Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Denunciar la hispanofobia

Manifestación convocada por la organización Escuela de Todos en Barcelona el pasado domingo.
Manifestación convocada por la organización Escuela de Todos en Barcelona el pasado domingo.
DAVID OLLER / EP
Manifestación convocada por la organización Escuela de Todos en Barcelona el pasado domingo.

El pasado domingo miles de ciudadanos de Cataluña, convocados por la plataforma Escuela de Todos, que reúne a entidades del constitucionalismo cívico, se manifestaron a favor de que el castellano sea también lengua vehicular en la enseñanza obligatoria. Salieron a la calle para defender algo tan básico como que la otra lengua de los catalanes, que es el castellano, pueda utilizarse en las aulas y que no sea objeto de persecución. Porque, en efecto, no es exagerado hablar de persecución, no es demagogia ni tremendismo, sino una realidad que por desgracia los Gobiernos de España, el actual y los anteriores, han preferido ignorar. Las directrices del Departamento de Educación de la Generalitat para este curso, recogidas en un documento oficial, son muy explícitas. No solo se limita a prohibir que se enseñe en castellano, sino que obliga a que todas las actividades escolares se desarrollen exclusivamente en catalán. La coacción alcanza a la relación interpersonal entre docentes y alumnos, prohibiéndose cualquier otra lengua bajo el pretexto de ‘garantizar’ el uso del catalán.

Chantajean a menudo en cuestiones básicas porque el sistema electoral pone a menudo la gobernabilidad del país en sus manos

Todo ello es el reflejo de una mentalidad totalitaria de base hispanofóbica, pues para los nacionalistas, la mínima presencia del castellano resulta intolerable. Su terca oposición a que se imparta un mínimo del 25% ya lo dice todo. La situación en Cataluña es grave porque han logrado que una sentencia que era firme no se acabe aplicando, y si el TC no lo remedia, habrán blindado el modelo escolar monolingüe. Al mismo tiempo, hay que denunciar que el Gobierno de Pedro Sánchez, cuando tenía en sus manos pedir la ejecución de la sentencia, ha preferido contentar a sus socios de ERC. Es triste, pero es la realidad. En España, los partidos nacionalistas chantajean a menudo en cuestiones básicas porque el sistema electoral pone a menudo la gobernabilidad del país en sus manos. Le pasa ahora al PSOE, pero también en el pasado al PP. Por no hablar del escandaloso ‘cuponazo’ que el PNV ha ido obteniendo desde hace décadas a cambio de sus votos, y que rompe el principio de solidaridad entre españoles.

Los manifestantes en Barcelona exigían que las lenguas no sean un arma de confrontación sino de convivencia. A una sociedad bilingüe como la catalana, le corresponde una escuela también bilingüe. Nadie está en contra del catalán, pero lo que no puede ser es que con la excusa de defenderlo los nacionalistas impongan el arrinconamiento del castellano, vulnerando derechos y perjudicando a los propios alumnos catalanohablantes. Solo tienen que fijarse en el deficiente dominio del castellano de muchos políticos independentistas nacidos en la Cataluña interior cuando hacen ruedas de prensa. La hispanofobia genera analfabetos. 

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