La mirada, una manera de estrechar lazos con nuestros perros

  • Un perro al que asustamos no nos mirará a los ojos, para él apartar la mirada es también una señal de calma.
  • Sonia Losada es formadora del curso profesional de Educación canina en L'escola D'Oficis de Catalunya. 
Mirar a nuestros perros activa la secreción de oxitocina.
Mirar a nuestros perros activa la secreción de oxitocina.
M.T.
Mirar a nuestros perros activa la secreción de oxitocina.

Cuando miramos a nuestro perro a los ojos, sentimos algo especial y percibimos que ellos nos miran con lo que interpretamos como amor incondicional. Cabe preguntarse si se trata de una sensación nuestra o si la ciencia refrenda nuestras emociones. 

Al mirar a los ojos a alguien que nos agrada, segregamos oxitocina, la conocida como la “hormona del amor”. Es una hormona y neuropéptido responsable, entre otras cosas, de la afectividad: contribuye a que nos enamoremos, amemos a nuestra familia o sintamos un vínculo emocional con alguien. Se secreta cuando una madre mira a los ojos a su bebé, o cuando se miran a los ojos personas enamoradas. La oxitocina favorece el apego, la monogamia, el vínculo social, facilita el comportamiento maternal y reduce el estrés.

El efecto de la oxitocina está ampliamente estudiado en relaciones intraespecíficas, entre humanos. ¿Qué pasa con los perros, que son de otra especie y nos miran a los ojos constantemente? Miho Nagasawa reealizó en 2015 un experimento para comprobar si al mirar a nuestros canes también secretamos, y ellos secretan, dicha hormona.

Para el experimento se contó con perros, lobos criados en cautividad y los propietarios de ambos. Se dividió en dos partes: en la primera se valoró si realmente había un aumento de oxitocina al interactuar con los cánidos, y en el segundo se administraba oxitocina o solución salina a los canes para probar si incrementaba la duración de las miradas o de la interacción al aumentar la dosis en sangre del neuropéptido.

Diferencias con los lobos y entre sexos

En cuanto a la primera prueba, se recogieron muestras de orina de los cuidadores antes y después de que miraran a sus cánidos y se comprobó que, al realizar una interacción larga de aproximadamente media hora, en la que se les miraba, hablaba y acariciaba, los niveles de oxitocina aumentaban tanto en perros como en humanos. Los lobos apenas miraron a sus cuidadores durante el experimento, por lo que los niveles de oxitocina no variaron.

En cuanto a la segunda parte, en la que se inoculó oxitocina en un grupo de perros y en otros solución salina, se les hizo entrar en una sala con su propietario y personas desconocidas, sin la más mínima interacción. Curiosamente las perras a las que se les había inoculado la hormona miraron más a sus propietarios, no hubo diferencia apreciable en machos.

Como resultado colateral, los niveles de oxitocina aumentaron en los propietarios de las perras que habían recibido la dosis de la hormona frente a la de los propietarios de las perras que habían recibido solución salina. Que precisamente eran las perras que miraban durante más rato a sus propietarios.

Este experimento puso de manifiesto que cuando miramos o acariciamos a nuestro perro durante un rato, los niveles de la llamada hormona del amor aumenta tanto en nosotros como en ellos. De manera que es fácil deducir que se trata de una de las mejores formas de fortalecer el vínculo con nuestros canes.

Los lobos apenas miraban a sus cuidadores, como apenas se miran entre ellos, ya que una mirada frontal a los ojos es muy amenazante. En cuanto a perros, como cánidos que son, tampoco suelen mirarse a los ojos porque es una comunicación muy amenazante. De hecho, algo muy común en un perro reactivo-agresivo es que camine tenso mirando fijamente a los ojos al perro al que pretende atacar. La evolución en algún momento unió a perros y humanos, y fruto de esa evolución conjunta han aprendido a mirarnos a los ojos como muestra amistosa de comunicación. Incluso han desarrollado cejas más móviles que sus parientes los lobos, lo que les aporta mayor expresión facial.

La mirada es, en realidad, una manera de estrechar lazos con nuestros perros. Pero para eso es fundamental que nos miren a los ojos: un perro al que le asustamos no nos mirará a los ojos ya que somos amenazantes, y un perro que nos retira la mirada es un perro al que le asustamos. Curiosamente apartar la mirada es también una señal de calma, una manera de mostrar que están estresados, asustados y que quieren evitar un conflicto. Y esto suelen hacerlo cuando les reñimos mirándole a los ojos de forma intimidante.

Cambiemos el reñir a nuestro perro sacando pecho y mirándolo desde arriba para que sepa quien manda por agacharnos y sonreír mientras le miramos a los ojos y le acariciamos. Seamos amables con ellos como lo son ellos con nosotros, porque la ciencia evidencia que mirarnos es una maravillosa manera de conectar afectivamente con ellos y aumentar los niveles de oxitocina. No lo desperdiciemos asustándole innecesariamente cuando hay otras formas mejores de reconducir conductas lejos de la riña o el enfado.

Como consejo final, propongo mirarles con atención plena. Cuando acariciamos a nuestro perro a menudo deja lo que estaba haciendo para venir hacia nosotros, mirarnos, y disfrutar plenamente de ese ratito. Hagamos lo mismo: dejemos por unos minutos de mirar la televisión o el móvil cuando interactuamos con nuestro perro, centrémonos en ese maravilloso momento de acariciarle mirándole a los ojos, en ese pequeño momento de felicidad junto a nuestro compañero.

Sonia Losada
Especialista en comportamiento canino y podcaster

Soy ingeniera técnica agrícola y auditora interna de calidad alimentaria especializada en FSC22000. Durante tres años estuve de voluntaria en la protectora Lliga pels animals i plantes, de Barcelona. Desde 2010 me estoy formando y trabajando como educadora canina y adiestradora. Colaboro con protectoras, perreras y centros veterinarios. Me he formado con grandes profesionales como Turid Rugaas y Ian Dunbar. Organizo seminarios de especialización en comportamiento canino en Barcelona, con ponentes nacionales e internacionales. Soy formadora en activo del curso profesional de Educación canina y adiestramiento en L'escola D'Oficis de Catalunya. Mentora de nuevos profesionales. Creadora del podcast "Hablemos de perros". Colaboro escribiendo sobre ciencia aplicada al comportamiento canino en 20minutos desde 2022.

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