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Sánchez y Costa exploran este jueves en una reunión con Macron las posibilidades de que Francia acceda a construir el MidCat

Sánchez, Macron y Costa en una imagen de archivo.
EP

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro portugués, António Costa, se han reunido este jueves en Bruselas con el presidente francés, Emmanuel Macron, para explorar las posibilidades de que París acceda a la construcción del MidCat, el gasoducto que recorrería su territorio para conectar la península ibérica con el centro de Europa. La reunión ha terminado poco después de mediodía.

Hasta ahora, la postura francesa ha sido de rechazo a este proyecto y el Gobierno no tiene motivos para el optimismo, pero acude expectante a un encuentro que valora que al menos ha sido a iniciativa de Macron.

La cita se fraguó hace unas semanas, cuando Macron, Sánchez y Costa se vieron en el Consejo Europeo informal de Praga. El presidente español aprovechó para insistir en el MidCat, tanto en el Pleno como en bilateral ante Macron. Como respuesta, el presidente francés propuso una reunión que en principio iba a ser en París pero que finalmente se celebrará en Bruselas, horas antes de que empiece el Consejo Europeo que volverá a sentar en la misma mesa a los tres dirigentes europeos.

A Sánchez y Costa no se les ocultan las dificultades internas por las que pasa Macron, con protestas y huelgas por el alto precio de la energía, y aunque conocen de sobra las distintas excusas que a lo largo de los años ha dado Francia para rechazar esta interconexión, acuden a la cita con la expectativa de saber si su colega francés hará algún movimiento, dado que fue él quien la propuso. Valoran también como algo positivo que no solo vayan a estar los presidentes. Macron también ha convocado a sus respectivos ministros de Transición Ecológica, de modo que a Sánchez le acompañará la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

Así, se espera una discusión franca en torno al MidCat, en la que España intentará discutir alternativas que pudiera aceptar Francia y ver cómo se puede convencer al país vecino. Hace unas semanas, cuando Macron anunció la reunión, Sánchez no ocultó las dificultades, pero confió en que en algún momento Macron pueda cambiar de opinión. "Yo creo que de, una manera u otra, antes que después vamos a llegar a un acuerdo que logre casar todas las sensibilidades y preocupaciones que tiene Francia". "No voy a decir que soy optimista", dijo Sánchez, pero se mostró "convencido de que vamos a poder lograrlo con un buen amigo, un buen aliado, como es el gobierno francés".

Este jueves, el presidente español se disponía a insistir en los beneficios del MidCat para toda la UE, incluida Francia. Sánchez defenderá que es una infraestructura que podrá transportar hidrógeno renovable de la Península ibérica -y del norte de África- hasta el resto de la UE y que hasta que esta tecnología esté desarrollada puede ser compatible con el gas para ayudar a aprovisionar al centro y este de Europa.

Con este argumento, el Gobierno tratar aclarar las dudas de Francia y de vencer el último de sus motivos para descartar el MidCat, argumentando que las interconexiones deberían ser eléctricas y de hidrógeno y que el gasoducto que plantean España y Portugal no sería compatible con él. Antes que este motivo, París -y Madrid- dejó caer el proyecto en 2019 por considerarlo demasiado costoso para sus contribuyentes o la infrautilización de las interconexiones que ya existen.

A pesar de la dificultad, el Gobierno mantiene el gasoducto por territorio francés como el "plan A". El alternativo, el "plan B", sería un tubo submarino que uniría Barcelona con Livorno y que tiene más complicación técnica, se tardaría más en construir y sería más caro. Son tres elementos que condicionan un proyecto en el que a ojos del Gobierno español no influye que ahora Italia vaya a estar gobernada por una primera ministra de extrema derecha, Giorgia Meloni. Lo considera un "proyecto de Estado" que trasciende a quiénes ocupen el gobierno en un momento determinado.

Interés de Alemania

El MidCat no solo es importante para España. También cuenta con el apoyo "explícito" de Alemania, que ve en la posibilidad de acceder al gas natural licuado que llega a los puertos españoles y portugueses una solución para desprenderse de su alta dependencia del gas ruso. 

Sin embargo, la postura de Berlín no es precisamente algo que en estos momentos pueda ayudar en exceso a convencer a Francia. El eje franco-alemán sobre el que tradicionalmente se ha avanzado en la construcción europea no pasa por sus mejores momentos. Alemania no ve con buenos ojos lo que considera un intento por parte de Macron de reconfigurar a su gusto el mapa energético en la UE -acaso, excluyendo España y Portugal y trazando interconexiones a partir de su territorio a la UE central y oriental-  y en París ha sentado como un tiro la millonaria compra de armamento que acaba de hacer Alemania a Estados Unidos en lugar de a su industria de la defensa.

Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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