Charlène de Mónaco reaparece de blanco y junto a su familia en el tradicional picnic del final del verano

Alberto y Charlène de Mónaco, con sus hijos, Jacques y Gabrielle.
Alberto y Charlène de Mónaco, con Jacques y Gabrielle.
David Niviere/Abacapress.com/GTRES
Alberto y Charlène de Mónaco, con sus hijos, Jacques y Gabrielle.

Cada año, tras las vacaciones estivales, la familia real monegasca se reúne para celebrar un picnic que, a la vez, finaliza los días de asueto y buen tiempo y da comienzo al nuevo curso entre los Grimaldi. Es este el momento que ha elegido la princesa Charlène de Mónaco para reaparecer al lado de los suyos después de un tiempo alejada del foco mediático.

Parece que la idea de la esposa del príncipe Alberto de Mónaco es ir dejando atrás poco a poco los continuos problemas de salud que tanto le han costado en el último año y engancharse de nuevo a la vida palaciega y a todos los eventos y actos que le esperan en los próximos meses, de ahí que se la viera tan sonriente en esta primera intervención de septiembre.

Ha sido, como suele ser habitual, en el Parque Princesa Antoinette, y la exnadadora ha estado acompañada no solo de su marido sino también de sus dos hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, de siete años, quienes en esta ocasión no han sido los que han acaparado los focos, pues Charlène ha iniciado este capítulo de su vida con un look que no ha dejado indiferente a los especialistas, que teorizan sobre la importancia del modelo escogido.

Porque ningún color simboliza mejor un renacimiento -máxime tras una etapa tan dura como la que ha pasado la princesa- que el blanco puro. Y es lo que predomina en el diseño del sudafricano Terence Bray, uno de sus modistos de confianza: una túnica corta, de encaje y sin mangas, combinada con un pantalón impoluto.

Asimismo, era la primera vez que este picnic, que está organizado por el ayuntamiento de la capital, se celebraba desde 2019, pues debido a la pandemia no había sido posible llevarlo a cabo los dos últimos años, dado que se reúnen con los ciudadanos monegascos.

Es una tradición adoptada de más de 90 años que adoptó también el príncipe Rainiero y en la que se celebra tanto el folclore como la gastronomía local. "Es un evento divertido, uno de los días más agradables del año. Y en un entorno fantástico e informal. Vale que la misa que lo abre es un poco formal, pero luego es un picnic y tiene esa pequeña atmósfera de cóctel. Es simplemente maravilloso poder caminar y hablar sobre cómo ha ido el verano con la gente que conoces", dijo a la prensa el príncipe.

Asimismo, la princesa ha vuelto a las redes sociales y hace un par de días publicaba en su Instagram dos fotografías de sus hijos en la cama e informaba de que Gabriella había decidido pelarse ella misma y luego cortarle el pelo a su hermano con la vista puesta en el inicio del curso escolar este mismo lunes.

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