Internacional

Putin cambia de estrategia ante el avance de Kiev y lanza ataques masivos para dejar Ucrania helada y a oscuras

A oscuras, aterida de frío y atemorizada ante la posibilidad de que un ataque de Moscú acabe con la presa de Nueva Kajovka y agrave, todavía más, su ya precaria situación. Así es como está viviendo estos últimos días Ucrania la evolución de la guerra, con un Vladímir Putin que parece haber cambiado de estrategia ante el avance imparable de las tropas de Kiev y apuesta ahora por terminar con el suministro eléctrico en buena parte del país vecino para forzar a su población a un nuevo 'tsunami migratorio'. Mientras tanto, las autoridades prorrusas evacúan la ciudad de Jersón ante la llegada del enemigo.

Esta nueva táctica de Putin lo llevó a lanzar este sábado un "ataque masivo" -como lo describió el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski- contra múltiples regiones del país, que dejó sin suministro eléctrico estable a un millón y medio de ciudadanos. Con el mercurio de los termómetros cada vez más bajo, la sociedad afronta esta falta de suministro de luz, calefacción e incluso agua con velas y hornillos de gas, mientras las autoridades reclaman equipos móviles para producir electricidad y calor y para el tratamiento del agua para el momento en que se acabe el combustible de los generadores.

Bombardeadas desde la región rusa de Rostov y barcos en el mar Negro, las provincias sureñas de Odesa, Mykolaiv y Kirovogrado, así como las occidentales de Volinia, Rivne y Jmelnitski y la central de Cherkasy, vieron impactar los misiles en infraestructuras eléctricas durante este fin de semana. La ofensiva fue de tal calibre que el alcalde de la ciudad de Lutsk, Ihor Polishchuk, lamentó que la central en su territorio resultó tan dañada que "no puede ser reparada", en un país al que la guerra ha arrebatado el 90 % de su capacidad de energía eólica y sin entre el 45 % y el 50 % de la solar.

Con estas maniobras, el líder del Kremlin persigue provocar un nuevo "tsunami migratorio" hacia Europa este invierno y aumentar la presión sobre los aliados de Zelenski, de acuerdo con el primer ministro del país invadido, Denys Schmyhal. En este sentido, acusó a Rusia de querer "abocar a Ucrania a una catástrofe humanitaria" al atacar las instalaciones civiles del país y pretender dejar morir de frío a muchas personas.

No obstante, Zelenski se mostró inflexible ante esta estrategia y ha advertido de que los ataques de Moscú no frenarán el avance de sus tropas para recuperar los territorios ocupados. "Mienten cuando dicen que este terror contra nuestra infraestructura y nuestra gente de alguna manera puede ralentizar las acciones activas de nuestro ejército o crear algunas dificultades para nuestra defensa", afirmó.

"Mienten cuando dicen que este terror contra nuestra infraestructura y nuestra gente puede ralentizar las acciones del ejército o crear dificultades para la defensa"

Por su parte, el Kremlin ha denunciado este domingo su preocupación por posibles provocaciones de Ucrania con una "bomba sucia", esto es, un artefacto con elementos radiactivos.  Lo ha advertido el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, al tiempo que su país ha comenzado a construir líneas de defensa en dos regiones fronterizas con Ucrania, Kursk y Bélgorod, así como en la anexionada provincia ucraniana de Lugansk, según indicaron las autoridades locales y el fundador de la empresa privada de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin. 

Evacuación de Jersón

Putin implementa esta estrategia mientras las autoridades prorrusas de la localidad de Jersón urgen a la población de la capital regional, la única en manos de Putin, a cruzar lo antes posible "a la orilla izquierda del río Dniéper". Lo hacen ante "la tensa situación en el frente, el aumento del peligro de un bombardeo masivo de la ciudad y la amenaza de ataques terroristas" y una posible ruptura de la vecina presa de Nueva Kajovka. Hasta ahora se han evacuado 25.000 residentes, entre ellos 46 huérfanos, según el vicegobernador favorable a Moscú, Kiril Stremoúsov, en lo que Kiev ha denunciado como una deportación masiva.

Los prorrusos temen una gran ofensiva enemiga en torno a la ciudad y quedar rodeados sin escapatoria cuando prácticamente todas las vías a través del río han sido dañadas por el Ejército de Zelenski. El Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania considera que ya ha comenzado el repliegue de las tropas del Kremlin, ya que transportan "bastante activamente" munición, equipo bélico y unidades no especificadas a la margen izquierda a través de ferris.

En este contexto, el Ministerio de Salud prorruso de la provincia sureña dice que al menos una persona ha fallecido y otras tres han resultado heridas este domingo en la ciudad de Jersón como resultado de un "ataque terrorista" de la Fuerzas Armadas de Ucrania. 

La presa de Nueva Kajovka, amenazada

Otra de las grandes preocupaciones en territorio ucraniano es la situación de la presa de la central hidroeléctrica de Nueva Kajovka, en la región sureña de Jersón, ya que tanto Kiev como Moscú han alertado de planes del otro bando de bombardear o hacer volar la presa, que contiene 18 millones de metros cúbicos de agua. 

Se trata de un embalse de 240 kilómetros de largo y hasta 23 de ancho cuyo estallido podría afectar a más de 80 localidades, incluida Jersón, según Ucrania. Esta ciudad, han relatado las autoridades militares regionales -fieles a Kiev-, experimentaría "inundaciones catastróficas en dos horas" en caso de una ruptura de la presa, por lo que Zelenski ha pedido el envío de una misión de observación internacional a Kajovka.

En este sentido, la inteligencia militar ucraniana advirtió el viernes de que Rusia minó la presa ya en abril y que esta semana ha hecho lo propio con las compuertas y los soportes. Con esta acción, presuntamente buscan disponer de la posibilidad de volarla e impedir a las fuerzas de Zelenski -de las que temen "una rápida reconquista en la margen derecha de la región de Jersón"- adentrarse más profundamente en la provincia, donde ya han recuperado 88 localidades. Por su parte, los prorrusos aseguran que es Kiev quien planea destruir el embalse para impedir la defensa y la evacuación de hasta 60.000 ciudadanos de Jersón, iniciada el miércoles.

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