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Ucrania da un golpe al tablero y arrebata la iniciativa militar a Rusia, que ya nota el efecto de las sanciones en su economía

Un militar ucraniano repara un tanque ruso capturado en la región de Járkov.
Un militar ucraniano repara un tanque ruso capturado en la región de Járkov.
EFE/EPA/OLEG PETRASYUK
Un militar ucraniano repara un tanque ruso capturado en la región de Járkov.

Toda guerra tiene una batalla o un instante que puede cambiarlo todo. En Ucrania, una ola de optimismo recorre el país desde que el pasado fin de semana decenas de poblaciones fueron recuperadas en el noreste del país. En poco más de cuatro días la contraofensiva y posterior retirada rusa de Járkov se convirtió en el símbolo de que la victoria en la que nadie creía era posible. Aunque todavía es pronto para aventurarse a decir que esto será un punto de inflexión en el conflicto, y más en una guerra tan desigual, lo que está claro es que la iniciativa ha cambiado de bando. El optimismo ucraniano choca con los mensajes que salen de Rusia, donde tímidas críticas internas y una economía que empieza a ver el efecto de las sanciones amenazan con derribar la narrativa del Kremlin.

Según la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Malyar, desde el seis de septiembre han sido liberados cerca de 4.000 kilómetros cuadrados, más de 300 localidades y más de 150.000 ucranianos. Las imágenes de armamento ruso abandonado en buen estado y en manos de unidades ucranianas desmontan el discurso oficial del Gobierno de la Federación Rusa, que afirmaba que había sido una retirada táctica para intensificar el frente de Donetsk.

"Los ucranianos, como los franceses en la época de Napoleón, usaron la estrategia de engañar al enemigo al concentrar sus fuerzas en un sitio determinado para obligar a Rusia a desplazar su tropas y, por sorpresa, atacar la zona donde el enemigo había quitado parte de sus unidades", asegura a 20minutos Frédéric Mertens, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia. "Los rusos resisten bastante bien a los ataques y se presentan como un bloque en el sur, porque quieren proteger su acceso al mar, pero en esta ocasión les han pillado desprevenidos", reconoce. 

Inteligencia y armamento extranjero, un apoyo clave

El apoyo militar que ha recibido Ucrania por parte de muchos países, principalmente miembros de la OTAN y en especial Estados Unidos, es un elemento sustancial en el éxito de esta contraofensiva. Para Oleg Lukin, analista de El Orden Mundial, "Ucrania podría haber resistido, pero las cosas van como van por ese apoyo de Occidente en armamento, sobre todo con misiles".

Así mismo, Lukin recuerda la importancia de la colaboración en materia de inteligencia, ya que "proporcionar coordenadas de bombardeos y señalar la localización de unidades militares" es esencial en este tipo de conflictos. Mertens agrega que muchos formadores ucranianos fueron, a su vez, "formados en lugares como Francia".

Ante esta evidencia, Ucrania ha aprovechado la victoria en Járkov para remarcar la necesidad del apoyo extranjero, y el ministro de Exteriores de ucraniano, Dimitro Kuleba, ha pedido "aprovechar este momento", asegurando que "cuanto más apoyo militar tengan, antes acaba la guerra". El ministro ha vinculado los avances de las tropas ucranianas al apoyo de terceros países y ha aseverado que "las inversiones de los aliados occidentales están teniendo resultado".

Las sanciones ya afectan a la economía rusa

Este episodio en el frente militar llega la misma semana en la que se ha sabido que los ministerios y departamentos rusos han recibido una notificación del Ministerio de Hacienda sobre una reducción de un 10% en su financiación de cara al curso 2022-2023, según adelanta el Moscow Times. Esto se une al alza de los precios que vive el país y la retirada de multinacionales y proyectos con empresas extranjeras, que el ciudadano ruso comienza a notar y que se incrementará en este invierno.

Para Mertens, la aplicación de las sanciones se miden a medio-largo plazo, pero "ya están teniendo un efecto" incluso en el apartado militar, ya que "limita la capacidad de comprar en el mercado internacional armas y de dotarse de alta tecnología". En cuanto a la venta de crudo y gas, la realidad es que Rusia ha aumentado su venta con países asiáticos como China e India, "pero perdiendo un 35% del valor del petróleo al cual se vendía a los europeos".

