Guadalupe Ríos: "La terapia ocupacional es mejorar la calidad de vida de las personas, que las debilidades se conviertan en fortalezas"

  • Celebramos el Día Mundial de la Terapia Ocupacional con Guadalupe Ríos, terapeuta de la Fundación Querer. 
Guadalupe Ríos es terapeuta ocupacional en la Fundación Querer.cedida
Guadalupe Ríos es terapeuta ocupacional en la Fundación Querer.
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Guadalupe Ríos es terapeuta ocupacional en la Fundación Querer.cedida

Los terapeutas ocupacionales ayudan cada día a decenas de miles de personas en nuestro país. Están en residencias, centros de día, hospitales, gabinetes, centros de atención temprana… y también en colegios o centros de acogida para mujeres maltratadas. Se trata, por tanto, de una profesión sociosanitaria, que aúna una parte sanitaria -favorecer la salud de las personas- y otra social, que consiste en proporcionar a las pacientes herramientas que favorezcan su desarrollo personal y su papel en la sociedad. Sin embargo, a pesar de su enorme labor, que es la de ayudar a las personas que lo necesiten a que sean más independientes y autónomas, todavía es una profesión muy desconocida.

A Guadalupe Ríos, que trabaja sobre todo con menores en la Fundación Querer, le apasiona su profesión, "es muy bonita, ves los logros que van consiguiendo", asegura. Unos logros que van desde ayudar a que un niño con problemas de desarrollo dé sus primeros pasos hasta mantener activa la mente de un anciano con deterioro cognitivo, entre otras muchas cosas. 

Prevenir o minimizar el deterioro en las residencias

La labor de los terapeutas ocupacionales en las residencias de ancianos es solo una mínima parte de todas las que realizan, pero es una de las más conocidas. Su papel en estos centros es fundamental, pues, por lo general, las personas que vienen en ellas han perdido y siguen perdiendo ciertas facultades físicas, cognitivas y sensoriales, algo que se hace más notable si existe alguna enfermedad asociada, como párkinson, alzhéimer u otro tipo de demencia, "trabajamos mucho la estimulación cognitiva, la atención, la memoria… a través de la música, el arte… siempre adaptando todo a los gustos de las personas para motivarles", cuenta Guadalupe.

También pueden trabajar con ancianos directamente en casa, "desde hace dos años trabajo con una anciana en su casa y, además de realizar con ella actividades para estimularla y que su deterioro sea menor, trabajamos mucho para que no pierda las rutinas", explica la terapeuta.

Rehabilitación en hospitales

"En hospitales trabajamos sobre todo la parte física, de rehabilitación…", afirma. Y dentro de esta ‘rehabilitación’, el colectivo con el que tratan es muy amplio, pues pueden ayudar, por ejemplo, a personas que han sufrido alguna situación traumática (accidente, un ictus…) a recuperar sus rutinas habituales, como bañarse, vestirse y alimentarse por sí mismos mientras siguen ingresados. Además, también están presentes en las salas de rehabilitación de los hospitales para ayudar a estas y otras personas a recuperar o conservar habilidades.

Guadalupe Ríos, durante una sesión de terapia ocupacional.
Guadalupe Ríos, durante una sesión de terapia ocupacional.
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En gabinetes y centros de atención temprana

Los niños que no alcancen -o tengan dificultades para alcanzar- ciertos hitos del desarrollo, como los motores, problemas de socialización, etc. también pueden beneficiarse de la ayuda de un terapeuta ocupacional. Ya sea en gabinetes o en centros de atención temprana, estos profesionales les ayudan a adquirir estas habilidades, les acompañan en este proceso. Esta es, además, la labor a que más se dedica Guadalupe en la Fundación Querer, donde trabaja con niños con discapacidad intelectual, "hago terapias individuales con ellos, en el gimnasio y trabajamos cosas como integración sensorial, la atención, la socialización… y todo lo hacemos a través del juego, para motivarlos. También trabajamos las rutinas fomentando la repetición para que llegue un momento en que las hagan solos", explica.

