Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El 'ghosting' de William Levy a Mercedes Milá: la realidad no es igual que la ficción

Mercedes Milá besa a William Levy
Mercedes Milá besa a William Levy
Movistar Plus
Mercedes Milá besa a William Levy

Comunicar no es hablar, es compartir. Así ejerce esta profesión Mercedes Milá. Abriéndose, con sentimiento. Su sinceridad no suele tener demasiados filtros. O eso parece. Hace unos días, incluso reconoció que no había vuelto a saber nada de su idolatrado William Levy tras la grabación de una entrevista sólo para él en Movistar Plus. Vamos, que el actor le ha hecho 'ghosting', término anglosajón que se refiere a la práctica de romper una relación sin explicaciones. Desaparecer repentinamente.  Con la frustración de ni siquiera atreverse a un adiós.

Este tipo de gestos también retratan al artista, como también describe a Mercedes Milá su capacidad de verbalizar en público esa sensación de la desilusión que es la admiración no correspondida. Muy empático, pues todos hemos pasado por ahí. Incluso todos alguna vez nos hemos intentado autoengañar mientras vamos descubriendo que la realidad no es como la imaginamos.

Soñar es uno de los más sublimes logros de la ficción. Porque la buena historia es la que consigue que el espectador se convierta en el propio guionista de los personajes al terminar de pasar los títulos de crédito. Pensar sus vidas al gusto, cuando ya no están en emisión.

Quizá Café con aroma de mujer ha propiciado ese estado en Mercedes Milá. Pero William Levy es simplemente un actor de culebrón interpretando un papel. Con su talento, con su belleza, con sus fans que cierran filas haga lo que haga. La propia Milá ha publicado un vídeo en su Instagram recogiendo el cable de la crítica que hizo a su entrevistado por "desaparecer de su vida".

"Una se hace ilusiones de que va a seguir manteniendo un hilo rojo, colorao, con Levy. Pero eso es falso, es imposible. Porque él se volvería loco. Yo sé que tenéis razón vosotras, las fans fieles. Y yo me encuentro entre vosotras, porque me siente haciendo feliz verle, escucharle y ver vuestros montajes que son fantásticos", se excusa Mercedes Milá en modo fan. Aunque ella no puede disimular que, al final, no es sólo una fan, sobre todo es periodista. Ahí está la diferencia.  Y quizá ahí está el aprendizaje. Levy vió la entrevista como una autopromoción sin valorar lo suficiente el privilegio único que es poder tener una hora de televisión con un referente como Milá. Una vez grabada la charla, ya no necesitaba más. Ya estaba el interés profesional hecho. 

Los fans son espectadores creyentes de la fe ciega, pase lo que pase. Pero el periodismo es despertar el espíritu crítico. Ese que se plantea la autenticidad. El mejor artículo, el mejor programa, hasta el mejor show es el que genera reflexión. El encuentro en Movistar Plus de Mercedes Milá a William Levy, esa última vez que hablaron (por ahora), no pasará a los anales como la mejor entrevista de la historia, pero hasta en modo fan Milá hizo una radiografía del invitado (y ella misma) que, bien visto el programa, propicia reflexión social. Incluso muestra que la realidad no es igual que la ficción

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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