El ecovado es el nuevo superalimento vegano

El día 16 estamos de aniversario, se celebra el Día del Guacamole, y los veggies y sanotes de Instagram ya calientan motores con vistosos smoothies, pokes bowls, bagels, wraps, crepes, burritos, quesadillas, ensaladas y un sinfín de comida vegana, healthy y green.

Aprovecho la fecha, especial, para visibilizar su impacto, pues su huella ambiental, aunque invisible es muy grande. Y este año en Málaga he podido comprobarlo. Es en La Axarquía donde se producen nuestros aguacates de proximidad y donde la escasez de agua está obligando a los agricultores a tener que arrancar sus plantas. El asunto es grave pues este fruto tiene una gran huella hídrica que no puede ser satisfecha con el cambio climático. La falta de lluvias que abastecen el pantano de La Viñuela hace que sea imposible su cultivo y según avanza la temperatura del planeta, este será el año menos caluroso, pues el siguiente habrá más olas de calor.

Para producir un solo aguacate se necesita el equivalente para llenar unas dos bañeras, una auténtica locura

Según The Water Foodprint Network (ahora mismo la biblia para hablar de huella hídrica), para producir un solo aguacate se necesitan más de 227 litros de agua, el equivalente para llenar unas dos bañeras. Lo que es una auténtica locura. A lo que hay que añadir la deforestación y todas las emisiones de CO2 producidas para que esos aguacates lleguen hasta nosotros. Si además luego, ese aguacate sea por el motivo que sea se acaba desperdiciando el impacto se eleva aún más. Como explican en To Good to go, el desperdicio de comida es responsable del 10% de las emisiones de CO2, y habremos hecho que toda esa huella ambiental se haya producido en vano.

Esto no quiere decir que dejemos de comer aguacate, para nada. Los beneficios para la salud de este fruto están más que probados: es bueno para el corazón, para el colesterol, contiene propiedades antiinflamatorias, regula los niveles de azúcar en sangre, aumenta la absorción de nutrientes, y cuida de la piel, entre otras propiedades, según el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer. Pero sí es relevante que una vez más recordemos la importancia de valorar más los alimentos, de consumir los que tienen una gran huella de forma más esporádica y sobre todo de no desperdiciarlos porque así aprovechamos mejor los recursos, reducimos la huella ambiental y además no tiramos el dinero que nos han costado. Es un sinsentido que después de pagar unos aguacates a precio de oro los acabemos tirando por no haberlos consumido.

El sabor suave y consistencia cremosa de este fruto que debe su nombre a la palabra “ahuacatl”, que significa “testículos del árbol”, le convierten en cómplice para un montón de recetas y combinaciones en tostadas, ensaladas, o acompañando a cualquier plato vegetariano. Por ello la diseñadora Arina Shokouhi ha creado el ECO-VADO. Un trampantojo similar al del plant-based de la carne vegetal, con forma de aguacate. Físicamente es igual y nutricionalmente también. Su inventora buscaba una alternativa a este cultivo más amigable con el planeta y jugó con las palabras “ecological” (ecológico) y “avocado” (aguacate). En resumen, se trata de una recreación del fruto, elaborada de manera artificial imitando la composición del aguacate usando diferentes ingredientes para mantener una textura y sabor muy similares que le convierten en el nuevo alimento de culto para los veggies más molones de Instagram.