A media mañana del pasado 14 de diciembre, Eugen Sabau se convirtió en el pistolero de Tarragona. Lo hizo después de irrumpir en las instalaciones de la empresa de seguridad para la que había trabajado en la ciudad catalana y comenzar a disparar contra tres de sus excompañeros. Tras el ataque, emprendió una huida de varias horas, en la que tiroteó a un mosso d'Esquadra en un control, antes de atrincherarse en una masía abandonada en Riudoms y resultar herido al ser neutralizado.
El intento de fuga acabó con Sabau en estado crítico en el hospital, donde consiguió recuperarse, pero no sin consecuencias. Durante las labores del Grupo Especial de Intervención de los Mossos d'Esquadra para detenerlo, resultó herido de bala y quedó tetrapléjico, por lo que precisa asistencia continuada y sufre dolores constantes para los que no puede recibir sedantes.
Por todo ello, el pistolero de Tarragona solicitó la eutanasia a finales de junio, que ha recibido este martes después de que la Comisión de Evaluación y Garantías la autorizase y la Justicia lo avalase y sin haberse arrepentido. Por su parte, las víctimas de Sabau han intentado paralizar la muerte asistida para celebrar el juicio, pero se han encontrado con la negativa de los magistrados.
¿Quién es el pistolero de Tarragona?
Se trata de Eugen Sabau, un exvigilante de seguridad de Securitas en la cuarentena, que en diciembre de 2021 decidió arremeter a tiros contra tres de sus excompañeros después de haber sido despedido por la empresa. Antes de perpetrar su ataque, envió un correo electrónico a sus superiores en los que insinuaba sus intenciones.
El pistolero de Tarragona era, además, aficionado a las armas y tenía cinco cortas y un fusil semiautomático, según explicó el presidente del Club de Tir Jordi Tarragó, Xavier Fau, al que Sabau acudía. Además, asistía a otras galerías para practicar diferentes modalidades de tiro.
Ni los controles psicotécnicos de la Guardia Civil -que Sabau debía superar cada tres años- ni los del club, donde lo tenían por un tirador responsable, sirvieron para evitar la agresión. El 14 de diciembre de 2021 perpetró su ataque contra tres guardias de seguridad y un mosso, que sufrieron lesiones de diversa gravedad.
¿Por qué ha solicitado la eutanasia?
Tras su asalto y posterior atrincheramiento en una masía abandonada en Riudoms, el agresor fue alcanzado por las balas del Grupo Especial de Intervención de los Mossos d'Esquadra y, aunque logró recuperarse, quedó tetrapléjico. Asimismo, las lesiones sufridas en la médula lo obligan a contar con asistencia continuada, al tiempo que padece dolores constantes para los que no puede recibir sedantes, a pesar de su estado.
Todo ello, motivó que, a finales de junio, solicitase la muerte asistida, mientras se encontraba en estado grave en el Hospital Penitenciario de Terrassa (Barcelona) y pendiente de juicio.
¿Por qué han autorizado la eutanasia?
El Hospital Penitenciario de Terrassa, en el que se hallaba ingresado hasta este martes, autorizó al preso -de 46 años de edad- a iniciar el proceso de muerte asistida. A esta intervención se opusieron dos de las víctimas del tiroteo -entre ellas, el agente herido-, que pidieron al juzgado que paralizara el procedimiento para poder celebrar el juicio. Su objetivo es, entre otros, poder aspirar a una indemnización.
Sin embargo, la titular del Juzgado de instrucción número 5 de Tarragona -responsable del caso- considera que la muerte asistida es un "derecho fundamental" y que la ley no prevé que la Justicia pueda interferir.
También la Comisión de Garantía y Evaluación del Departamento de Salud de la Generalitat autorizó el proceso y en la misma línea se pronunció la Audiencia de Tarragona, al ratificar el derecho a la eutanasia y denegar los últimos recursos interpuestos por las víctimas.
La Audiencia considera que el estado del pistolero de Tarragona le originaba "sufrimientos físicos y psíquicos constantes e insoportables sin posibilidad de alivio, con un pronóstico de vida limitado, en un contexto de fragilidad progresiva". Posteriormente, también el Tribunal Constitucional (TC) rechazó los últimos recursos con los que las víctimas pretendían paralizar su muerte asistida.
¿Dónde va a recibir la eutanasia?
Lo que no ha conseguido el pistolero de Tarragona es pasar sus últimos días en libertad. Su voluntad -y así la trasladó a la titular del Juzgado de instrucción número 5 de Tarragona- era recibir la eutanasia en un hospital ordinario y no en el Penitenciario de Terrassa, donde finalmente lo ha hecho, para poder recibir la visita de familiares y allegados.
La jueza consideró que el traslado a un hospital ordinario suponía una reducción de la vigilancia policial y aumentaba el riesgo de fuga, ya que "cualquier tercero, familiar o amigo", podría haberle "facilitado la huida". Asimismo, defendió que continuar en el Penitenciario de Terrassa no le impedía recibir visitas.
Además, la magistrada sostuvo que el riesgo de fuga se veía "acrecentado" por el hecho de que el pistolero no hubiera manifestado a lo largo del procedimiento ningún tipo de arrepentimiento ni hubiera pedido perdón a las víctimas, de lo que se desprendía "una escasa voluntad por su parte de asumir responsabilidades por sus actos, al menos en el proceso judicial en el que está inmerso".
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