Omar Anguita Diputado y portavoz Socialista de Infancia y Juventud
OPINIÓN

Feijóo pierde frente al espejo

Feijóo pide a Sánchez que “rectifique” si quiere tener el apoyo del Partido Popular
Feijóo pide a Sánchez que “rectifique” si quiere tener el apoyo del Partido Popular
Europa Press
Feijóo pide a Sánchez que “rectifique” si quiere tener el apoyo del Partido Popular

Ya sea por denunciar la malversación de la familia Ayuso o porque no hubiera podido ganar nunca unas elecciones… ya no está Casado. El sustituto, Feijóo, venía con un aura de gestor, de persona capaz. Una persona que podía apretar, de manera más inteligente que Pablo, al presidente del Gobierno. Aupado por los medios de comunicación y las grandes corporaciones, Feijóo quiso rápido marcar posición y alimentar su imagen mediática lanzándole un órdago a Pedro Sánchez: un debate cara a cara en el Senado.

Con lo que no contaba Feijóo es con que Pedro no le teme. No le teme ni a la derecha ni al poder económico y mediático de la derecha. No solo aceptó el reto sino que, viendo cómo Feijóo recogía cable y ya no quería ese debate, el Ejecutivo solicitó la comparecencia del presidente del Gobierno.

Y llegó el día, el pasado martes, y pasó lo que tenía que pasar: Pedro puso a Feijóo frente al espejo y la imagen que se vio no fue la de un líder conservador, carismático y moderado. La imagen fue la de una persona desubicada en el debate, con la mirada perdida y sin ser capaz ni de explicar los innumerables patinazos que había realizado en las últimas semanas. Patinazos retransmitidos por un presidente que sabía que tenía una oportunidad de mostrar al país la poquita capacidad de gestión política, de saber estar político… de solvencia en general de Feijóo.

Lo curioso es que no solo no le rebatió a Sánchez sus palabras, sino que sacó el escudo del victimismo frente a los reproches políticos de Pedro. "Usted viene aquí a insultarme", dijo Feijóo. Ese mismo Feijóo que, horas antes, comparaba a nuestro presidente con un dictador sanguinario. Algo insólito y denigrante para la política: insultar y fingir ser insultado.

Lo curioso es que después del debate, la prensa mediática conservadora, consciente del ridículo que había hecho Feijóo, encontró una excusa: el tiempo de intervención.

Pero el problema, por mucho que busquen, no es tener poco tiempo para explicar el proyecto, el problema es no tener proyecto que explicar. Y ese es el problema del PP.

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