Perros

Ocho consejos para elegir al paseador de perros más adecuado y que tu animal no sufra

Daniel Radcliffe como paseador de perros para la película 'Trainwreck'.
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Desde hace un tiempo es frecuente ver la figura del paseador de perros, especialmente en las grades ciudades, personas que se dedican a pasear a varios canes de otros tutores ya que éstos no tienen el tiempo suficiente para hacerlo (se considera que los perros tienen que salir al exterior un mínimo de tres veces al día). Pero, ¿es seguro dejar a nuestro perro con un desconocido?

A día de hoy existen numerosas aplicaciones con las que podemos ponernos en contacto con un paseador de perros para que se encargue de dar una vuelta con nuestros peludos y, hasta hacerse cargo de ellos durante el día, mientras nosotros estamos en el trabajo. Sin embargo, hay que tener cuidado de con quién dejamos a nuestros amigos de cuatro patas.

La Real Sociedad Canina de España (RSCE) advierte de que, lejos de ser un trabajo para el que cualquiera puede estar capacitado, es necesario seguir una serie de indicaciones mínimas para evitar que el animal sufra. "Ni vale cualquier paseador, ni todos los perros pueden juntarse con otros a la ligera", expresan a través de una nota de prensa.

Por ello, la RSCE ha lanzado una serie de consejos dirigidos a los tutores para que la elección del profesional sea la más idónea, entre los que se encuentran la revisión del currículum del paseador y que éste sea responsable y no busque solo el beneficio económico paseando a muchos perros a la vez.

Ocho claves para escoger a un buen paseador de perros

  • El paseador tiene que amar al perro como si fuera suyo. La misma lógica vale para las personas al cuidado de menores. ¿Dejarías a tus hijos al cuidado de alguien insensible o indiferente hacia los niños? Un perro es un miembro más de la familia, no una mascota o un juguete.
  • Examinar el currículum del profesional. Una serie de nociones básicas son fundamentales en el paseador: conocimientos de etología canina o de adiestramiento para saber leer situaciones complicadas, tanto en los paseos como en la vida misma. Alguien con experiencia en estas ocasiones podrá afrontar estos momentos con mayores garantías.
  • Vínculos necesarios entre el paseador y el animal. Para el que paseo sea lo más satisfactorio posible, se precisa un clima de confianza entre el profesional y el perro. Para ello, es indispensable que pasen algo de tiempo en solitario juntos antes de las caminatas. Al igual que los humanos, los perros poseen distintos temperamentos y pueden ser educados para convivir, como se explica más adelante.
El paseador debe tener una serie de nociones básicas de etología canina o de adiestramiento
  • Vínculos necesarios con los otros perros. Una vez establecido el contacto directo entre paseador y animal, ¿le juntamos con el resto de ejemplares? En absoluto, esto podría provocar situaciones de pánico, por citar un posible efecto. Hay que pasear primero en pequeños grupos y comprobar si unas razas son compatibles con otras.
  • Número limitado de perros. Puede haber quien quiera rentabilizar su negocio paseando a decenas de perros a la vez, para así ganas más dinero, pero esto es un sinsentido. Primero, porque las personas tenemos solo dos manos y, segundo, porque cuanto más perros haya, menos probabilidades de adaptación. Por ejemplo, en Buenos Aires solo se permiten ocho perros por paseador como máximo y cuenta con un registro de paseadores, algo que España debería tomar como modelo para garantizar el bienestar canino.
  • Un temperamento adecuado. La mejora de las razas caninas promovida, entre otras organizaciones, por la RSCE, no solo busca mejorar el bienestar y la salud del animal, si no que también reconoce la importancia del temperamento en los perros. En este sentido y con independencia de si el perro es de raza o mestizo, es importante tener en cuenta el carácter del can que va a ser paseado ya que uno sociable ayudará mucho.
En Buenos Aires solo se permiten ocho perros por paseador como máximo
  • La importancia de un criador responsable. La salud y el temperamento adecuados del perro a la hora de dar un paseo va a estar muy condicionada por su educación. Es aquí donde ejercen un papel fundamental los criadores responsables: dependiendo del lugar y el modo en que el perro haya nacido y se haya criado, los paseos serán más o menos fáciles.
  • No forzar a los perros. En función de su carácter y crianza, un perro puede afrontar los paseos de distinta manera: algunos pueden tener temores iniciales, más o menos remediables, por ejemplo. Es conveniente afrontar estas situaciones con sensibilidad, recompensando al animal con cada avance y no forzarle a enfrentar sus miedos, ya que solo se volverá más desconfiado.
Colaboradora '20minutos'

Soy Inés López García. Me formé en la Complutense con la intención de acabar informando sobre animales y medioambiente. Tuve mi primera oportunidad laboral en el medio local 'Madridiario'; luego entré en '20minutos', donde pude escribir sobre cine, series y videojuegos, mis tres hobbies. Me mudé a Londres para mejorar el inglés y escribir sobre el Brexit y el covid en la distancia. En la actualidad escribo sobre lo que siempre quise, animales, en la sección Animaleros de '20minutos'.

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