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La terapia visual en niños con discapacidad intelectual severa: "Realizamos estudios muy completos con pruebas adaptadas"

Una niña en una consulta optométrica.
FREEPIK

Las personas con discapacidad intelectual derivada de una enfermedad o trastorno neurológico no suelen procesar correctamente la información que reciben de uno o varios de los sentidos, entre ellos, la visión. En el desarrollo integral de un niño, además, el área visual está directamente vinculada con su desarrollo a nivel motor, por lo que es muy probable que los niños con discapacidad intelectual que presentan dificultades en el desarrollo motor también tengan dificultades en sus habilidades visuales y sufran, por tanto, problemas en este área.

Para ver de forma eficaz no solo hace falta tener el 100% de visión, sino que es necesario que se den muchas habilidades de forma rápida y al unísono. En ocasiones, esto no sucede y muchos de estos niños, aunque ven el 100%, desarrollan problemas visuales, que podemos dividir en dos categorías:

  • Funcionales: mala salud ocular, dificultad en el control oculomotor, visión binocular, acomodación visual o estereopsis.
  • Percepción visual (cómo el cerebro interpreta la información que reciben los ojos): dificultades visoespaciales, visuomotoras y de análisis visual.

A pesar de tener una mayor probabilidad de desarrollar problemas visuales, es habitual que estos niños no acudan a revisiones periódicas, sobre todo cuando el menor ve aparentemente bien, tanto de lejos como de cerca y, por tanto, la familia considera que no tiene dificultades en las habilidades visuales.

Para mejorar la visión de un niño es importante la labor conjunta del oftalmólogo, encargado de estudiar las alteraciones patológicas del sistema visual, y el optometrista, quien trata su rendimiento eficaz y busca soluciones y establece normas de higiene visual.

“En optometría vemos la funcionabilidad y la percepción visual desde el punto de vista del rendimiento visual para lograr que el sistema esté en su máximo potencial”, explica Cristina San Juan, optometrista de Salud Visión (Madrid) y del Gabinete de la Fundación Querer. “No solo que el niño tenga una miopía o hipermetropía fuerte, ya que puede ver bien, pero no procesar la información visual óptimamente”, añade.

Este jueves, Día Mundial de la Visión, San Juan explica qué signos deben alertar a las familias de estos niños y cómo trabajar con aquellos que padecen una discapacidad intelectual severa.

¿Qué signos deben alertar a las familias?

Un niño con discapacidad intelectual puede ver perfectamente de lejos y de cerca, pero tener problemas visuales, como los mencionados anteriormente, que dificulten su rendimiento académico y su integración en las actividades del día a día. Por tanto, es importante que los padres estén atentos e identifiquen ciertos signos que ayudarán a detectar un posible problema visual para poder intervenir lo antes posible:

  • Cambios de renglón o salto de palabras en la lectura.
  • No diferenciar letras o tener mala letra al escribir.
  • Golpearse y caerse con mucha facilidad.
  • Dificultades de memoria y comprensión lectora.
  • Visión borrosa o fatiga visual.
  • Picor y escozor de ojos
  • Dolores de cabeza.

La importancia de acudir a revisiones periódicas

En cualquier caso, cuando se detecten alguno de estos signos, la familia debe acudir al especialista para que evalúe si el niño tiene un problema de visión. “Hay que comprobar que el desarrolló visual del niño está dentro de la normalidad y, además, que es lo suficientemente eficaz para que las exigencias que tiene en el colegio se puedan cubrir”, explica San Juan.

La optometrista recomienda revisar la visión de los niños antes de comenzar su etapa escolar, para poder así valorar en qué situación se encuentra e intervenir de forma precoz si existiera algún problema que vaya a dificultar, por ejemplo, la adquisición de la lectoescritura. Estas revisiones las debe realizar tanto el oftalmólogo como el optometrista.

El oftalmólogo se encarga de confirmar que la visión del niño y su sistema visual están exentos de patologías. Y el optometrista estudia el desarrollo y la eficacia del sistema visual, ambas profesiones son complementarias.

¿Cómo trabajar con niños con discapacidad intelectual severa?

