Alexander, víctima del "pánico" ante el reclutamiento de Putin en Rusia: "Esta noche dormimos en Moscú. Mañana será mañana"

Miles de rusos han escapado de Rusia desde el anuncio de la "movilización parcial" de Putin.
Miles de rusos han escapado de Rusia desde el anuncio de la "movilización parcial" de Putin.
EFE
Miles de rusos han escapado de Rusia desde el anuncio de la "movilización parcial" de Putin.

Alexander recorre las calles de Moscú de camino a casa tras salir del metro y respira aliviado al comprobar que todo a su alrededor tiene un aspecto normal. No hay detenciones arbitrarias ni agentes repartiendo notificaciones de reclutamiento entre los transeúntes. No al menos en esa parte de la ciudad, tal y como ha escuchado que ocurre en otras zonas tras la "movilización parcial" decretada por Vladímir Putin el miércoles. "No todavía", como señalan algunos de sus compatriotas contrarios a la guerra y a la llamada a filas. Ahora, pese a la aparente tranquilidad, en la capital subyace un "pánico silencioso" que "ha enrarecido" el ambiente.

Ingeniero en una planta de reparación de transporte, él y su pareja, jefe de cocina a tiempo completo, se oponen firmemente a la invasión de Ucrania y temen ser objeto de la leva. Por eso, el mismo día en que el presidente ruso anunció la movilización debatieron qué hacer ante el llamamiento. Ambos, hombres jóvenes de 32 y 33 años, ven dos opciones claras ante la ambigüedad del decreto del Kremlin sobre las características de los ciudadanos susceptibles de ser reclamados en el frente: dejar el país en busca de una nueva vida o permanecer en Moscú con la esperanza de que la guerra termine cuanto antes. Por el momento, se quedan.

"Valoramos los pros y los contras. Sopesamos la posibilidad de marcharnos a Georgia o Kazajistán, pero... después de llegar allí, ¿qué? De entrada, ni siquiera estamos seguros de tener dinero suficiente como para alquilar un apartamento o una habitación, porque son países donde la vida es cada vez más cara. En Rusia, por lo menos, sabemos cómo conseguir trabajo, aunque sea cobrando en negro, en el hipotético caso de perder nuestros empleos actuales", explica Alexander. 

No obstante, la incertidumbre sobre un futuro lejos de su hogar no es la única complicación que afrontan ambos jóvenes para abandonar Rusia. La llamada a filas desató el temor entre la población y disparó la venta vuelos desde Moscú y San Petersburgo a otros países, con el consiguiente incremento del precio de los pasajes. "Tampoco está claro si los hombres en edad de ser reclutados pueden atravesar la frontera. Llega información de que algunos han conseguido cruzar aquí o allí, pero también de otros que no han tenido éxito", detalla.

"No queremos salir de forma ilegal, a través del campo o del bosque, porque no nos parece ético de cara al país de entrada. Además, nos da miedo que, después, nos puedan repatriar. Tampoco sabemos dónde tendríamos que registrarnos en un estado extranjero y nos asusta que, por eso, nos deporten", reconoce. 

"Mañana será mañana"

Todas estas dificultades han provocado que Alexander y su pareja opten por quedarse en un país que podría enviarlos a la primera línea de combate en cualquier momento y que, en los últimos tiempos, ha endurecido la represión contra el colectivo LGTBi, al que pertenecen. Sin embargo, el hecho de que la decisión esté tomada no significa que no sientan miedo y la cuestionen a la vista de ciertas informaciones: "Esta noche dormimos en Moscú. Mañana será mañana".

"Sopesamos marcharnos a Georgia o Kazajistán, pero... después de llegar allí, ¿qué? De entrada, ni siquiera estamos seguros de tener dinero suficiente como para alquilar un apartamento o una habitación

Esta determinación, sin embargo, no sirve para escapar de ciertos obstáculos latentes en la ciudad. "Uno de los grandes problemas que tenemos es no saber en quién podemos confiar para tratar de protegernos de las acciones del Gobierno. La sociedad está completamente dividida, atomizada, así que intentamos aunar esfuerzos con los amigos en los que podemos confiar", relata.

A pesar de todo y para reafirmarse en su decisión, ambos se aferran a la idea de que no resulta tan sencillo que la carta de reclutamiento acabe llegando realmente a sus manos. "En principio, la notificación para alistarte tiene que llegarte a casa por correo y nosotros no estamos empadronados en Moscú. Tendrían que venir a buscarnos al trabajo o dárnosla en la calle", apunta el joven, aunque algunos de sus compatriotas aseguran que eso ya está ocurriendo en determinados puntos del país.

¿Y en el caso de que la carta termine en su poder? Alexander lo tiene claro: "Incluso los partidarios de Putin se preguntan unos a otros cómo evitar acudir al frente. Ninguno de mis conocidos quiere ir a la guerra. Si acabase siendo llamado al campo de batalla, me negaría, aunque eso significase terminar en la cárcel. Dejemos que aquellos que quedarán fuera sean quienes derriben los muros de esa prisión y nos liberen".

Moscú, "el lugar más seguro"

"Ni siquiera un ruido se escucha en el jardín, todo está quieto hasta el amanecer", dice la popular canción rusa 'Noches de Moscú', y en esa idílica imagen de tranquilidad quieren confiar los dos jóvenes. "De momento, todo funciona con normalidad. La capital debería ser el lugar más seguro, por la cantidad de personalidades que residen aquí, aunque ahora el Gobierno parece estar rompiendo sus propias reglas", ahonda. 

"Uno de los grandes problemas que tenemos es no saber en quién podemos confiar para tratar de protegernos de las acciones del Gobierno. La sociedad está completamente dividida, atomizada"

En el mismo sentido, duda que el Ejecutivo de Putin quiera empezar a reclutar a muchos ciudadanos en la capital mientras llevan a cabo los referendos en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, porque "podría afectar a la imagen de Moscú, del país y del Gobierno". Se refiere así a las consultas que las autoridades rusas están realizando en territorio ucraniano para anexionarse esas zonas, en un momento en que las tropas de Volodímir Zelenski han comenzado a recuperar ciudades gracias a una eficaz contraofensiva.

En estos momentos, a pocos días del anuncio de Putin de la leva, todavía es una incógnita cómo evolucionará la "movilización parcial". Por ahora, el movimiento pacifista Vesná (Primavera) asegura que algunos de los arrestados en las protestas contra la llamada a filas recibieron notificaciones en el momento de la detención para comparecer de inmediato en las oficinas de reclutamiento. 

Alexander se resigna: "Por lo menos, no nos encontramos en la situación en la que se hallaba Afganistán hace un año. Estamos vivos y libres, con la esperanza suficiente como para no agarrarnos al fuselaje de un avión para tratar de escapar del país. El pánico aún no hace ruido aquí, está, se siente, pero de una manera silenciosa todavía".

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