El increíble nuevo tatuaje de Jason Momoa: un tribal hawaiano en la cabeza

Es bien sabido que, en la cultura hawaiana, los tatuajes tienen un importante peso cultural. No solo hacen referencia la propia historia de las islas, sino también pueden ser utilizados para hablar de tus conexiones familiares, tu estatus social o tus raíces. Y Jason Momoa, que nació en el archipiélago estadounidense hace 43 años, tiene todo esto bien dentro de su cabeza. Casi literalmente. 

El actor ha sorprendido a sus seguidores con un cambio de imagen total en apenas dos semanas. El día 6 de septiembre, ante los comentarios de asombro de amistades de la industria de Hollywood como Dave Bautista o Marisa Tomei, el protagonista de Aquaman aparecía en su Instagram explicando cómo y por qué se había rasurado parte de la cabeza.

La idea que transmitió fue que quería que dejasen de utilizar plásticos de un solo uso y comenzar a mirar por los mares y la tierra. Sin embargo, lo más sorprendente estaba por llegar este mismo fin de semana, cuando en otra publicación, en un aeropuerto en el que iba a coger un avión con destino Nueva Zelanda, sus más de 17 millones de fans vieron cómo se quitaba un sombrero bombín.

Era entonces cuando enseñaba al mundo su nuevo look: un tribal hawaiano formado por tres hileras de flechas triangulares por todo el lateral izquierdo de su cráneo que comienzan casi en la base del cuello y llegan hasta la frente, justo donde naces el pelo. Otros amigos, como Tyrese Gibson o DeAndre Jordan, aplaudían su valentía.

Pero aún quedaba algo más. Según su representante ha explicado, el tatuaje "es una pieza enorme y está relacionada con sus raíces y cultura hawaianas" y, como el propio actor ha aclarado, quería hacérselo desde que tenía 20 años. Para ello ha contado con un artista especialziado en el arte de Hawái, Sulu'ape Keone Nunes.

Este, que en el proceso en el que iba haciendo el grabado fue fotografiado por la surfista Mainei Kinimaka, utiliza la técnica tradicional para tatuar, sin herramientas modernas. Es decir: un punzón impregnado en tinta y un constante martilleo hasta conseguir que el color entre bajo la piel. Otros ayudantes sujetaban mientras tanto al intérprete.

La propia Kinimaka escribía en su propia publicación, que luego reposteaba el actor, qué ha buscado con sus imágenes: "El mundo está saturado con fotografías de un Hawái idealizado, simplificado y prefabricado que se cuenta desde una perspectiva extranjera, solo para poder adherirse a una lucrativa narrativa creada por forasteros. Se requiere humildad, respeto y paciencia para sumergirse y ver el verdadero Hawái".