Margarita Robles Ministra de Defensa
OPINIÓN

Gratitud, solidaridad y apoyo

Miembros de la UME intentan apagar el incendio forestal de Casas de Miravete, en Cáceres.
Miembros de la UME intentan apagar el incendio forestal de Casas de Miravete, en Cáceres.
UME
Miembros de la UME intentan apagar el incendio forestal de Casas de Miravete, en Cáceres.

Es terrible comprobar cómo el fuego es capaz de acabar con los sueños e ilusiones de personas que ven cómo, en pocas horas, las llamas devastan su tierra, sus hogares e incluso acaban con su vida.

Gran parte de nuestro país está sufriendo las devastadoras consecuencias de los graves incendios forestales. Un drama –tanto desde el punto de vista humano como desde el ecológico–, que nos invita, una vez más, a reflexionar. En las últimas semanas hemos visto arder rápidamente la reserva de la Sierra de la Culebra, Carballeda de Valdeorras, Folgoso y otros lugares como Ateca (Zaragoza), el Valle del Jerte, Casas de Miravete, Ladrillar (Las Hurdes), Cebreros (Ávila), los Realejos (Tenerife) o el más devastador hasta la fecha originado en Losacio, en Zamora, en el que han fallecido dos personas.

Los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas han colaborado de forma incansable para mitigar los estragos ocasionados por estos incendios forestales. Más de 1.000 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), con el refuerzo cuando era necesario del Ejército de Tierra, han participado en la extinción de estos incendios, siempre en primera línea, asumiendo todo tipo de riesgos. También han trabajado sin descanso nuestros corsarios del 43 Grupo del Ejército del Aire y del Espacio, pilotando los inconfundibles ‘botijos’.

Ha de remarcarse la profesionalidad, entrega y generosidad de todos ellos. Así lo hacen los vecinos de todas las localidades afectadas. Siempre que ven llegar a la UME se genera un halo de esperanza como me reconoció el otro día, durante mi visita a una de las zonas afectadas, Paquita, la teniente de alcalde de Tábara (Zamora).

En los últimos tiempos, la sociedad española ha aprendido a valorar la profesionalidad y entrega de las Fuerzas Armadas. Se han acostumbrado a la presencia de la UME en los incendios forestales, inundaciones u otras situaciones de emergencia. Esta Unidad, con sus inconfundibles vehículos rojos e indicativos amarillos, se ha ganado el reconocimiento social por su trabajo, vocación, compromiso y sacrificio en todo el territorio. Son unos verdaderos héroes que actúan siempre que una situación supera los medios habituales, ayudando día y noche a solventar cualquier emergencia, siendo fieles a su lema: Para servir.

Me gustaría expresar mi reconocimiento a todos los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas que allá donde estén, en la UME, o en los distintos Ejércitos, contribuyen de forma admirable en la lucha contra estos incendios y en labores de ayuda a la población civil. Un trabajo que tampoco hubiera sido posible sin la entrega de bomberos y brigadas forestales, junto al esfuerzo solidario de todas las personas y colectivos que se han volcado en apoyo de los damnificados y en los trabajos de extinción, así como de todo el Sistema Nacional de Protección Civil. Gracias infinitas a todos ellos.

Igualmente, desearía transmitir mi solidaridad, cariño y apoyo a los vecinos de todas las poblaciones y municipios asolados por las llamas. Somos un gran país, solidario, que sabe estar en los momentos más difíciles junto a todos aquellos que más lo necesitan, en las situaciones más adversas. Y nuestras Fuerzas Armadas siempre están y estarán, con dedicación y entrega, al servicio de la ciudadanía. l

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