemania (42,9%).

Otro de los datos más llamativos que deja el IPC europeo es que España es el país donde más han subido los precios de los hoteles y otros alojamientos similares de toda la Unión Europea. En concreto, esta partida se disparaba un 45% en junio en España, frente al 21,4% en Italia, el 18,9% en Francia y el 8,6% en Alemania a las puertas de una temporada turística que se prevé de récord.

Más inflación pese al menor impacto directo de la guerra 

Puede parecer paradójico que España tenga una inflación más elevada que la de países como Italia o Alemania, cuando estos se han visto afectados mucho más directamente por la invasión rusa de Ucrania. Si esto es así, ¿Cómo es posible que los precios hayan subido más en España, que depende mucho menos de las importaciones de energía rusa que sus vecinos de Centroeuropa?

Una de las respuestas está en la forma que tienen de consumir los ciudadanos de cada país. En la cesta de consumo de los españoles, los alimentos, los carburantes y la electricidad tiene un peso claramente superior al de Alemania, Italia o Francia. Y esto afecta a la forma en la que se calcula el IPC general: cuanto mayor es el peso de un producto determinado en la cesta de consumo, más grande es la influencia que tiene ese producto en el índice general.

Otro de los motivos que más se aducen para justificar las diferencias es la polémica forma que tiene el INE de medir el IPC de la electricidad. La metodología del INE solo incluye a los hogares que están en el mercado regulado (en torno al 40% de los consumidores domésticos), donde los precios han subido mucho más que en el mercado libre. Aunque Eurostat ha avalado esta métrica, el sesgo hacia el mercado regulado podría estar reflejando una subida de precios mayor de la real.