Este pasado sábado, a primera hora de la mañana una gran explosión sacudía el puente de Crimea. Murieron tres personas, se incendiaron varios camiones cisterna de petróleo y se colapsaron dos de sus carriles para automóviles.
No es un puente cualquiera. Es el símbolo del dominio ruso de Crimea y del expansionismo del régimen de Vladimir Putin. Sobrevuela el estrecho de Kerch y fue inaugurado a bombo y platillo en mayo de 2018.
Con sus casi 18 kilómetros de longitud es el puente más largo de Europa. Es en realidad una pareja de puentes que cruzan el estrecho de Kerch entre la punta Chushka en la península de Tamán, Rusia, y la península de Kerch, Crimea, el territorio en disputa entre Rusia y Ucrania desde el 18 de marzo de 2014.
La conexión por carretera está completa desde el 16 de mayo de 2018 y la ferroviaria desde el 23 de diciembre de 2019. Por esa doble capacidad, el puente de Kerch es una ruta de suministro vital para las fuerzas rusas que han invadido Ucrania.
Los nazis lo dejaron a medias
El primer proyecto de un puente sobre el estrecho de Kerch es de 1910, durante el reinado del zar Nicolás II. Se trataba de unir la Rusia continental con la península de Crimea.
El siguiente plano del puente no se dibujó en las mesas de Rusia sino en las de la Alemania nazi. El arquitecto y ministro Albert Speer ideó a principios de 1943 un puente para poder ayudar en la invasión alemana de la región del Cáucaso Norte.
Albert Speer, el arquitecto de la Alemania nazi, ideó en 1943 un puente para ayudar en la invasión de la región del Cáucaso Norte
En marzo de ese año, Hitler ordenó la construcción de una carretera y ferrocarril a través de un puente combinado sobre el estrecho de Kerch que debería estar concluido en 6 meses.
De entrada, los nazis construyeron un teleférico con una capacidad diaria de 1.000 toneladas. Hasta octubre de 1943, la retirada alemana del Cáucaso se hizo por este estrecho. Pero Alemania no tuvo tiempo de más.
El primer puente se lo llevó el hielo
El primer puente sobre el estrecho de Kerch lo acabó de construir la Unión Soviética de Stalin. De 4,5 kilómetros, fue levantado por el Ejército Rojo en el verano de 1944 con los materiales que dejaron los nazis.
De carácter provisional, el puente era sólo ferroviario y sólo existió durante apenas seis meses. En febrero de 1945, unos enormes bloques de hielo arrastrados por fuertes vientos desde el mar de Azov causaron daños irreparables en su estructura. Stalin suspendió el proyecto indefinidamente.
El puente ferroviario que levantó la Rusia de Stalin apenas duró seis meses
Tuvieron que pasar 65 años para que la idea de un puente que uniera Rusia y Crimea fuese recuperada. El 25 de abril de 2010, el presidente ucraniano Víktor Yanukóvich y el ruso Dmitri Medvédev firmaron un acuerdo para construir el puente.
Pero la historia venía empujando y todo quedó en un papel. Estalló el Euromaidán -las manifestaciones y disturbios en Ucrania que acabaron derrocando a Yanukóvich- y la anexión rusa de Crimea, en 2014.
Inaugurado 4 años después de la anexión de Crimea
A partir de ese momento Putin se dio prisa en recuperar el proyecto y hacerlo realidad. Planteó al Ministerio de Transporte el diseño y construcción de un puente con carretera y vía ferroviaria. En marzo de 2014, Rusia crea para Crimea una filial de sus autopistas (Avtodor), que se debe encargar de construir el puente.
La construcción del puente se le encargó a la compañía Stroigazmontazh, del empresario ruso Arkadi Rotenberg. El coste inicial previsto fue de 250.000 millones de rublos rusos (unos 3.500 millones de euros).
La gente soñaba con este puente... Por fin ha ocurrido este milagro. Hoy es un día histórico para Rusia"
Las obras comenzaron en febrero de 2016 y Putin inauguró el puente el 15 de mayo de 2018. En ese momento contaba con cuatro carriles para vehículos. Hubo que esperar a finales de 2019 para que funcionaran las dos vías de tren. La parte rodada tiene 16,9 kilómetros y la ferroviaria, 18,1 km.
"En muchos momentos de la Historia, incluso bajo los zares, la gente soñaba con la construcción de este puente... Por fin, gracias a vuestro trabajo y a vuestro talento, ha ocurrido este milagro. Es un día histórico para Rusia", afirmó Putin en la inauguración después de llegar al lado del puente en Crimea.
A la hora de inaugurarlo se calculaba que por el puente sobre el estrecho de Kerch circularían cada año 14 millones de personas y más de 13 millones de toneladas de carga. Hasta la explosión del sábado, lo utilizaban 40.000 coches al día y casi 50 trenes hacia y desde Crimea a diario.
Una importancia más que simbólica
El puente de Crimea no sólo tiene una importancia simbólica para la grandeza rusa y su apostol, Vladimir Putin. Es mucho más. Permite a Rusia asegurar aún más su control estratégico sobre Crimea y ejercer una presión económica y política continua sobre Ucrania.
Hay que desconfiar de cualquier nación que comience a construir infraestructuras para hacer valer sus intereses geoestratégicos"
Además, el puente sobre el estrecho de Kerch permite -como ha mostrado la guerra- dar apoyo a las ambiciones rusas sobre la integridad marítima de Ucrania. O como ha escrito Jan Emmerich, de la Naval Postgraduate School de EE UU, "la comunidad internacional debe desconfiar de Rusia -o de cualquier otra nación- que comience a construir infraestructuras para hacer valer sus intereses geoestratégicos".
Según el Kremlin, el puente ha reforzado la economía de Crimea, ha aumentado su actividad comercial y ha generado empleo en la península. Efectivamente, ha permitido a Rusia transportar mercancías y personas desde y hacia Crimea con mucha más facilidad y con menos coste.
La libre circulación de mercancías ha servido para que Rusia aumentara sus exportaciones, para que bajaran los precios de diversos productos en Crimea, para facilitar la circulación de turistas durante todo el año.
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