Los antaño tan temidos 'hombres de negro' de la Comisión Europea se han pasado esta semana por España para evaluar cómo avanza el plan de recuperación. Y a diferencia de lo que ocurría en la década pasada, cuando los rapapolvos para el Gobierno eran la tónica habitual, ahora llegan cargados de alabanzas para España. Al menos por el momento.

Fuentes cercanas a la comitiva de la Comisión sostienen que la valoración que se ha hecho es que el plan de recuperación de España es "robusto" y que es justamente lo que necesita el país para hacer frente al negro panorama económico que afronta Europa de cara al invierno. "Es un plan extremadamente ambicioso que ya se ha ejecutado en tiempo y forma con una velocidad vertiginosa", sostienen. Desde la Comisión destacan que España es el único país que está a las puertas de solicitar el tercer pago del plan, un ritmo que sitúa a España "muy a la cabeza" en Europa en la implantación de los fondos europeos.

Bruselas ha cambiado notablemente el tono en comparación con la última vez que se pronunció sobre el avance de las reformas comprometidas por España. El pasado junio, fuentes de la Comisión expresaban en privado algunas dudas sobre la capacidad de las medidas aprobadas hasta ahora por el Gobierno para garantizar la sostenibilidad de las pensiones. Consideraban que el ahorro esperado por las medidas para retrasar la jubilación era algo optimista y consideraban "probable" que el gasto público sobre el PIB aumentara en los próximos años tras recuperarse la revalorización con el IPC. 

Sin embargo, ahora evitan pronunciarse en detalle sobre la reforma de las pensiones, algo que no harán hasta que se conozcan todos los detalles en 2023, sostienen. Las citadas fuentes señalan que falta información para valorar la reforma y que aún es pronto para saber si el elemento de sostenibilidad se va a cumplir. En todo caso, reiteran la necesidad de que el sistema ofrezca pensiones suficientes y sostenibles y ven al Gobierno "comprometido en asegurar la sostenibilidad". "El gasto en pensiones en España sigue siendo importante, tenemos que asegurarnos de que no sube exponencialmente, que es manejable y que es adecuado", apostillan.

La Comisión tampoco se moja sobre la reforma fiscal, otro de los hitos comprometidos con Bruselas que España debe haber cumplido en 2023 y que se antoja muy complicada en el contexto de crisis actual. Las fuentes mencionadas anteriormente creen que la coordinación regional en materia de impuestos es importante, pero rechazan emitir una valoración por el momento. 

"Es una reforma muy importante del plan y  las autoridades [españolas] están empezando a moldearla, pero no podemos decir nada sobre la reforma en sí porque no la hemos visto", arguyen. En cualquier caso, consideran que es una reforma capital en el contexto actual en el que hay que apoyar a los hogares más vulnerables. "Hacen falta ingresos, hace falta que la recaudación sea lo más eficiente y eficaz posible", sostienen.

Los funcionarios europeos se muestran sorprendidos por la velocidad a la que se están ejecutando los fondos y confían en que España sea capaz de absorber todas las inversiones antes de 2026, el año límite que tienen los Estados para gastar el maná europeo. "Tenemos muchas razones para ser optimistas, es más rápido que cualquier cosa que hayamos visto hasta la fecha", sostienen. Eso sí, piden a España que sea más transparente con la información sobre la ejecución de los fondos, una recomendación que hacen extensible al resto de países europeos. 

Tercer desembolso y la adenda

España ha recibido ya más de 31.000 millones de los fondos Next Generation EU tras haberse completado ya la prefinanciación y los dos primeros pagos. El Gobierno deberá ahora presentar la solicitud para recibir el tercer pago de 6.000 millones antes de que concluya el año. También tiene pendiente el envío de la adenda al plan, un documento que debe incluir nuevas reformas -especialmente en concepto de ahorro y eficiencia energética- del que dependen un total de 7.700 millones en ayudas directas y 84.000 millones en préstamos. El Ejecutivo todavía no ha revelado la fecha en la que presentará las dos solicitudes.

El tercer pago de los fondos europeos está vinculado al cumplimiento de 29 hitos y reformas que debían estar aprobadas en el primer semestre de este año. Entre ellas destacan la ley de insolvencia, la reforma del sistema de cotización de los autónomos o la reforma de los planes de pensiones complementarios (el segundo pilar del sistema).

En principio nada apunta a que vaya a haber problemas con el tercer desembolso. Pero las cosas serán más complicadas con el cuarto, previsto ya para 2023. Para recibir el cuarto tramo de ayudas, España deberá haber aprobado la ley de vivienda y la pata más delicada de la reforma de las pensiones. En lo que se refiere a las pensiones, España se ha comprometido a ajustar el periodo de cómputo para el cálculo de la jubilación, a ajustar la base máxima de cotización y a encontrar un mecanismo que garantice la sostenibilidad del sistema. Del visto bueno de la Comisión a estas reformas dependen 10.000 millones en desembolsos.