El optometrista se encarga de analizar distintos parámetros como la agudeza visual, los movimientos oculares, la coordinación entre ojos o la memoria visual, etc. Para ello, realiza tanto pruebas subjetivas, que requieren la colaboración verbal del niño, como objetivas, en las que no se necesita su intervención.

En el caso de niños con una discapacidad intelectual severa y, por tanto, graves dificultades para colaborar o expresarse verbalmente, "tenemos recursos para realizar estudios visuales muy completos con pruebas adaptadas para estas personas".

En estos casos, por ejemplo, para saber cuánto ve un niño, el optometrista puede analizar la posición de los ojos. "Le voy presentando dos estímulos simultáneos: una lámina gris claro y otra con franjas blancas y negras intensas. Una le va a llamar la atención y la otra no. Si los ojos del niño se desvían hacia el estímulo blanco y negro es porque le llama la atención y significa que sí lo ve”, explica.

Actividad durante terapia visual
CRISTINA SAN JUAN

Para tratar la eficacia del sistema visual, se realizar una serie de ejercicios que sirven para reeducar el sistema visual. Son programas individualizados ya que cada niño funciona a un ritmo distinto por lo que, dependiendo del caso (de la disfunción visual que presenta, nivel de afectación, atención...etc.), el optometrista necesitará mayor o menor número de sesiones para optimizar el sistema. 

Además, las terapias visuales no muestran resultados de forma inmediata y pueden prolongarse durante meses y años. No obstante, lo recomendable es realizar sesiones semanalmente, de una duración de alrededor de 45 minutos.

Asimismo, es aconsejable realizar revisiones de forma periódica para comprobar cómo las habilidades visuales van evolucionando y si la reeducación visual está siendo efectiva.

Ahora tendemos a que el niño lea con la tablet y eso es antinatural y daña su salud visual

Medidas de higiene y salud visual

Además de la terapia visual, los optometristas establecen normas de salud e higiene visual, como una correcta iluminación y postura corporal o no abusar de dispositivos tecnológicos: “Ahora tendemos a que el niño lea con la tablet o que esté siempre viendo dibujos animados en la televisión y eso es antinatural y daña su salud visual. Los niños tienen que correr, caerse, salir al aire libre y no pueden estar todo el rato en casa con dispositivos digitales”.

Los problemas visuales han aumentado en los últimos cuatro años y afectan ya al 76% de los españoles, según el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas. La pandemia perjudicó la salud visual de los niños, ya que el confinamiento supuso una sobreexposición a las pantallas, además del encierro, que provocó un deterioro de su desarrollo motor. “La visión es consecuencia de la conquista de una serie de habilidades del sistema nervioso central y todas se deben desarrollar con estímulos adecuados en tiempo e intensidad y no de una manera artificial”, explica Cristina.

Tanto la terapia, cuando es necesaria, como seguir unas normas de salud e higiene visual ayudarán a que el niño desarrolle el máximo potencial de su sistema visual y, por tanto, sea más eficaz a la hora de defenderse y tomar decisiones. Facilitará su vida en tareas rutinarias como leer y escribir, calcular cuánto tiempo tarda en cruzar una carretera, o calcular cómo dar a una pelota para meter un gol.

Talleres de optometría para familias y profesionales

Para que las familias y los profesionales aprendan y sean conscientes de la importancia de una correcta salud visual, Cristina San Juan dirige tres talleres en la Fundación Querer en noviembre, diciembre y febrero. Estos cursos tienen como objetivo informar sobre qué es la optometría y cómo puede ayudar en el desarrollo infantil, mostrar y detectar las problemáticas en niños con trastornos neurológicos y establecer soluciones.

Terapia visual en El cole de Celia y Pepe
CRISTINA SAN JUAN

Además, se llevará a cabo un taller de simulación para saber qué es lo que siente el niño cuando tiene problemas visuales. También se presentarán los resultados del estudio científico desarrollado durante el pasado curso con los alumnos del colegio de educación especial de ‘El cole de Celia y Pepe’: “Tenemos datos objetivos de qué es lo que ha ocurrido. Esto no es una historia, es ciencia. Lo hemos medido, hemos trabajado durante todas las semanas y hemos descubierto que han mejorado con la terapia visual, ninguno ha empeorado”.

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