España es el mayor exportador de aceite de oliva del mundo, con una producción anual que supera el millón de toneladas que se venden, en su mayoría, a Italia, EE UU, Portugal y Francia. Sin embargo, es posible que este año no se llegue a una cifra tan elevada: la Junta de Andalucía presentaba a principios de este mes la previsión del primer aforo del olivar 2022-2023, que situaba la recolección en un 49% menor respecto a la de 2021-2022.

En el informe se estima una producción de alrededor de 3 millones de aceitunas para almazara, de las que se obtendrían 587.000 toneladas aceite de oliva. Esto supondría la mitad de la campaña anterior, cuando la estimación era de más de 5 millones de toneladas de aceitunas y de 1.050.300 toneladas de aceite.

"Dramática" e "inasumible" son los adjetivos que han empleado Cristóbal Cano (responsable de Olivar y secretario general de UPA Andalucía) y Juan Luis Ávila (responsable de Olivar de COAG y secretario provincial de la organización en Jaén) para definir la situación, la cual supondría la segunda reducción más drástica del siglo.

Es una cosecha marcada por la sequía, por la restricción al regadío y por las sucesivas olas de calor de este año

Las altas temperaturas y la sequía son las razones que los expertos indican como las principales causas que han provocado la merma de la producción de aceite de oliva. "Es una cosecha marcada por la sequía, por la restricción del agua para el regadío y también por las sucesivas olas de calor de este año", apunta a 20minutos Cristóbal Cano.

Juan Luis Ávila, por su parte, señala el cambio climático y la situación "cada vez más agudizada" de falta de precipitaciones que, sumado a los elevados valores en los termómetros, generan unas malas condiciones para la floración del olivar. Si bien la meteorología tiene parte de culpa, el responsable de Olivar de COAG considera que el escenario se ha agravado debido a una "mala gestión" por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

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Ambos expertos insisten en que el agua se tiene que repartir con criterios de eficiencia económica y social, ya que el sector oleícola genera mucho empleo y riqueza. "No tiene sentido que se esté repartiendo agua como si no hubiera escasez", enfatiza Ávila. Y es que, según comenta, el haber destinado gran parte de este recurso a otros cultivos ha dado lugar a una cosecha "muy escasa", influyendo también en la que se obtiene de los regadíos, que es la que abastece de aceite los años que llueve poco. 

Todo ello ha dificultado el cultivo del sector oleícola, que se ha hecho notable, sobre todo, en Jaén y Córdoba, principales productoras españolas, donde las caídas previstas son mayores que en otras provincias con un 60% y un 47,3% menos que la producción final de la pasada campaña, respectivamente, según la administración andaluza.

Los consumidores podrían pagar más por el aceite

El escenario en el que se encuentra la producción del aceite de oliva podría tener diversas consecuencias, sobre todo económicas. La Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva (Infaoliva) indica que los precios en origen han subido entre el 3,67% y el 7,79% después de que la Junta de Andalucía presentara los datos.

El observatorio de precios de aceite de oliva de la organización refleja que, del 1 al 8 de octubre, el precio en las provincias de Jaén y Granada se ha encarecido más de un 7%. El primer viernes del mes, el aceite virgen extra cotizaba a 3,95€ por litro; el virgen, a 3,90€ por litro; y el lampante, a 3,85€ por litro, mientras que la semana siguiente estaban a 4,25€, 4,20€ y 4,15€ por litro, respectivamente.

Juan Luis Ávila explica que la mala campaña se suma a una época en la que ha habido un incremento del coste de producción a causa de la subida "desorbitada" de la energía y de los combustibles, provocando una situación "totalmente inasumible" por parte del sector y un incremento del coste tanto en origen como en destino. 

De la misma forma, la actual situación podría generar un nuevo aumento del precio, ya que, ante una menor oferta, los agricultores no podrán cumplir con la demanda y el producto podría venderse más caro. "La reducción de producción va a generar cambios en la oferta de aceite, por lo que, seguramente, los consumidores van a tener que pagar más por él", asegura.

El consumidor pagará caro el descenso de la producción de aceite de oliva

La escasez de cosecha está suponiendo una pérdida de empleo tremendo

No obstante, aunque el precio en destino incremente, los expertos señalan que los agricultores no van a poder hacer frente a los costes. "Vamos a tener una pérdida económica importantísima", expresa Cristóbal Cano, quien, haciendo una primera valoración, cuantifica las pérdidas de entre 1.700 y 2.000 millones de euros, solo a los olivareros. 

"A esto habría que sumar también las pérdidas en jornales en la recolección, que son algo más de 5 millones de trabajadores, los cuales no todos van a poder desempeñarse laboralmente porque no hay campaña lo suficientemente potente para dar trabajo", expone Cano, a lo que Ávila añade que casi 200.000 familias se encuentran en la "quiebra" porque está siendo "muy difícil seguir adelante". "La escasez de cosecha está suponiendo una pérdida de empleo tremendo", concluye este último.

Anierac y Asoliva discrepan con los datos de la Junta

A pesar de la información y las cifras aportados por la Junta de Andalucía y el criterio de otras organizaciones, la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) y la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), han mostrado su disconformidad con el Aforo del Olivar presentado por la administración andaluza.

Las organizaciones defienden que la cifra del 49% menos de producción de aceite de oliva respecto al año anterior no coincide "para nada" con los números que se manejan desde las distintas empresas asociadas a Anierac y Asoliva, que sitúan la producción "por encima de los 900.000 toneladas", pudiendo alcanzar incluso las "1.100.000 toneladas si llegan las lluvias".