Los días más negros de la campaña de incendios de 2022 han dejado este miércoles un nuevo récord demoledor, 193.247 hectáreas afectadas —y subiendo— en apenas seis meses y medio por el avance imparable de las llamas. Las cifras hablan por si solas del desastre: según el Sistema Europeo sobre Incendios Forestales (EFFIS) —en un recuento llevado a cabo anualmente desde 2006 mediante las estimaciones satelitales de Copernicus— España ya ha alcanzado su mayor marca de destrucción superando las 189.376 hectáreas arrasadas de 2012.
Y, lo peor, es que esta catástrofe medioambiental parece lejos de terminar: "La campaña pinta muy mal", asegura el analista de riesgos naturales de la Unidad Militar de Emergencias (UME), el capitán Roberto García, ante el avance de los focos que siguen activos. "No pensábamos que iba a ser así" reconoció García en unas declaraciones a Efe, pero las olas de calor, un invierno muy seco y la falta de precipitaciones han sido la combinación perfecta que ponen ahora contra las cuerdas a la Península. Así evolucionan los principales focos:
La presión aumenta en Carballeda de Valdeorras y Folgoso
Las llamas permanecen imparables en la comunidad gallega, allí, el fuego se divide en 16 focos que habían quemado ya este miércoles cerca de 30.000 hectáreas, entre los que preocupaban especialmente dos: el de Folgoso do Courel y el de Pobra do Brollón, en Lugo, con unas 11.100 hectáreas afectadas tras la unión en uno de cuatro focos diferentes, y el de Valdeorras, en Ourense, que alcanzaba ya las 10.500, según la Consellería de Medio Rural.
Ambos permanecían aún activos sin control, y en su extinción se encuentra trabajando un amplio operativo formado por 16 técnicos, 125 agentes forestales, 197 brigadas, 116 motobombas, 3 excavadoras, 1 Unidad Técnica de Apoyo, 20 aviones, 26 helicópteros y efectivos de la UME.
El foco de Valdeorras afecta ya a León, que registraba desde última hora de la tarde otro fuego de nivel 2 en Montes de Valdueza, aunque avanzaba lento.
A estos dos se unen focos 'menores' que elevarían el número de hectáreas arrasadas hasta cerca de las 27.000 en Galicia: el de Vilariño de Conso, en el Parque Natural O Invernadoiro (4.000 hectáreas), el de Oímbra (1.800) y otro en Folgoso do Courel (1.000), todos ellos activos.
De Galicia a León
En León, los vecinos de la localidad de Salas de la Ribera, en el municipio de Puente de Domingo Flórez, han podido regresar a sus casas tras ser desalojados el martes a causa de la amenaza que representaba el incendio declarado en Riodolas (Ourense) hace seis días, que cruzó la barrera natural del río Sil y llegó a León.
No obstante, siguen evacuados a causa de este incendio, que se mantiene en nivel 2 de peligrosidad, en una escala progresiva de cero a tres, los vecinos de San Pedro de Trones. Desde la Junta de Castilla y León, el director general de Patrimonio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz, informó de que el de León es el foco con mayor actividad en estos momentos, ya que el viento ha empujado este incendio originado en Galicia a Castilla y León.
14.000 hectáreas afectadas en Zaragoza
En Zaragoza prosigue el incendio de Ateca, que mantiene una fuerte incidencia tras haber sido alentado por un cambio de dirección del viento durante la noche del martes al miércoles. Hasta el momento, se estima que hay unas 14.000 hectáreas afectadas y se han desalojado unas 1.700 personas de cinco municipios. Además, este miércoles permanecían cortadas las carreteras A-1502 A-2504, la A-2, y la N-2, además de la línea de ferrocarril convencional.
A la zona afectada se desplazó este miércoles por la tarde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien, en una visita a un paraje situado entre Ateca y Moros junto al presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, se comprometió a "recuperar" los daños causados por el incendio forestal.
El incendio de Cebreros, muy activo
Sin control se mantenía también el incendio declarado el sábado en Cebreros, provincia de Ávila, algo que, como en Zaragoza, también han favorecido los vientos cambiantes. Por ahora, el accidente —pues se estudia que su detonante podría ser una colilla mal apagada— ha destruido unas 4.000 hectáreas y ha obligado al desalojo de unos 2.100 vecinos.
Durante la tarde de este miércoles, las 250 personas y dieciséis medios aéreos desplegados en la zona trabajaban para tratar de evitar que las llamas afecten a las edificaciones del municipio cercano de El Hoyo de Pinares, desalojado desde la noche del lunes. Sobre su avance, el director de Extinción, Ángel Iglesias, declaró que es "bastante preocupante".
En este incendio, en el que durante estos días han participado unidades de extinción desplazadas desde Andalucía y Madrid, sigue preocupando la cercanía a la Comunidad de Madrid. Y dada su gravedad, se mantienen cortadas al tráfico dos carreteras: la AV-502 (Navalperal de Pinares-Cebreos) y la AV-561.
Preocupa la orografía en Guadalajara
En Guadalajara, también continuaba activo el incendio que desde el martes afecta a la zona de Valdepeñas de la Sierra y que provocó el desalojo de un centenar de vecinos de la zona —ya de regreso a sus casas tras la favorable evolución— tras afectar a unas 3.000 hectáreas. En este foco, preocupa la evolución por el flanco norte por su difícil orografía.
El fuego de Zamora, estabilizado durante la noche
La buena noticia de la jornada se dio en Zamora, pues el incendio forestal declarado el pasado domingo en Losacio, que se estima que podría haber afectado a unas 27.000 hectáreas —2.000 más que el fuego que calcinó unas 25.000 en la Sierra de la Culebra—, se encuentra ya sin llama tras la actuación de las cuadrillas nocturnas, lo que ha permitido la vuelta casa de todos los vecinos evacuados.
La mejora de la situación también ha permitido reabrir las cuatro carreteras provinciales que permanecieron cortadas la noche del martes, así como retomar la normalidad en la línea del AVE Madrid-Galicia, después de que durante varios días hubiera que hacer por carretera el tramo Zamora-Sanabria.
Este control se extiende también a los dos incendios declarados en Salamanca, en los fuegos de Monsagro y Candelario, que aunque se mantienen activos, están más cerca del control gracias a la ligera bajada de las temperaturas.
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