Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Ruth Lorenzo y el arte para destripar un playback

Nunca antes nos explicaron la complejidad de interpretar cada vocal o consonante en el mundo de la música.

Ruth Lorenzo en 'Veo cómo cantas'
Ruth Lorenzo en 'Veo cómo cantas'
Antena 3
Ruth Lorenzo en 'Veo cómo cantas'

Veo cómo cantas es un concurso de Antena 3 en el que un concursante anónimo (rara avis en la tele de hoy, hasta los participantes de Pasapalabra se repiten para que sean "populares" por el público) debe descubrir quiénes cantan o no de un elenco de personajes. Un buen concepto televisivo, pues este programa representa una de las claves del éxito en la pantalla: la sencillez hecha espectáculo. Es fácil jugar desde casa a través de distintas pruebas que intentan vislumbrar si son cantantes o impostores. Aunque, a veces, pocas veces, el límite entre cantar bien o regular está difuso. De ahí que en esta segunda temporada se haya añadido con astucia una especie de ruleta que incide en si es cantante o impostor cuando desvelan su verdadero talento. También el show ha aligerado su dinámica. Al final, funcionan mejor aquellas pruebas más visuales que simplemente consisten en ver cómo interpretan un playback.

Para ayudar al concursante, un jurado compuesto por un invitado estelar en cada episodio (esta noche, Ana Guerra) y, como fijos, la enérgica comedia de El Monaguillo, la mirada estética de Josie y la experiencia en la música de Ruth Lorenzo, que demuestra la mejor cualidad para ser un buen juez en cualquier acto público. No sólo basta con decir una frase efectista que se aplauda en las redes sociales, sobre todo el programa será más rico si cuenta con personajes con habilidad para argumentar e iluminar al público con aquello que no se percató durante la actuación.

En Veo cómo cantas, Ruth desentraña técnicas corporales cuando observa los playbacks de los "cantantes" del show. Cómo respiran, cómo enfocan las vocales. Hasta cómo mueven la lengua. El espectador se queda para ver por dónde va a salir Lorenzo. Porque no lanzará un argumento vacío que puede soltar cualquiera, compartirá reflexión desde su experiencia. Vital para cualquier programa. Aunque muchos confundan el razonamiento de una explicación con una pérdida de ritmo. Al contrario, de esta manera el formato fluye con mejor compás: porque tiene chicha y se transforma en algo más que un desfile de posibles cantantes disfrazados de su profesión, hobbie o la tribu urbana a la que pertenecen.

Para relativizar intensidades, está el presentador, Manel Fuentes, curtido en tantos platós y con mucha radio a sus espaldas, organiza el caos sin que se note. A diferencia de los bustos parlantes atados al guion y que terminan olvidándose del espectador para seguir las instrucciones del 'pinganillo', Fuentes viene de casa con el bagaje de tele y radio que le permite escuchar lo que sucede en el plató para incorporarlo a la dinámica del programa e incidir en la personalidad que hace especial a cada protagonista del show. Y, claro, pica a Ruth Lorenzo cuando esta realiza una tesis doctoral sobre cómo pronunció la "R" un alfarero en un playback. Ella puede, ella propicia que la experiencia de jugar aVeo cómo cantas sea más especial. Porque la tele no es Twitter, y no vive de zascas huecos: vive de la realidad que se construye con ideas traviesas, argumentos convincentes y complicidades transparentes.

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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