Macarena Olona, una corta carrera política como azote del Gobierno de Sánchez antes de abandonar por "razones médicas"

La dirigente de Vox Macarena Olona ha anunciado este viernes su adiós a la política por "razones médicas ajenas" a su "voluntad". Según ha dado a conocer en Twitter, los problemas de salud obligan a la recientemente elegida diputada del Parlamento de Andalucía a poner punto final a una carrera política que, pese a su corta duración, ha tenido una considerable trascendencia mediática. Durante sus tres años en política, Olona ha sido el constante azote del Gobierno de Pedro Sánchez, atacando con fiereza cada movimiento de sus oponentes políticos.

Hace apenas quince días que la diputada de Vox tomó posesión de su escaño en el Parlamento andaluz, donde ha participado en una única votación, la de la investidura de Juanma Moreno. Olona encabezó la lista de Vox por Granada en los últimos comicios con un controvertido empadronamiento en la localidad de Salobreña, que fue finalmente avalado por la Junta Electoral andaluza, y una polémica explotación de referencias andalucistas. 

Pese a no cumplir con sus expectativas en las urnas, donde Vox solo obtuvo dos escaños más que en 2018, la dirigente alicantina prometió "entrega absoluta" a Andalucía y renunció al escaño que hasta entonces había ocupado en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, fiel a su estilo belicoso, Olona ya se había despedido de la Cámara Baja por todo lo alto veinte días antes de las elecciones. Tras lucir una camiseta de Morante de la Puebla, la dirigente de Vox subió a la tribuna del hemiciclo con otra de Piolín adornado con cuernos y alas de diablo para reivindicar a los agentes de policía enviados a Cataluña durante el referéndum independentista de octubre de 2017, a los que Sánchez llamó "piolines".

A diferencia del resto de la primera plana de Vox, Olona es la única que no acompaña a Santiago Abascal desde el nacimiento del partido en 2013. Su incorporación se produjo seis años después, en marzo de 2019, a raíz de un tanteo a través de Linkedin de Iván Espinosa de los Monteros, que por aquel entonces andaba en busca de nombres para engrosar el partido y puso el ojo en la reconocida abogada del Estado con dotes para la oratoria que ahora abandona su etapa política. 

El fichaje tardío se convirtió en uno de los máximos activos de Vox desde sus primeros pasos en la formación. Desde el momento en el que obtuvo su escaño como diputada en el Congreso de los Diputados en mayo de 2019, Olona capitaneó el enfrentamiento en los tribunales contra el Gobierno de Sánchez en forma de constantes recursos de inconstitucionalidad, una lucha en el terreno judicial que ha cosechado como victorias la anulación de los decretos sobre el estado de alarma y el cierre de las Cortes durante la pandemia.

La Cámara Baja ha sido testigo en numerosas ocasiones de la crudeza del discurso de Olona, que ha llegado a llamar "genocida" al presidente del Gobierno, a acusar a la vicepresidenta Yolanda Díaz de haber “sobornado a los sindicatos” y a reprochar a la ministra de Justicia, Pilar Llop, que "los ciudadanos tienen la percepción de estar gobernados por auténticos delincuentes". 

Su característico estilo combativo y efectista provocó incluso que en una ocasión fuera expulsada de la reunión de la Diputación Permanente después de que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la llamara al orden tres veces por negarse a dejar libres los asientos de los diputados de Ciudadanos y por tratar de incluir una iniciativa sobre Cataluña que no estaba prevista en el orden del día. “Esto no es un circo, es el Congreso”, espetó Batet a Olona mientras varios ujieres agarraban del brazo a la diputada ante su negativa a abandonar la sala.

El salto de la dirigente de Vox a Andalucía invitaba a pensar que habría Olona para rato, que la alicantina desplegaría sus armas parlamentarias en otro escenario y contra otros interlocutores en los que seguiría dando de qué hablar, que seguiría siendo el azote del Gobierno, pero en este caso del de Moreno. Sin embargo, su anuncio ha zanjado de imprevisto cualquier expectativa. Con su retirada, Vox pierde uno de sus nombres más aguerridos.