La guerra de Ucrania, es decir, la invasión rusa de Ucrania, cumple 6 meses. Ya ha transcurrido medio año y no se imagina el final. Los ataques rusos se suceden sin prisa pero sin pausa, ya sea por limitaciones logísticas y militares o por la resistencia ucraniana, alimentada con las armas que Estados Unidos, Reino Unido y varios países de la Unión Europea le han ido facilitando.
Para los europeos es la guerra más cercana, la que más estamos sufriendo (sus consecuencias) y la más triste porque es, otra vez, el fracaso de Europa y de la diplomacia. Es el primer conflicto armado del siglo XXI en suelo europeo.
Pero hay más. El mundo está lleno de guerras también este siglo, confirmando que, efectivamente, no aprendemos de la historia. Estas son las principales, por duración y por número de muertos y heridos.
Guerra de Siria
Empezó en 2011 y hoy sigue viva aunque su intensidad ha disminuido desde que el presidente Bachar al Asad recuperase el control de casi todo el país. El precio ha sido altísimo. Siria ha quedado arrasada: han muerto casi 400.000 personas, han desaparecido otras 200.000 y decenas de ciudades son hoy poco más que ruinas. La guerra civil ha provocado más refugiados y desplazados que ningún otro conflicto en el mundo, seis millones en total.
Empezó como una guerra civil, con miles de ciudadanos en las calles pidiendo la dimisión de Asad. Con el paso del tiempo entraron en escena los partidarios del yihadismo y el Estado Islámico. En el año 2014 se formó una coalición internacional liderada por Estados Unidos que comenzó a bombardear al Estado Islámico. Posteriormente, Francia se uniría a los bombardeos. Del otro lado, Rusia apoyaba la restauración del régimen de Asad, histórico aliado.
La guerra de Siria ha provocado más refugiados y desplazados que ningún otro conflicto en el mundo, 6 millones en total
El país se dividió en zonas que controlaba el régimen de Asad y otras que controlaban los rebeldes. Como cuenta Oxfam Intermon, Siria ha llegado a estar dividida en seis zonas controladas por diferentes grupos beligerantes: milicias kurdas, rebeldes apoyados por Turquía, grupos afines a Al Qaeda, el régimen oficial sirio, el Estado Islámico y otros grupos rebeldes.
Guerra de Yemen
La Primavera Árabe también estalló en Yemen, uno de los países más pobres del mundo. La Revolución Yemení de 2011 llevó a la dimisión del presidente (que muchos consideran dictador) Alí Abdalá Salé. El poder pasó a manos de su vicepresidente, Abd Rabbuh Mansur Hadi. Esa transición no funcionó y en 2014 hubo un golpe de estado. Y luego, la guerra que ya dura ocho años.
Entraron en el conflicto el Estado Islámico y Al Qaeda, y después las potencias regionales y las mundiales. Una coalición de estados árabes dirigida por Arabia Saudí comenzó a bombardear el país en 2015. EE UU, Reino Unido y Francia han dado apoyo logístico y de inteligencia. Del otro lado, Irán.
Según la ONU, en Yemen hay más de tres millones de desplazados y el 80% de la población necesita ayuda, ya que vive bajo el umbral de la pobreza. 2,3 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda, según la OMS. El número de personas que probablemente no podrán satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas en Yemen podría alcanzar la cifra récord de 19 millones entre junio y diciembre de 2022, calcula la FAO.
Guerra de Etiopía
La guerra estalló en noviembre de 2020. Desde hace tres décadas, las diferentes etnias del país intentan ponerse de acuerdo y convivir de una manera pseudo federal. Desde 1991, una coalición de cuatro partidos gobernaba Etiopía. Abiy Ahmed Ali "limpió" el país de corrupción y represión (llegó a recibir el Premio Nobel de la Paz en 2019).
Pero en la región de Tigray, controlada por un partido político llamado Frente Popular de Liberación, le acusaron de centralizar el poder. Las elecciones locales de 2020 fueron consideradas ilegales por Abiy y la disputa acabó en las armas.
Tras casi dos años de enfrentamientos entre el gobierno federal y las fuerzas del gobierno regional de Tigray, la ONU estima que podría haber 2,3 millones de personas afectadas. La crisis humanitaria afecta a los desplazados internos etíopes en Tigray, a los refugiados eritreos en esa región y a las decenas de miles de refugiados que han cruzado al vecino Sudán para escapar de la violencia.
Guerra de la República Democrática del Congo
Según ACNUR, más de 5 millones de personas se encuentran desplazadas en República Democrática del Congo debido a la violencia indiscriminada que azota el país desde hace décadas. Un millón ha huido a países vecinos en busca de un lugar seguro. El 60% de los desplazados y refugiados son mujeres y niños.
El este del país está sumido desde 1998 en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de los soldados del Ejército, pese a la presencia de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, que no ha logrado estabilizar esta volátil región del país.
A pesar del tratado de paz que en 2003 puso fin a la guerra civil, el rebrote de la violencia en 2018 y la oleada de combates que se han sucedido hasta hoy ha dejado a cientos de miles de congoleños en graves dificultades para sobrevivir.
Guerra en Myanmar
Una guerra que no lo parece, pero lo es. El Ejército dio un golpe de Estado y tomó el control del país el 1 de febrero de 2021, después de unas elecciones generales que ganó la líder Aung San Suu Kyi. Se estima que más de 10.000 personas han muerto.
Los estados de Kayin y Kayah son los más afectados por el conflicto en Myanmar. El noroeste del país es otra zona candente de permanentes enfrentamientos armados y donde existen graves necesidades humanitarias. Más de 14 millones de personas (más del 25% de la población del país) necesitan ayuda.
Según ACNUR, el número de personas desplazadas internas ha superado las 800.000 (la cifra se duplicó desde febrero de 2021). Además, alrededor de 600.000 rohingyas apátridas en el estado de Rakhine también se encuentran en una grave situación de vulnerabilidad.
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