El actor Ezra Miller se declaró inocente de los cargos de robo con allanamiento de morada de los que se le acusa, en una vista judicial en la que participó de forma remota.
El actor de Flash compareció por videollamada en la corte que le juzga para responder por los cargos de delito grave de robo en el estado de Vermont después de un supuesto incidente que ocurrió a principios de este año por el que Miller fue acusado de robar botellas de licor de la casa de un vecino.
El actor permanece en libertad a la espera de juicio bajo la condición de aceptar una orden de alejamiento del vecino al que supuestamente robó, además de otro residente de la zona con el que habría tenido problemas.
Al parecer, el caso está bien fundamentado, pues la policía alega que tiene "vídeos de vigilancia y declaraciones" para fundamentar la acusación, por la que en el peor de los casos podrían condenarle hasta a 26 años de prisión.
Cuando salió a la luz el incidente el actor pidió disculpas y se remitió a que hay personas que "sufren problemas complejos de salud mental" y que él mismo había iniciado un tratamiento. "Quiero disculparme con todos por haberles alarmado y molestado con mi comportamiento", decía el comunicado.
Miller añadía que estaba "comprometido a hacer el trabajo necesario para volver a una etapa saludable, segura y productiva".
Aún así, lo cierto es que la mayoría de las noticias sobre el actor trascienden su profesión y tienen que ver con los supuestos rituales satánicos que practica, arrestos, agresiones y peleas en Alemania e Islandia, o con las denuncias de los padres de una joven de 18 años que acusan al actor de reterla contra su voluntad usando la adicción a las drogas de la chica, que públicamente desmintió esas acusaciones.
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