Ucrania ha continuado, un día más, su contraofensiva ante Rusia, recuperando territorios que hace apenas unas semanas estaban controlados por las tropas de Moscú. El objetivo ahora es extender al Donbás y Jersón el éxito que han tenido sus operaciones en Járkov.

Rusia, por su parte, parece haber cambiado de estrategia después de quedar patente que la mayor parte del noreste de Ucrania bajo control de las tropas rusas sigue "altamente vulnerable" a las continuas contraofensivas ucranianas, según apuntan desde el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).

En este sentido, los analistas opinan que es posible que Moscú haya decidido renunciar a la defensa de estas zonas para priorizar la protección de las ganancias territoriales en el sur. Esta estrategia, según admite el ISW, "tiene sentido", puesto que las regiones sureñas de Jersón y Zaporiyia son un terreno "clave" tanto para Rusia, como para Ucrania, mientras las "áreas agrícolas escasamente pobladas en el noreste lo son mucho menos".

Por otro lado, la inteligencia británica ha advertido en su informe de este domingo de que mientras Rusia "se enfrenta a reveses en el frente", podría estar preparando un gran ataque "en un intento de socavar directamente la moral del pueblo y el gobierno ucranianos".

En la última semana, las tropas rusas han incrementado sus ataques contra civiles, como el que ha tenido lugar este domingo en un hospital psiquiátrico, y en el que han muerto cuatro médicos que participaban en una evacuación de pacientes.