Perros

Cómo trabajar el miedo con perros recién adoptados: "Es una cuestión de guardar las distancias y dejar que sea él quién se acerque"

Los perros pasan por varios periodos en los que sin especialmente sensibles al miedo
Moshe Harosh / Pixabay

A la hora de adoptar cualquier animal de compañía tenemos que ser conscientes de que los primeros días, semanas y, en ocasiones, meses, quizás no vayan a ser los que nos esperábamos. Es un error pensar que cuando un perro o gato, por ejemplo, llegan al hogar, querrán estar con nosotros, disfrutar de nuestras caricias y nuestros mimos (esos que tantos ansiamos darles para que se sientan seguros) pero, la realidad es que lo más probable es que sientan miedo, a nosotros, a la nueva situación, a su nuevo hogar, todo lo que desconocen.

De hecho, es normal encontrarse perros con un carácter que cambia tras unas semanas de estar en su nueva casa, ya que poco a poco cogen confianza y es cuando empiezan a mostrar su verdadera personalidad. "Cuando adquirimos un perro hay como dos semanas o tres de adaptación", afirma Sonia Losada, profesora en activo del curso profesional de Educación canina y Adiestramiento de l’Escola d’oficis de Catalunya y conocida como Xila's Training.

"Al principio nos encontraremos con un perro muy parado que está observando el entorno y está muy comedido, ya que se encuentra en un sitio nuevo que no ha visto antes, no sabe lo que está haciendo ahí, no nos conoce tampoco a nosotros y, en muchas ocasiones traerá su propia mochila, como aquellos casos de perros que han pasado por varias casas", detalla la educadora canina.

Durante este periodo de adaptación es muy importante "darles espacio, ofrecerles comida, compañía, calma y no pedirle nada a cambio", añade. "Además, si tiene miedo, cuando intentemos tocarle nos hará señales de calma como apartarnos la mirada, no colaborar a la hora de ponerse el arnés o collar para los paseos o esconderse".

Cómo ayudar a que nuestro perro se sienta seguro

Si observamos durante esas primeras semanas de convivencia a nuestro perro podremos ser capaces de crear un vínculo con él, ya que seremos capaces de identificar aquellas situaciones, personas o cosas que le provoca miedo y ayudarle a sentirse seguro.

"Por ejemplo, si sacamos al perro a la calle y se asusta con el ruido del camión de la basura, volvemos a casa y volvemos a intentar salir a pasear en un rato" cuenta Losada. "De esta forma haremos ver a nuestro perro que vamos a estar ahí y le haremos sentir seguro".

Es una cuestión de no invadir su espacio y observarlos mucho para conocerlos mejor y no forzarles a hacer cosas que no quieren

Según la educadora canina, la idea es ponérselo fácil al pero y que, de algún modo pueda confiar en nosotros. "No poner normas y pretender que sea como queremos que sea", añade. "Tenemos que ser unos humanos muy comprensivos y amables, siempre teniendo en mente la idea de conocerle y ayudarle".

Otro ejemplo que explica Losada para entender mejor esto son los perros que lo han pasado mal anteriormente. "Le ponemos de comer y cuando pasamos cerca de él se va de la comida porque se asusta de las personas", relata. "En estos casos le ponemos la comida y nos apartamos, respetando ese espacio para que entienda que no somos una amenaza para él".

"Al final es una cuestión de no invadir su espacio, darles compañía sin necesidad de estar encima de ellos, observarlos mucho para conocerlos mejor (ver a qué se acerca y a qué no) y no forzarle a hacer cosas que no quieran", explica Losada.

Además, es importante intentar asociar aquellas cosas que le asustan a algo agradable para ellos (comida, premios o caricias, por ejemplo). "Siguiendo el ejemplo del perro que se aparta de la comida, si cuando eso ocurre, desde lejos le tiro comida en el plato para que vaya, irá viendo poco a poco que no soy una amenaza", detalla la experta.

Pero, ¿qué hacemos cuando nos tiene miedo a nosotros? Sonia recomienda "no forzarle a caricias y solo ofrecerle compañía, comida, agua, juguetes  y premios, entre otros". "Es una cuestión de guardar las distancias y dejar que sea él quién se acerque a olernos", añade.

"Podemos ayudarle a confiar si hacemos predecibles nuestros movimientos, no haciendo nada brusco, acercando nuestra mano lentamente, rascarles un poco en zonas que les gusta, como en la cara, donde si él quiere puede apartarse fácilmente. Y, sobre todo,  no despertarles con contacto físico, que se pueden asustar de forma brusca, mejor hablarles primero de forma suave, que nos sientan acercarnos", concluye Losada.

Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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