OPINIÓN

Brecha

La presidenta del Parlament, Laura Borràs; el exconseller Jordi Turull; el hasta ahora secretario general de Junts, Jordi Sànchez y el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el congreso de este sábado.
La presidenta del Parlament, Laura Borràs; el exconseller Jordi Turull; el hasta ahora secretario general de Junts, Jordi Sànchez y el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
GLÒRIA SÁNCHEZ / EUROPA PRESS
La presidenta del Parlament, Laura Borràs; el exconseller Jordi Turull; el hasta ahora secretario general de Junts, Jordi Sànchez y el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en el congreso de este sábado.

Cada día es más honda la brecha que hay entre los que se fueron y los que optaron por la prisión, sobre todo, entre Waterloo y los republicanos.

Antes de que Pedro Sánchez indultara a los que estaban en la cárcel, la convergente Irene Rigau dijo en la radio que la noción del tiempo no era la misma para los que estaban en Bélgica que para los que estaban en la cárcel: “En Waterloo, cada día es un día más. En cambio, para los de la cárcel, un día es un día menos”. Tiene toda la razón la exconsellera Rigau.

Junts, que sobrevive gracias a los chantajes emocionales, sería totalmente insignificante sin la galaxia Waterloo. Puigdemont lo sabe y hace y deshace como le viene en gana. Ha fulminado a todos los que han osado contradecirle, y seguirá haciéndolo hasta que sus seguidores puedan seguir cobrando un sueldo.

Junts, que sobrevive gracias a los chantajes emocionales, sería totalmente insignificante sin la galaxia Waterloo

Fue él, como ya se dijo en estas páginas, quien ordenó que se forzara a Aragonès a presentar una cuestión de confianza. Sabía que eso acabaría con la coalición. Y se alió con Laura Borràs, que sabe que su carrera política terminará si es condenada por corrupción.

La alianza entre Puigdemont y Borràs no persigue otra cosa que el poder, pero no se confundan: no es la Generalitat, sino hacer depender la máxima institución de Cataluña del Consell per la República, el juguete de Waterloo. Una vergüenza. Sin más.

La derecha española llama a menudo gobierno ilegítimo al presidido por Pedro Sánchez. La derecha catalana hace ahora lo mismo con el presidido por Pere Aragonès. ¿Qué le pasa a esta derecha? Que no manda. Así de claro. La una y la otra creen que su estado natural es estar en el poder. La izquierda, piensan, es siempre usurpadora, de la misma manera que los monarcas creen que lo son por la gracia de Dios.

No van a tardar los trumpistas en presentar una moción de censura. ¿Para gobernar? No, ni en sueños. No pueden. La presentaran para que no se gobierne.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento