Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

El público eres tú

Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
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Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

La clave está en las caras del público. No importa tanto el contenido, lo que nos impresiona son esos planos en los que se enfoca a alguien normal que parece muy atento, que dice que sí con su rostro o que se emociona de un modo que nos conmueve. Está todo pensado. Hemos pasado de empatizar con el protagonista a hacerlo con el público y los realizadores de anuncios, programas y reportajes lo saben.

Los ejemplos que la sociedad nos pone delante de las narices son demasiado perfectos y no resultan fáciles de imitar. La mayoría no podemos ser estrellas del tenis, futbolistas de primera, cantantes de éxito o conferenciantes reconocidos. Por eso, cada vez más, en los vídeos se acuerdan de nosotros y ponen a alguien que nos representa. Lo eligen bien, suele ser gente agraciada y con buena presencia. Le dedican un par de segundos y, rápidamente, pasan otra vez a lo importante.

La mayoría no podemos ser estrellas del tenis, futbolistas de primera, cantantes de éxito o conferenciantes reconocidos. 

Las charlas TED son un ejemplo muy claro. También lo son las entrevistas ético publicitarias que ofrece un conocido banco, los programas de talentos, en los que el jurado hace también un llamativo papel de edulcorante y de potenciador del sabor, algunos partidos de tenis, cada vez más los encuentros de fútbol o las comparecencias de fin de semana de los políticos con esa gente detrás que pretende hacerse pasar por joven y por normal sin conseguirlo. Hay un lugar en el que es complicado encontrar algún rostro que haga este efecto de imán de la empatía ajena: el Congreso de los Diputados.

Hay, sin duda, un exceso de empatía en nuestra sociedad. El diccionario filosófico de Centeno la define como una “participación afectiva de un sujeto en una realidad ajena”. También dice este diccionario que la empatía no es una virtud moral, sino que es una mera capacidad psicológico-emotiva con bastantes limitaciones. La falta total de empatía es lo que define a los psicópatas y a tipologías de personas peligrosas para la sociedad.

Esta prescripción impostada de un público interesante que se conmueve ante algo saca al exterior nuestras emociones de un modo sencillo. Habría que preguntarse si no estamos empatizando demasiado con todo lo que vemos e, incluso, con seres con los que no compartimos ni la especie. Ese es un buen debate que necesitamos abrir cuanto antes. Miau.

Juan Luis Saldaña
Periodista y escritor

Colecciono coca colas falsas en lata y hago fotos a las bolsas de plástico en los árboles. He publicado libros de poemas y relatos. Mi última novela es "Hilo musical para una piscifactoría". Se llevó al cine bajo el título de "Miau". He sido redactor en prensa, presentador en tele y radio y ahora me piden que opine. Licenciado en derecho, MBA, máster en periodismo y doctor en comunicación e información. He tenido una agencia de marketing, alguna experiencia de éxito en comercio electrónico y doy clases en algún máster sobre esto.

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