Una de nuestras labores menos conocidas es la de ayudar a mujeres maltratadas a recuperar su independencia

En el caso de los niños, la ayuda que necesitan de un terapeuta ocupacional puede variar a través de los años. En algunas ocasiones, solo serán necesario hasta que adquieren determinadas habilidades y en otras la compañía de una terapeuta ocupacional será necesaria -o recomendable- durante toda su vida.

Centros escolares, tanto especiales como ordinarios

En los centros de educación especial, la presenta de los terapeutas ocupacionales está más que justificada, pues ayudan a niños con todo tipo de discapacidad a adquirir habilidades, tanto motoras como sociales, etc. Sin embargo, también deberían estar en centros ordinarios o preferentes, especialmente si en ellos hay algún niño con necesidades especiales, "en los coles, los terapeutas ocupacionales podrían estar presentes, por ejemplo, para ayudar a los niños con el tema de la escritura, tanto para mejorarla como para que los niños que tengan alguna dificultad, aprendan a hacerlo. No tienen por qué ser niños con discapacidad, simplemente que tengan alguna dificultad, como que les cueste desarrollar tareas de psicomotricidad fina", matiza Guadalupe.

‘Rehabilitación social’, su labor menos conocida

Más allá del ámbito estrictamente sanitario o de rehabilitación, los terapeutas ocupacionales realizan una importante labor social con colectivos vulnerables, como los presos o las mujeres maltratadas, "la gente nos asocia mucho con personas con discapacidad o ancianos, pero no tiene por qué ser así. Una de nuestras funciones menos conocidas es la que hacemos con las mujeres maltratadas". 

Aunque depende de muchos factores, lo que hacen, básicamente, es acompañarlas para que vuelvan a tener una vida social plena, a que recuperen su vida, "hay mujeres maltratadas que han perdido toda su independencia porque no se atreven a salir solas a la calle. En este caso, un terapeuta ocupacional, a través de la realización de ciertas actividades, le ayudará a recuperar esa independencia", explica. Y labores parecidas realizan en centros penitenciarios, centros para tratamiento de adicciones, familias con riesgo de exclusión social, etc.

La terapia ocupacional consiste en adaptar las barreras y posibilitar que todas las personas puedan llevar una vida autónoma

Más independencia y autoestima

El objetivo último de esta actividad terapéutica es ayudar a las personas a encontrar su máximo potencial y que puedan llegar a ser individuos autónomos e independientes, a pesar de que tener alguna dificultad, ya sea física, psíquica y social. Es decir, les ayuda a rehabilitarse, no solo físicamente, también psicológica y emocionalmente. Y estos logros repercuten de manera directa en la salud mental, "su autoestima mejora muchísimo, porque muchas veces pasan de no poder hacer determinadas cosas, a poder a hacerlas de manera autónoma, es una satisfacción personal brutal", asegura Guadalupe que tiene su propia definición de lo que es su profesión: "Para mí, la terapia ocupacional es mejorar la calidad de vida de las personas. Que las debilidades se conviertan en fortalezas. Que el 'no puedo' se convierta en un 'puedo'. Llevar a cabo las actividades de la vida diaria de una manera autónoma o con mínima ayuda. Es adaptar las barreras que te pone la vida y posibilitar a todas las personas realizar las actividades con mayor facilidad. Es poder ser quien quieres ser sin que nada y nadie te limite tus objetivos. Es aprender a ser independiente", asegura.

Además, según reconoce, su trabajo repercute también en su propia salud mental, "es muy gratificante, porque todos los días veo sus logros y llego a casa muy contenta. Me dicen que les ayudo, pero ellos también me ayudan a mí", dice emocionada y ‘enamorada’ de una profesión que recomienda a las personas con vocación de ayudar porque "te hace crecer cada día como persona".  

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