Los desconocidos operarios de las UDC: de la exclusión a ser imprescindibles en los barrios

Operarios de las UDC limpiando.
Operarios de las UDC limpiando.
Ayuntamiento de Madrid
Operarios de las UDC limpiando.

Hace cinco años unos grupos de personas con chalecos amarillos empezaron a realizar trabajos en las calles de los 21 distritos de la capital con la finalidad de mejorar el entorno de los barrios. Muchos vecinos que pasan a su lado o miran por las ventanas de sus casas no pueden evitar preguntarse: ¿Quiénes son? Unos operarios que, a pesar del llamativo color de los chalecos reflectantes, pasan desapercibidos. Ellos forman parte de las Unidades Distritales de Colaboración (UDC). Equipos formados por personas de todas partes del mundo en situaciones vulnerables como personas con discapacidad, parados de larga duración o con dificultades sociolaborales.

Olivia Nadia, es una mujer de nacionalidad venezolana que llegó a España justo antes de que comenzara la pandemia. Llevaba más de 33 años trabajando en su país y al llegar empezó a buscar empleo, pero a pesar de postular para muchos puestos de diversos sectores en ninguno le acabaron cogiendo. Una situación frustrante y difícil que pudo superar cuando le contactaron de la Fundación Benéfica San Martín de Porres. Tras una evaluación decidieron que era apta para formar parte del programa y comenzó así su viaje como parte de las UDC. "Estaba pasando por una situación muy difícil y empecé a conocer cómo funcionaba el mercado laboral de España. Mi incorporación al principio fue un choque porque no era mi área, me sentía cohibida y no conocía a nadie, pero al final fue muy gratificante", relata Olivia.

Realizó numerosos talleres e intervenciones para adquirir nuevas aptitudes y poder ayudar a mejorar los barrios. Pero no todo fue fácil, tuvo que enfrentarse a situaciones que no había visto antes, como la retirada de nieve y hielo que bloqueaba la entrada de los colegios y los centros de salud cuando azotó Filomena. “La primera vez que vi la nieve fue cuando llegó la borrasca. Empezamos a limpiar para que la gente pudiera entrar en los centros educativos, fue bonito pero muy duro. La gente estaba muy agradecida”, comenta. Tras ampliar su currículum pudo encontrar un trabajo estable en el que actualmente lleva más de un año.

Operarios de las UDC quitando los grafitis de un inmueble.
Operarios de las UDC quitando los grafitis de un inmueble.
Ayuntamiento de Madrid

Este proyecto tiene como objetivo mejorar la calidad de la vida de los barrios y los distritos de la ciudad. Asimismo, son una herramienta que permite al Ayuntamiento a favorecer la cohesión social con especial atención en los colectivos más vulnerables. Este proyecto les ayuda a formarse y buscar empleo de forma activa. Actualmente hay 21 proyectos, uno por distrito, subvencionados en régimen de concurrencia competitiva mediante convocatoria pública dirigida a entidades sin ánimo de lucro.

Desde 2019 se han llevado a cabo 7.192 actuaciones en los distritos, algunas de ellas se han efectuado en colegios de la ciudad. Han pintado murales en el interior de los centros educativos y han participado en huertos donde han enseñado a los más pequeños a crear hoteles de insectos, plantar semillas o colocar comederos de pájaros. “Creemos que es importante formar a los estudiantes más allá de lo curricular, es decir, formar personas. La motivación que les crea a los niños ir al huerto de Emiliano es increíble. La última vez que fueron se llevaron una planta de fresas y sentían como si les hubiera tocado la lotería”, comenta la directora del Colegio Fuencisla en Usera.

Asimismo, estas actuaciones han permitido descubrir nuevos talentos entre los operarios que participan en ellas, ese es el caso de Lina María. Estuvo trabajando durante un año y medio en la Asociación El Olivar cuando mientras arreglaban un jardín propusieron pintar un gran muro. Lina no se lo pensó dos veces y se animó a pintar, se remontó a los dibujos que hacía en su adolescencia y a partir de ahí sus creaciones han llenado de vida los patios de los colegios y muros del barrio. “Descubrí un talento que jamás pensé que tendría. Volví a los dibujos que hacía en la adolescencia en las cartas a mis novios. Es muy gratificante hacer juegos y creaciones para los niños”, relata Lina María.

Lina, operaria de UDC pintando en un colegio
Lina, operaria de UDC pintando en un colegio
Ayuntamiento de Madrid

No solo realizan actividades con niños, también participan en talleres de redes sociales para personas de la tercera edad. Les enseñan a utilizar aplicaciones como WhatsApp para poder mandar mensajes a sus nietos e incluso algunos de ellos se han animado a grabar videos en tiktok con ellos. Iniciativas que pretenden romper esa brecha generacional y acercar la tecnología a los más mayores de una forma amable y divertida.

La oportunidad de participar en este proyecto le llegó a Ana Ruth a través de su preparadora laboral. Ella tenía trabajo, pero por culpa de la pandemia estuvo en un ERTE y tuvo que comenzar a buscar otra cosa. “Hice una entrevista, estaba nerviosa pero ese mismo día me seleccionaron. Me puse muy contenta, no me lo podía creer”, relata. Ana ha participado en numerosos proyectos como la instalación de vallas en huertos, pintura de muros en los patios de colegios y actividades en centros de mayores. 

Participar en esos proyectos le ha permitido aprender nuevas habilidades que le servirán para buscar nuevos empleos. “Estuvimos en un centro de mayores haciendo una valla, nunca había cogido herramientas y me resultó muy duro excavar, pero día a día fui avanzando”, explica Ana. Los operarios no solo aprenden nuevos oficios también les enseñan cómo leer una nómina, escribir un currículum o conocer sus derechos como trabajadores.

Operarios de las UDC limpiando y cortando la maleza de una zona pública.
Operarios de las UDC limpiando y cortando la maleza de una zona pública.
Ayuntamiento de Madrid

Los vecinos de los barrios se muestran muy agradecidos con sus trabajos. Emiliano Plaza es un vecino de Almendrales, él mismo transformó una zona que estaba destrozada en un jardín para el barrio. La Concejalía le ha mandado una UDC para ayudarle y mantener el área limpia y cuidada. “El jardín que ahora se puede disfrutar era un vertedero. Me traen plantas, abono e incluso han traído a los niños de colegios cercanos a plantar semillas”, relata Emiliano.

En un barrio cercano Carmen Simón, también vecina de la zona ha visto cómo los operarios llevaban a cabo una campaña de concienciación ciudadana y recogida de excrementos caninos y se muestra muy agradecida por los resultados. “Hicieron una limpieza exhaustiva y detallada de la zona. Repartían folletos y le explicaban a la gente el motivo de la campaña. Sin ellos no hubiera tenido el mismo éxito. Todos coincidimos en lo mismo, en el buen trabajo y como lo realizan con interés, entusiasmo y alegría”, relata.

La mayoría de los vecinos coinciden, están muy agradecidos y satisfechos con esta labor social para mejorar los barrios. A pesar de ser desconocidos para muchos, los operarios van ganando voz por sus acciones. Un proyecto lleno de historias de superación, lucha y trabajo en equipo que ha permitido desarrollarse a cientos de personas.  

Diez entidades sin ánimo de lucro son las beneficiarias, tras un proceso de libre concurrencia, de una subvención bianual cercana a los 14 millones de euros impulsada, financiada y organizada por el Área delegada de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana. 

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