El estrés prenatal y cómo afecta a la forma en que los gatos responden a situaciones y estímulos

Todo aquel que tenga o haya tenido un gato en algún momento de su vida sabrá que son animales a los que no les suelen gustar los cambios. Cualquier reorganización de los elementos de la casa, mudanza o cambio será probablemente objeto de estrés para nuestros mininos. ¿Sabías que su tolerancia a este tipo de situaciones puede proceder desde antes de su nacimiento? Se llama estrés prenatal.

El estrés, descrito de una forma sencilla y amplia, es la respuesta cognitiva emocional y fisiológica en que un individuo responde a algo o al entorno. "En el caso de los gatitos, el estrés de la madre durante su gestación provoca la exposición de los cachorros a hormonas del estrés, lo que provocará cambios en la forma que se expresarán sus genes", explica Mireia Berenguer, especialista en conducta felina por la Sociedad Internacional de Medicina Felina (ISFM por sus siglas en inglés) y educadora canina en Kireba.

"Esto se mantendrá a lo largo de su vida y afectará no solo a la hora de nacer y desarrollarse, si no también a cómo responden a situaciones y estímulos estresantes, siendo menos tolerantes al los mismos y teniendo un umbral de excitación más bajo o teniendo menos habilidad para lidiar con esta situaciones", añade la experta.

Cómo puede afectar el estrés prenatal

Los problemas que puede causar el estrés prenatal en los cachorros se han estudiado en numerosas ocasiones y pueden ser muchos y muy diferentes. Por ejemplo, el estudio El gato doméstico: la biología de su comportamiento de la Universidad de Cambridge demostró que los cachorros de madres expuestas a estrés alimentario (privación de alimento o alimentación inadecuada durante la gestación) mostraron tener niveles anormales de miedo y retrasos en el desarrollo comportamental temprano como la apertura de ojos, jugar o trepar.

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El mismo estudio también probó que el mismo estrés nutricional en la madre provocó déficit de crecimiento en diferentes regiones del cerebro. "Tras ser alimentados de forma adecuada después del destete, su crecimiento psíquico fue normal, pero mostraron algunas anormalidades comportamentales como un juego social más agresivo e numerosos accidentes durante el juego, indicativos de un peor desarrollo motor", cuenta Berenguer.

"Existen diferentes tipos de estresores prenatales: eventos traumáticos, como un accidente; cambios bruscos en las rutinas o el entorno, como un cambio de casa; cambios en su grupo social, como la introducción de otro miembro de la familia; compartir entorno con gatos que no considere de su grupo social, la falta de recursos o una vivienda restringida, como una jaula", enumera la especialista en conducta felina.

A pesar de parecer algo negativo, el estrés prenatal es considerado (excepto en los casos en los que provoca carencias del desarrollo motor y del sistema inmunitario) adaptativo. "El entorno en el que vive la madre durante la gestación es supuestamente el mismo en el que nacerán y crecerán los cachorros, por tanto, este estrés prepara a los gatitos para hacer frente a ese entorno en el que nacerán", cuenta Berenguer.

No siempre podemos reducir el estrés prenatal, pero en los casos de gatas que gestan en casa o protectoras, podemos tomar partido en ello

"Ahora bien, supone un conflicto en situaciones como las que se dan actualmente: gatos que son rescatados de la calle, ubicados en protectoras y que luego los cachorros son dados en adopción en casas", añade la experta. "En estos casos el estrés prenatal les ha preparado para un contexto que será absolutamente diferente del cual van a vivir".

Por esto, es importante que, siempre que esté en nuestra mano, intentemos reducir el estrés prenatal. "No siempre podemos, ya que muchos gatos viven en la calle, pero en los casos de gatas que gestan en casas o en protectoras, las personas responsables si pueden tomar partido en ello", asegura Mireia.

"Al final, se trata de satisfacer las necesidades ambientales, sociales y físicas de su propia especie y evitar cambios y estímulos que puedan estresarlas de forma puntual o crónica", concluye la especialista en conducta felina.