Cómo ayudar a los niños con discapacidad intelectual a entender el espacio que les rodea

El profesor de educación física, Daniel Barroso, en una clase de educación física.
El profesor de educación física, Daniel Barroso, en una clase de educación física.
DANIEL BARROSO
El profesor de educación física, Daniel Barroso, en una clase de educación física.

El alumnado con discapacidad intelectual presenta unas características psicomotrices comunes entre las que destacan algunos trastornos muy frecuentes en la mayoría de casos. Entre ellos, se encuentra una mala orientación y estructuración del espacio, problemas para ejercitar el equilibrio de forma estática, poca eficacia y amplitud en la ejecución de habilidades motrices básicas, ausencia de coordinación... etc.

Según los académicos José Carlos Fernández, Marcos David Sánchez y Francisco Mercado, la organización espacial es ‘‘la estructuración del mundo externo, ya sea una situación estática como una en movimiento’’.

Por este motivo, la organización espacial es considerada como el conocimiento del mundo que rodea al individuo, tomando como referencia al ‘‘yo’’ (el propio esquema corporal), y asume un importante papel dentro del desarrollo integral de los niños y niñas.

Su importancia en el desarrollo cognitivo

La organización espacial es considerada una habilidad indispensable, no solo por su papel durante el funcionamiento diario de los niños para desenvolverse en un espacio o dinámica, sino que además constituye un pilar fundamental en el desarrollo de otras habilidades como el aprendizaje de los números y letras, la lectura, la escritura... etc.

En un aprendizaje multidisciplinar, la organización espacial tiene un papel fundamental en la puesta en práctica de estos aprendizajes. Participa no solamente desde el aspecto puramente motriz que conlleva su acción, sino también en la enorme cantidad de contenidos que influyen a nivel cognitivo.

El esquema corporal

Dentro del amplio conjunto de factores que están involucrados en el desarrollo de un niño con discapacidad intelectual, no podemos olvidar la parte que asume el esquema corporal a la hora de trabajar y entender el concepto de espacio. 

Conceptos como proximal, distal, tamaño, orientación, dirección o continuidad, entre muchos otros, son aspectos que influirán de forma específica en el desarrollo de esta habilidad y, por tanto, adquieren una importancia directa. Prácticamente ningún entorno puede entenderse sin la adquisición de estos conceptos.

Consecuencias de una falta de organización espacial

Por otro lado, ¿qué podría suponer una falta de desarrollo en la organización espacial? Muchos niños y niñas presentan dificultades a la hora de comprender el espacio que les rodea y, además, la relación que existe entre lo que son, la configuración real del espacio y lo que ellos perciben a través de sus sentidos

Su percepción, no siempre adecuada, genera alteraciones en la manera en la que perciben lo que les rodea, incluida la organización en el papel. Por ello, pueden observarse problemas relacionados con el orden de las sílabas a la hora de escribir, la secuencia numérica cuando realizan operaciones o problemas matemáticos, o la continuidad de oraciones para llevar a cabo una correcta lectura. 

Por tanto, es necesario que se estimule esta habilidad, sobre todo en perfiles con distintos tipos de afectación neurológica.

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