El CGPJ rechaza el plan de Lesmes y apuesta por un sustituto distinto al del Supremo: Rafael Mozo presidirá el órgano de los jueces

Los vocales del Consejo General del Poder Judicial han consumado este jueves por la tarde la ruptura total con el que fue su presidente hasta hace solo unos días, Carlos Lesmes, ignorando así por completo su último mandato. El dimitido magistrado encargó un informe para dejar atada su marcha en el que se indicaba que Francisco Marín Castán debía ser su sustituto, tanto en la presidencia del Tribunal Supremo como en la del CGPJ. Las indicaciones, que no daban espacio a la opinión de los vocales del Consejo, ofendieron a un amplio sector de este órgano, que ha decidido este jueves aupar por 16 votos a favor y uno en contra (el de Wenceslao Olea) al vocal Rafael Mozo, y no a Marín, al frente del CGPJ en funciones.

Mozo llega a la presidencia del CGPJ, pero lo hace con funciones limitadas. Así pues, los vocales del Consejo han convenido hablar de una "suplencia" de carácter temporal y han acordado que "las comisiones legales del CGPJ mantendrán su actual composición, a excepción de la comisión de Asuntos Económicos", de la que se marcha el recién nombrado presidente. El magistrado no tendrá capacidad de cambiar las comisiones y tampoco podrá dirigir las comunicaciones oficiales del Consejo sin la aprobación del resto de vocales. 

La reunión de este jueves, celebrada para nombrar al nuevo presidente, ha concluido como último punto que este habrá de ejercer "con moderación y voluntad de consenso" y "expondrá previamente ante el Pleno las decisiones que proyecte adoptar en materias que no sean gestión ordinaria". 

El hasta ahora vicepresidente del Supremo, Francisco Marín, ha decidido no dar la batalla, por lo que ha optado por no presentarse al pleno del Consejo celebrado este jueves, cediendo directamente a Mozo el asiento del presidente.

La sonada "bicefalia" en la presidencia del Poder Judicial será finalmente la fórmula que se adopte hasta que el CGPJ sea renovado. El melón se abrió en el mismo momento en que Lesmes anunció la posibilidad de su renuncia como presidente del Supremo y del Consejo el pasado 7 de septiembre. 

La Constitución y la Ley Orgánica del Poder Judicial establecen que ambos órganos deben estar presididos por la misma persona. En caso de dimisión, el sustituto en el Supremo debe ser el vicepresidente, mientras que en el CGPJ debe ser el vocal de mayor edad. 

Las indicaciones se contradicen, circunstancia ante la cual el informe encargado por Lesmes tras anunciar su renuncia decidió que primaría la candidatura del vicepresidente del alto tribunal, Francisco Marín, que se convertiría en presidente de ambas instituciones.

Pero esta opción no ha convencido a los vocales del órgano de gobierno de los jueces, que han encumbrado al miembro de mayor edad del CGPJ, el progresista Rafael Mozo, a su presidencia. Sin embargo, el Consejo ha pactado que su cargo sea meramente ornamental, pues Mozo no tendrá capacidad para ejercer las funciones que corresponden al presidente del CGPJ con plenas facultades y no podrá cambiar la composición de las comisiones legales del órgano. 

Esta presidencia tan limitada ayudará al CGPJ a argumentar que el ascenso de Mozo no se sujeta en un nombramiento, sino que se trata de una suplencia. Un relato clave para esquivar la imposibilidad del Consejo para hacer nombramientos discrecionales estando en funciones, tras la reforma legal impulsada por el Gobierno. La tesis de los vocales es que Mozo, que podría jubilarse próximamente, sustituirá a Lesmes por ser el miembro de mayor edad, de la misma forma que si el expresidente del CGPJ estuviese enfermo, ausente, o se hubiese jubilado. 

El magistrado progresista, que ya preveía su ascenso, adoptó el pasado miércoles la actitud institucional que caracterizó a Lesmes en sus últimos años de mandato y fue el único vocal presente en el desfile del 12 de octubre, al que todos los demás se negaron a ir porque las invitaciones de Moncloa llegaron con retraso. Sí estuvieron después en la recepción del Palacio Real.

Sin novedades de la renovación del Constitucional

El pleno celebrado en el CGPJ este jueves por la tarde fue convocado por Lesmes antes de su marcha con el objetivo de nombrar a dos magistrados para el Tribunal Constitucional. El asunto, que era prioritario cuando arrancó el curso, ha quedado ahora desplazado a un segundo plano. A pesar de que la renovación era uno de los puntos del día, lo único que se ha acordado es la salida de Rafael Mozo de la comisión encargada de negociar los nombramientos. 

El CGPJ, que lleva casi cuatro años caducado, quedó inhabilitado para muchas de sus funciones en marzo de 2021, como resultado de una reforma del Gobierno que buscaba presionar al PP para el desbloqueo. Este julio el Ejecutivo llevó a cabo una reforma exprés para desatar las manos de los vocales, pero solo en lo que respecta al Constitucional.

En el tribunal de garantías se habían quedado libres un total de cuatro vacantes y el Ejecutivo de Sánchez vio en ellas la oportunidad de cambiar el equilibrio a favor de los progresistas. Una vez publicada la reforma, la fecha legal prevista para que los cuatro nombramientos se hicieran efectivos era el 13 de septiembre.

Dos de los magistrados los debía nombrar el Gobierno y otros dos el CGPJ, pero el bloque conservador de este órgano se enrocó en el bloqueo de la renovación. La situación se ha mantenido así, sin propuestas de los conservadores, durante un exactamente un mes, hasta el punto de acabar con la paciencia de Carlos Lesmes, que ha renunciado sin conseguir que se renueve el Constitucional.

La dimisión del presidente del CGPJ ha contribuido a acercar posturas entre el Gobierno y el PP para desbloquear este órgano, pero ha servido también para enquistar la renovación del Tribunal Constitucional, que no da señales de llegar por el momento.