Cultura

Los museos españoles temen un "efecto llamada" tras los últimos ataques de activistas contra obras de arte emblemáticas

Los ataques contra obras de arte por parte de ecologistas radicales se han repetido en los últimos días, una peligrosa moda que miran con recelo desde los principales museos españoles. "Preferimos adoptar un perfil bajo sobre este asunto porque no queremos contribuir a crear un efecto llamada", aseguran desde el Museo del Prado, donde no ocultan que se mantienen "alerta" para evitar que se produzcan acciones similares.

La misma postura mantienen en museos como el MACBA de Barcelona, el Picasso de Málaga o el Reina Sofía de Madrid. "Tenemos planes de seguridad encaminados a evitar cualquier acto de vandalismo o acción en contra del buen estado de las obras de arte. Estos se ven reforzados en algunas zonas que pueden estar sometidas a un mayor riesgo", subrayan desde este último. "No creemos que sea bueno ni necesario seguir estirando el tema más", inciden en el Reina Sofía, dejando entrever el temor a ese 'efecto llamada'. 

No obstante, Jorge García Gómez-Tejedor, jefe del Departamento de Conservación-Restauración del Reina Sofía, incide en que no pueden tener los cuadros en una caja fuerte: "Lo que no hacemos es blindar todas las obras por un posible vandalismo. Hay que tener en cuenta que el público entra a disfrutar de la exhibición". Pero avisa de que están "más alerta y más pendientes" y de que intentan que "en caso de que suceda esto, las personas implicadas no se vayan así como así".

Desde el Museo Dalí de Figueres también aseguran que han "reforzado el mensaje interno" para estar alerta ante posibles ataques, si bien destacan que sus medidas de seguridad "ya son máximas" y que todos sus cuadros están protegidos por cristales.

En los grupos ecologistas hay una profunda división de opiniones entre quienes consideran que ese tipo de acciones ayudan a llamar la atención sobre la crisis climática y aquellos que creen que perjudican al movimiento ecologista porque generan rechazo en la sociedad. "No tenemos una postura oficial porque no hay consenso en la organización", reconocen en Ecologistas en Acción, aunque añaden que a pesar de las "discrepancias" respecto al lanzamiento de botes de tomate o puré de patatas contra cuadros, tienen claro que "el verdadero tomate es el que tenemos liado en el planeta con la emergencia climática".

Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace, afirma que estas acciones generan "un profundo debate" dentro de los grupos ecologistas y advierte de que "van a ir a más" en el futuro. "Las actividades de desobediencia civil y de acción directa no violenta se van a ir incrementando igual que lo hace el coste de vida. Los jóvenes no ven alternativa de futuro y entienden que hace falta un cambio de mentalidad, cambiar las dinámicas del poder". 

Las actividades de desobediencia civil y de acción directa no violenta se van a ir incrementando igual que el coste de vida

Asegura también que "es pronto" para valorar este tipo de acciones porque será la sociedad "la que decida si las admite o no". En ese sentido, recuerda que el 66% de los ciudadanos del Reino Unido se mostraron "a favor de la acción directa no violenta" frente a la crisis climática en una reciente encuesta. Pide, eso sí, que los grupos ecologistas "sean estrategas" y "no piensen solo en el corto plazo", sino que "adopten estrategias a medio y largo plazo" porque son más efectivas.

Sí defienden sin tapujos ese tipo de acciones grupos ecologistas más radicales como Extinction RebellionJust Stop Oil, que han reivindicado esas protestas. La activista Phoebe Plummer, una de las que lanzó sopa de tomate contra Los Girasoles de Van Gogh, defendió ella misma su acción en un vídeo de Tik Tok: "No le hicimos ningún daño a la pintura. La obra estaba detrás de un cristal y nunca habríamos considerado hacer algo así si no lo hubiéramos sabido", dijo. "Reconozco que puede parecer una acción ridícula y estoy de acuerdo, es ridículo, pero estamos empleando estas acciones para atraer la atención de los medios porque necesitamos que la gente hable de esto (las reivindicaciones de Just Stop Oil contra los combustibles fósiles)", añadió esta activista de 21 años.

El cristal no protege al 100% las pinturas

Pero aunque este tipo de acciones de protesta van dirigidas contra cuadros protegidos por cristales, no son del todo inocuas para las obras de arte. "Aunque exista un cristal protector, el líquido puede filtrarse por las juntas y causar daños. Dependiendo de cuándo se hizo la instalación puede estar más o menos protegida, pero siempre hay algo de hueco entre el cristal y la pintura", advierte Iván López, restaurador y profesor de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid (ESCRBC).

"Imagino que en estos casos los museos actuaron rápido desmontando el marco para aislar la pintura del líquido porque el tiempo es fundamental para evitar que una filtración vaya a más", añade.

Actuar rápido para desmontar el marco y aislar la pintura es clave para evitar daños

El profesor López asegura, no obstante, que todas las obras "tienen una capa de barniz" que también actúa "como un colchón protector" de la pintura. Sin embargo, si la sopa de tomate o el puré de patata han impregnado el barniz, será necesario cambiarlo: "Puede haber alteraciones en el barniz, aparecer manchas blanquecinas... entonces hay que sustituirlo. Eliminar el barniz antiguo es una operación habitual en restauración, pero no deja de ser un proceso traumático para la obra".

Otro factor a tener en cuenta es la técnica pictórica empleada, según cuenta López: "Tanto la salsa de tomate como el puré contienen una gran cantidad de agua, que puede ser muy perjudicial para las obras. La pintura al óleo es algo más resistente al agua, pero un temple, un carboncillo, pastel o acuarela son muy sensibles y podrían sufrir un deterioro serio".

Y tampoco hay que olvidar el daño que pueden sufrir los marcos de los cuadros, que no están protegidos por ningún cristal y suelen ser los grandes olvidados: "Siempre pensamos en los marcos como una cosa menor, pero algunos marcos, como los renacentistas o barrocos que hay en el Museo del Prado, son auténticas obras de arte por sí solos".

Redactor '20minutos'

Licenciado en Periodismo por la Universidad Internacional de Catalunya. Diplomado en Ciencias Empresariales. Máster en Banca y Finanzas en la UPF Barcelona School of Management. Periodista en 20 Minutos desde el nacimiento de este periódico en el año 2000.

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