¿Qué pasa si mi perro se come un chicle? La hipoglucemia por xilitol, el riesgo que más debe preocuparnos

Un perro en una foto de archivo.
Un perro en una foto de archivo.
PIXABAY
Un perro en una foto de archivo.

Somos muchos los que, al empezar la convivencia con un nuevo perro, tenemos que enseñarles de cero muchos comportamientos, entre ellos, cómo evitar que coman cosas que encuentran en el suelo durante los paseos. Esto es un punto importante ya que, además de objetos afilados, pueden terminar ingiriendo alimentos en mal estado que les provoquen problemas de salud.

De hecho, se habla en muchas ocasiones de los chicles, esos masticables que desde pequeños nos advierten que no nos traguemos bajo ningún concepto. ¿Qué ocurre si a nuestro perro le da por comerse uno del suelo? Lo primero que se nos viene a la cabeza es que pueda atragantarse con él, pero lo cierto es que no es algo tan común.

"Puede ocurrir, pero es poco probable", afirma Ana Jiménez, veterinaria internista de AniCura Bofarull Hospital Veterinario. "En el caso de que pase, tendríamos que realizar al perro la maniobra de Heimlich".

Sin embargo, la experta advierte del riesgo real que hay tras la ingesta de un chicle. "El peligro está en que contenga el xilitol, una sustancia conocida como alcohol de azúcar que se utiliza como edulcorante en chicles sin azúcar y otros alimentos", detalla.

Los chicles pueden provocar una bajada de azúcar

"El xilitol en los perros estimula la liberación de insulina, pudiendo provocar una hipoglucemia en los que lo consumen", advierte Jiménez. Por este motivo, debemos tener cuidado de que nuestros peludos no encuentren nada en el suelo que se quieran llevar a la boca.

Si no hemos podido evitarlo y nuestro perro ha ingerido un chicle con esta sustancia tan dañina para ellos, empezarán a aparecer algunos síntomas que nos alertarán de que algo no va bien. "Pueden empezar con vómitos, seguidos de una disminución de la actividad, tambaleos, debilidad, descoordinación e incluso desmayos y convulsiones", enumera la veterinaria.

Una disminución de la actividad, los vómitos e incluso desmayos y convulsiones, entre los síntomas que pueden aparecer

"Todos estos síntomas están relacionados con la disminución de la glucosa en sangre y pueden tardar en aparecer entre doce y 24 horas, necesitando en algunos casos la hospitalización del animal para observación y monitorización", advierte Jiménez.

En caso de observar alguno de estos síntomas tras un paseo, lo mejor que podemos hacer es visitar a nuestro veterinario de confianza lo antes posible "para que pueda quedarse en observación" y, en caso de necesitarlo, "proporcionarle un aporte de glucosa", concluye la experta.

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