Escultura animalista, así han sobrevivido perros y gatos esculpidos al paso del tiempo

La Quimera de Arezzo, escultura en bronce perteneciente al arte etrusco.
La Quimera de Arezzo, escultura en bronce perteneciente al arte etrusco.
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La Quimera de Arezzo, escultura en bronce perteneciente al arte etrusco.

Los animales han formado parte de nuestra vida desde los primeros momentos que se conocen de la historia de la humanidad. Así lo podemos saber gracias a cómo el ser humano ha plasmado a los animales a través del arte, con pinturas y esculturas a lo largo de la historia. Desde las culturas primitivas y hasta nuestros días, perros, gatos y caballos, entre otros, han formado parte del arte que conservamos en los museos pero, ¿cuánto conoces sobre el arte animalista?

El arte animalista es la representación de animales en el arte que se puede realizar a través de la pintura, la escultura, la joyería y la fotografía. En la jerarquía de géneros, la pintura animalista y la escultura animalista se les supone un valor inferior a la representación de la figura humana y se suele relacionar con la representación del paisaje y de los bodegones, a pesar de ser un género muy amplio y antiguo.

De hecho, la primera escultura de la que se tiene consciencia data del año 35.000 a.C. aproximadamente y se trata de tallas en forma de animales, así como pájaros, descubiertas en dos cuevas alemanas, la Vogelherd y la Hohlensten-Stadel.

Evolución de la escultura animalista a lo largo de los años

Dentro de la escultura animalista nos podemos encontrar muchos tipos: las esculturas en diferentes materiales, los grabados en piedra y madera, los relieves... Todo esto desde el principio del arte tal y como lo conocemos, en la prehistoria y las culturas primitivas, época de las que destacan la Roca de Sers.

En este bajorrelieve que forma parte de un sitio arqueológico constituido por varias cuevas y abrigos en la cuenca del río Echelle y que fue ocupada por los humanos en el Paleolítico, podemos encontrar más de 50 dibujos, grabados y pinturas sobre todo de animales como bisontes y caballos.

Más adelante en el tiempo podemos destacar la escultura egipcia, donde era muy frecuente la representación de animales ya que es una parte esencial de la iconografía de sus dioses (halcones, serpientes, cocodrilos, gatos, etc.), así como de la escritura jeroglífica. 

El arte persa y, posteriormente el arte etrusco fueron también dos grandes pilares del arte animalista en cuanto a escultura se refiere, ya que también se centraron mucho en las representaciones animalísticas, destacando del primero la Cabeza de perro procedente de la torre de la Apadana de Persépolis y, del segundo, la Quimera de Arezzo, esculpida en bronce.

No se puede hablar de escultura etrusca sin hablar de Luperca o la loba capitolina, una estatua de bronce que se encuentra en los Museos Capitolinos y que representa el origen divino del fundador de Roma, Rómulo, quién según cuenta la leyenda, mató a su hermano Remo para funda la ciudad italiana.

La estatua, en la que podemos ver a la loba amamantando a Rómulo y a Remo, data del arte etrusco, aunque los dos niños se añadieron durante el Renacimiento, en 1471.

Estatua de la loba capitolina en los Museos Capitolinos.
Estatua de la loba capitolina en los Museos Capitolinos.
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Por otro lado, la escultura griega, aunque tuvo la figura humana como tema predilecto, también destacó por la representación de los animales, especialmente de caballos, los cuales eran esculpidos detalladamente en bronce o mármol. 

Más allá de los principios del arte y el arte clásico, los animales han llegado a las culturas de todo el mundo, habiendo esculturas en las civilizaciones orientales como China, Japón o la India, donde vemos representados animales y animales mitológicos tales como dragones y tigres (en China), langostas y gaots (en Japón) o elefantes (en la India).

También existen esculturas animalísticas en las civilizaciones americanas como la maya, la azteca o la inca, donde encontramos sobre todo pájaros esculpidos en piedra y esculturas de criaturas fantásticas, como el Quetzalcoatl en el Templo Mayor de Tenochtitlán.

Cerámica vidriada que ilustra el libro de animales de Al-Qazwini.
Cerámica vidriada que ilustra el libro de animales de Al-Qazwini.
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Durante la época de la Edad Media con las guerras y las invasiones hubo una retracción del arte, dando lugar a nuevas corrientes artísticas alejadas de lo que se conocía. Así empezamos a ver una iconografía cristiana en la que abundaba una simbología animal protagonizada sobre todo por corderos, toros, águilas y leones. Sin embargo, no es hasta el arte bizantino e islámico donde volvemos a ver abundantes creaciones esculturales animalísticas, como tallas en madera, cerámica y orfebrería.

Aquí tenemos que hacer un pequeño salto en el tiempo si hablamos de escultura animalista, ya que no es hasta el urbanismo barroco y neoclásico cuando volvemos a encontrar multitud de representaciones de animales. Es en esta época se reservó para fuentes y monumentos algunas notables representaciones animalísticas, como las fuentes de Roma y las del Paseo del Prado de Madrid.

Además, a partir del romanticismo y el realismo las representaciones de animales adquieren mucho valor a nivel pictórico y también en cuanto a escultura, ya que la forma de ver la naturaleza se vuelve la forma de reflejar al ser humano (a través de su entorno).

Foto de archivo de la Fuente de Cibeles.
Foto de archivo de la Fuente de Cibeles.
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Esculturas famosas para visitar con tu mascota

Tras toda esta evolución en la que queda clara la gran importancia que han tenido los animales como parte de nuestra cultura y evolución, nos encontramos con ciudades alrededor del mundo repletas de arte animalístico y que, en muchos casos, podemos ir a visitar con nuestros compañeros de cuatro patas.

Entre las esculturas animalísticas más famosas de la actualidad podemos mencionar a Puppy, el guardián del Guggenheim, una combinación de flores que forma la figura de un West Highland de doce metros de alto que Jeff Koons dio vida en 1992.

También podemos destacar Callejeros, una conmovedora estatua en la que un perro y una gatita se hacen compañía en la Plaza de los Pinazo (Valencia) y que representa el desamparo de los animales abandonados y la labor de quienes los cuidan. Esta escultura fue donada por Elena Negueroles en 2018.

Inauguración de la escultura donada por Elena Negueroles
Inauguración de la escultura donada por Elena Negueroles
EUROPA PRESS

Si salimos de España también podemos encontrar animales de piedra y bronce en otros países, como por ejemplo las esculturas de Hachiko en Japón. Como uno de los perros más famosos del mundo, este adorable Akita está representado en diferentes lugares del país nipón siendo su estatua más famosa la de Shibuya.

Otro monumento dedicado a animales callejeros es el galgo fundido en bronce que Girasol Botello y Germán Michell fundieron para que los perros callejeros de Tlalpan (México) tuvieran un monumento. El objetivo de esta escultura es concienciar acerca de los maltrato y el abandono que viven a diario miles de perros de la ciudad.

Y por último, no solo los perros son perfectos modelos para crear esculturas, en Estambul podemos encontrar desde 2017 podemos ver la estatua en bronce de Tombili, un gato callejero que tuvo como familia a los vecinos de la ciudad y que llegó a ser tan famoso que tuvo su propio hashtag y un perfil de Facebook. 

Estatua de Tombili, el gato turco.
Estatua de Tombili, el gato turco.
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