El ciudadano ruso también está notando las sanciones y la situación global en su bolsillo y estilo de vida. "Si nos fijamos en los productos y bienes comunes le hace mas daño a un moscovita que compraba en grandes superficies intencionales, que a uno de provincia que no tenia acceso a esto", agrega el analista de El Orden Mundial. "Lo que sí ven todos los ciudadanos es la subida de precio de algunos productos, un ejemplo son los vehículos", añade.

"Sin duda las sanciones son una medida de presión efectiva que está funcionando. Otro tema es como se han impuesto estas sanciones y el efecto contrario que ha podido provocar en los rusos, ya que el Kremlin lo ha explotado a su favor enmascarándolas de rusofobia", señala Oleg Lukin.

¿Presión interna y cuestionamiento de la narrativa oficial?

La narrativa oficial del Kremlin comienzan también a ser discutidas, aunque todavía de manera muy tímida y sin suponer un gran desafío para el aparato gubernamental ruso. Voces dentro de Rusia empiezan a cuestionar la ofensiva: unas porque ven con malos ojos la propia guerra y otras porque creen que no se está siendo lo suficientemente duro y piden la movilización total.

"Putin de momento no quiere declarar oficialmente la guerra y movilizar a la población porque no sabe cuál va a ser la reacción de la opinión pública rusa", explica el profesor de Relaciones Internacionales. "Una cosa es apoyar una operación especial y otra cosa es apoyar una guerra total".

Este martes, el vicepresidente de la Duma Estatal, Mijail Sheremet, se ha pronunciado a favor de una movilización general, algo que también ha hecho el líder del Partido Comunista de Rusia (segundo partido más votado), Genadi Ziuganov. "En mi opinión, la operación especial en Ucrania y el Donbás se ha convertido en una guerra durante los últimos dos meses", ha dicho.

En este sentido, Ziuganov ha resaltado que "toda guerra requiere una respuesta", según un comunicado publicado por el partido en su página web. "Ante todo, se necesita una movilización máxima de fuerzas y recursos", ha zanjado. Horas después, y tras ver el revuelo, desde el Partido Comunista trataron de rectificar alegando que se refería a una movilización de la economía y la política.

Además, en el otro extremo se encuentran más de ochenta concejales de toda Rusia que han pedido la dimisión de Putin, al entender que la guerra que se está librando en Ucrania nunca debería haber sucedido. La petición pública de dimisión acusa de alta traición al jefe del Kremlin por iniciar la campaña militar. Este mismo martes la Justicia rusa ha multado con casi 800 dólares a Dmitri Paliuga, autor de la iniciativa y diputado municipal en San Petersburgo.

"Una de las pocas opciones que existen para forzar un cambio de régimen es a través de la estructura burocrática (al descartar el golpe de Estado, claro)", sostiene Lukin, que lo ve un movimiento complicado de fructificar, dada la "corrupción de la estructura administrativa, que corta de raíz esos movimientos".

¿Qué ocurrirá tras esta contraofensiva?

"¿Esto es el anuncio de una victoria ucraniana?", se pregunta el profesor Mertens, que rápidamente responde un rotundo "no", añadiendo que "el conflicto de manera global va a durar". "Esto se llama el movimiento de las curvas, donde se pierde y se gana varias batallas y esto puede durar semana, meses o años", puntualiza.

La contraofensiva ucraniana podría abrir dos escenarios en el frente, una respuesta de mayor calibre o no responder y seguir tratando de avanzar en el Donbás. Para Lukin, "si eligen no responder significaría que Ucrania tiene todavía mas carta blanca para avanzar", y podría animar a "ciertos sectores de Occidente, que aseguraban que no enviaban muchas armas a Ucrania porque se temía un enfado de Putin y una escalada y puede que con esto vean que eso no termina de ocurrir".

No obstante, apunta que "Rusia ha dado un poco de tregua antes de responder a la espera del encuentro entre Xi Jinping y Putin, en el que al final no ha sacado lo que quería". "Veremos lo que ocurre estos días", advierte.

Carlos Pérez Palomino
Redactor '20minutos'

Redactor de Internacional, Exteriores y Defensa. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Múndo Árabe e Islámico por la Universidad de Barcelona. En 20minutos desde diciembre de 2020. Escribo sobre conflictos armados, derechos humanos y geopolítica.

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