Internacional

La extrema derecha gobernará en Suecia: qué quiere el partido ultra que se ha convertido en la segunda fuerza política

El líder del partido ultraderechista Demócratas de Suecia (SD), Jimmi Åkesson, celebra en Estocolmo el resultado de las elecciones legislativas.
STEFAN JERREVANG / EFE

El recuento final celebrado este miércoles de las elecciones legislativas en Suecia -que incluía las papeletas que no llegaron a tiempo el domingo y el voto del exterior- ha dado la victoria al bloque de la derecha, convirtiendo a Demócratas de Suecia (SD) en el partido con más apoyo de dicho bloque, con el  21% de los votos, el mejor resultado de su historia.

Mientras que la primera ministra del país, Magdalena Andersson, anunciaba su dimisión tras conocerse el desenlace electoral, en la muy civilizada Suecia suena una tensa música de fondo, ya que un ultraderechista puede llegar a ser primer ministro.

El Partido Moderado ha dejado de ser la fuerza más votada en la derecha, en beneficio de Demócratas de Suecia

El problema para la Suecia democrática no es sólo el resultado de la ultraderecha sino la disposición de otros partidos a unirse con ellos en un hipotético gobierno.

Durante años, los Demócratas de Suecia han estado aislados porque el resto de partidos han hecho un cordón sanitario frente a ellos. Aunque durante la campaña, conservadores, democristianos y liberales mantuvieron ese compromiso, ahora todos ellos (los liberales en menor medida) se muestran abiertos a negociar con la formación ultraderechista.

"Ahora somos realmente un gran partido. Estoy muy orgulloso y me alegro de lo que hemos hecho juntos para conseguirlo", dijo en la noche electoral su líder, Jimmie Akesson, de 43 años. Es el hombre que ha dado la sorpresa; que ha conseguido que el Partido Moderado haya dejado de ser la fuerza más votada en la derecha.

Contra la inmigración... musulmana

Demócratas de Suecia es un partido contrario a la inmigración, que en este país nórdico supone el 5% de la población. Sus rivales les tachan directamente de racistas. Se han hecho populares con sus promesas (soluciones populistas y demagógicas) de acabar con la inseguridad, los tiroteos y la violencia de las bandas, asuntos que han tenido mucho peso en la campaña electoral (no, de Rusia, de la guerra de Ucrania y de la OTAN apenas se hablado).

La inseguridad, los tiroteos y la violencia de las bandas ha protagonizado la campaña

Akesson se unió a Demócratas de Suecia en 1990; se convirtió en jefe de la organización juvenil en 2002; y es el líder del partido desde 2005. En aquel entonces, en las elecciones, sólo conseguían el 1% de los votos. En 2009 escribió: "La inmigración musulmana es nuestra mayor amenaza exterior desde la Segunda Guerra Mundial".

El partido se había fundado en 1988. Se describía como conservador social, pero en la prensa sueca aparecía junto a los calificativos de extrema derecha, nacionalconservador, euroescéptico, antiinmigración y, especialmente, antiislam. De hecho, los fundadores del partido lo hicieron sobre la idea base de que el estado de bienestar sueco había sido destruido por la inmigración musulmana.

Suecia, con 10,3 millones de habitantes, ha acogido a cerca de medio millón de solicitantes de asilo en la última década. El ascenso de Demócratas de Suecia fue en paralelo, detalla Dagens Nyheter. Con Akesson, el partido cambió de imagen y prometió aparcar sus raíces racistas y violentas.

La inmigración musulmana es nuestra mayor amenaza exterior desde la Segunda Guerra Mundial"

Con más inmigrantes en Suecia y una imagen más blanda del partido, los resultados empezaron a mejorar. En las elecciones de 2010, consiguieron el 5,7% y de ese modo entrar en el Parlamento por primera vez. Cuenta The Guardian, que entonces los votos les llegaban de los pequeños pueblos y granjas de la zona rural de Escania, cerca de Malmo, una ciudad con un creciente población inmigrante.

Del 6 al 21% de los votos en doce años

Como aún se les acusaba de dar sitio a racistas violentos y simpatizantes nazis, Akesson introduce en 2012 la "tolerancia cero contra el racismo y el extremismo" en el partido. Y funcionó.

En 2014 consiguieron doblar su apoyo y lograr el 12,9% de los sufragios. En ese momento ya eran la tercera fuerza política, tras Socialdemócratas y Moderados. Un año después, Akesson borra del partido a la organización juvenil por sus vínculos extremistas. Su ascenso prosigue en 2018, cuando reciben el apoyo del 17,6% de los suecos que votaron en las elecciones al Parlamento. Ahora han alcanzado el 21%.

Hay riesgo de que la burguesía sueca siga el camino de la derecha de EE UU. Quería apoyarse en fuerzas radicales y controlarlas, pero ha sido engullido por ellas" 

¿Qué está pasando en Suecia? ¿Lo suyo es parte de lo que está ocurriendo en otros países europeos? "Hay un claro riesgo de que la burguesía sueca acabe siguiendo el mismo camino que la derecha estadounidense. Esperaba apoyarse en las fuerzas radicales y controlarlas, pero ha sido engullido por ellas", se lee en el editorial escrito por el Dagens Nyheter, el mayor periódico del país, tras conocerse los resultados.

Todos de acuerdo con la OTAN

Hace poco más de seis meses, la socialdemócrata Magdalena Andersson se convirtió en la primera mujer primer ministro del país. Después de haber sido ministra de Finanzas durante años, le tocó liderar la histórica petición de Suecia de entrar en la OTAN (como respuesta a la invasión rusa de Ucrania).

En esa apuesta estuvieron de acuerdo todos los partidos suecos, incluida la extrema derecha. En agosto, cuando se votó el asunto en el Parlamento, Akesson y los suyos apoyaron el cambio histórico de abandonar la no alineación militar y pasarse a la Alianza Atlántica.

Andersson en la foto en que su país y Finlandia pasaron a ser miembros de la OTAN.
Europa Press

Pase lo que pase, una cosa está clara, Suecia tendrá un gobierno muy débil. Y se las tendrá que ver con la guerra de Ucrania y la cercanía rusa, la inflación -en niveles récord también en Suecia-, la estanflación o la crisis energética.

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