Galicia

El maquinista del Alvia, con voz entrecortada en su declaración ante la jueza: "Que las víctimas me perdonen, no pude evitarlo"

El juicio por el accidente del tren Alvia registrado el 24 de julio de 2013, con 80 víctimas mortales y casi centenar y medio de heridos, ha vivido un momento clave este jueves con la declaración de Francisco José Garzón Amo, el maquinista del tren que descarriló en la entrada a Santiago.

"Me reitero en que las víctimas me perdonen. Pero fue un accidente, no pude evitarlo", ha dicho Garzón en la segunda jornada del juicio por el accidente ocurrido en el barrio compostelano de Angrois el 24 de julio de 2013, que dejó 80 muertos y 145 heridos.

Tras una hora aproximada de comparecencia, en la que solo ha respondido a preguntas de su abogado defensor, Manuel Prieto, y en ocasiones a las aclaraciones solicitadas por la jueza, Garzón ha concluido con la voz rota y con esas disculpas.

El letrado ha destacado que fue "público y notorio" que el maquinista pidió perdón en varias ocasiones, incluso a través de una carta que recogió la prensa. El letrado ha conducido el interrogatorio sobre su vida profesional en Renfe desde que ingresó en el año 1982 —obtuvo el título de maquinista en abril de 2013— y hasta el día del accidente. 

El primer momento en el que se le ha roto la voz ha sido para hablar de los primeros segundos tras el descarrilamiento del Alvia en la curva de A Grandeira. "Lo primero era atender a los viajeros y socorrerlos", ha dicho, de manera entrecortada, después de que fuese su abogado quien contó cómo, con el accidente, se quedó atrapado entre los hierros de la locomotora y se puso en contacto con el puesto de mando de Renfe en Atocha (Madrid).

Al preguntarle su abogado sobre su conducción al hospital de Santiago, ha habido una primera pausa en su declaración en la que ha pedido "perdón" hasta tres veces. En ese momento, la jueza ha intervenido por primera vez para pedirle que estuviese "tranquilo", a lo que el maquinista ha respondido: "Ya, pero es imposible".

El maquinista y el letrado también han deslizado que su alta hospitalaria y su detención guardaba relación con la rueda de prensa que dio al día siguiente —28 de julio— el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Sin embargo, la jueza ha matizado que "el ministro no detiene a nadie" y que si había sido llevado a calabozo era "por órdenes del juez instructor". En ese momento, Garzón ha tachado de "criminal" que saliese del hospital "con tres costillas rotas" y la jueza le ha advertido que ese no era "el objetivo del juicio". "Si usted tiene alguna queja de los servicios médicos que le dieron el alta puede presentar una queja en el foro (pertinente)", ha añadido.

Fernández Curras también le ha advertido de que estaba "dejando en mal lugar a los médicos", algo que el maquinista se ha apresurado a negar: "No, no. Si se ha entendido eso, pido perdón a los médicos". 

El del Alvia será un juicio largo que estará centrado en la responsabilidad de Garzón, que encaró la curva de A Grandeira a más del doble de la velocidad permitida (191 km/h frente a 80), y la del otrora alto cargo del administrador de la infraestructura, en su caso por eventuales problemas que pudiesen haber afectado a la seguridad, al no prever un frenado técnico.

La declaración del ex alto cargo de Adif Andrés Cortabitarte se ha pospuesto hasta el próximo jueves 13 para que "pueda reponerse" tras el "incidente" registrado en la jornada de arranque del juicio, cuando un familiar le agredió con un puñetazo en la nuca. El calendario previsto por el tribunal reservaba tanto el resto de este jueves como el viernes para la comparecencia de Cortabitarte, pero su abogado ha asegurado a la jueza que "todavía sigue afectado por lo que sucedió ayer".

Toda vez que la declaración de Cortabitarte será "notablemente más larga" y tras manifestar su defensa que "no se encuentra en condiciones por ese incidente, añadido a la propia tensión" por encontrarse como acusado en la causa, según ha señalado la propia jueza, esta ha decidido aplazar su comparecencia, ya que "existen días más que suficientes" y para que "pueda reponerse".

Esta segunda jornada, de hecho, el dispositivo policial ha sido modificado para tratar de incrementar la seguridad, de modo que el paseíllo por el que entraban tanto acusados y abogados como el público y periodistas queda reservado solo para los primeros, mientras que los segundos deben acceder bordeando el edificio judicial.

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