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La subida de tipos del BCE encarece las hipotecas 1.125 euros al año, amenaza con enfriar la economía y premiará el ahorro

El Banco Central Europeo (BCE) ha metido la directa en su lucha por aplacar una inflación sin precedentes desde que se fundó el euro. El organismo que preside Christine Lagarde anunció el jueves una subida en los tipos de interés oficiales (en otras palabras, el precio oficial del dinero) de 0,75 puntos. Un alza que, junto a la que ya se produjo el pasado septiembre, ha elevado los tipos a una horquilla entre el 2,25 y el 1,5%. 

La decisión que ha adoptado el BCE tendrá un impacto importante en la vida de millones de personas, pero la complejidad del funcionamiento de la política monetaria hace que a menudo sea difícil entender qué implicaciones hay detrás. En muy resumidas cuentas, la decisión que adoptó ayer el BCE encarecerá las hipotecas, ralentizará la actividad económica y premiará a quienes tengan dinero ahorrado en sus depósitos bancarios.

Según trasladan fuentes bancarias, por cada punto porcentual que suben los tipos de interés, una hipoteca media a 25 años de 150.000 euros con tipo variable y un diferencial sobre el Euríbor del 1% se encarece 1.500 euros al año. Por tanto, el efecto de un alza de 0,75 puntos como el aprobado ayer en Frankfurt implicaría un aumento del coste aproximado de 1.125 euros anuales (93,75 al mes) por cada hipoteca.

En todo caso, conviene recordar que este encarecimiento lleva tiempo reflejándose en el Euríbor -el índice de referencia por el que se calculan la amplia mayoría de hipotecas a tipo variable- y los hogares lo irán notando a medida que revisen sus cuotas hipotecarias (lo habitual es hacerlo una o dos veces al año). Esto es así porque el Euríbor se calcula en base a los tipos de interés a los que prestan los principales bancos del sistema europeo. Pero estos bancos ya habían anticipado hacía tiempo la decisión de ayer del BCE, que no se salió ni un ápice del guion previsto. En consecuencia, las entidades de crédito fijaron previamente sus tipos de interés y esto ya se reflejó en el Euríbor antes de que el BCE aprobara la subida.

Los hogares con una hipoteca variable media que tengan que revisar su cuota en noviembre se enfrentan a una subida de cuota de 2.727 euros anuales (227 al mes)

En promedio, el Euríbor alcanza ya el 2,62% en octubre, frente al -0,48% registrado tan solo un año atrás. Si esta cifra finalmente fuera la definitiva al cierre de mes, los hogares con una hipoteca variable media que tengan que revisar su cuota en noviembre se enfrentarán a una subida de cuota de 2.727 euros anuales (227 al mes). Un alza que, sumada a la erosión que está provocando la inflación sobre los salarios, añadirá aún más presión a la situación de los hogares.

La economía se enfriará

Los tipos de interés son la herramienta más potente que tiene un banco central para influir sobre los precios. El problema es que si las subidas son demasiado fuertes, la economía se resiente. Cuando los tipos crecen, los préstamos que conceden los bancos se encarecen: toca pagar más por recibir la misma cantidad. Esto tiende a provocar que los consumidores y las empresas tomen menos dinero prestado y que los Estados paguen más por financiarse. Y así, la economía se enfría. Los negocios optan por no invertir para expandirse, las contrataciones de las empresas se resienten, las familias se lo piensan dos veces antes de lanzarse a comprar una vivienda y los Estados pagan más por endeudarse... como si fuera una cascada, la subida de tipos oficiales se filtra a todas las capas de la economía y acaba provocando que los precios bajen. Al menos en teoría.

El problema es que el principal impulsor de la inflación actual siguen siendo los precios de la energía -aunque los alimentos han ganado protagonismo recientemente-. Y estos precios no se deciden en la Unión Europea -que importa estos productos-, por lo que el BCE no puede hacer nada por rebajarlos. El movimiento por el que institución que preside Lagarde sube los tipos va más dirigido a lo que se conoce como "anclar" las expectativas de inflación. Es decir, asegurar a consumidores y empresas que la inflación no seguirá alta a medio plazo. En palabras del BCE: "si los ciudadanos y las empresas piensan que la elevada inflación es un fenómeno duradero, es probable que los trabajadores exijan subidas salariales y que los empresarios, por su parte, aumenten los precios de sus productos o servicios". Esto podría provocar una espiral que podría lastrar la economía de forma más duradera.

En este dilema entre domar la inflación o dañar una economía todavía maltrecha por las secuelas de la pandemia, el BCE se ha posicionado claramente en el lado de bajar los precios. Aunque así se arriesgue a provocar (o agravar) una recesión que cada vez más analistas dan por segura en Europa el año próximo.

Premio para los ahorradores

Quienes sí están de enhorabuena por la deriva que ha tomado el BCE son los ahorradores. Otra de las consecuencias que tienen las subidas de tipos es que los depósitos o las cuentas de ahorros aumentan su rentabilidad. Tras la última decisión de política monetaria, el BCE pagará un interés del 1,5% a los bancos comerciales por depositar fondos en sus reservas. Una retribución que la banca tradicional va poco a poco trasladando a los depósitos que ofrece a sus clientes. Según datos de la plataforma de ahorro Raisin, la rentabilidad de los mejores depósitos se acerca ya al 3%, una cifra que hace apenas un mes rondaba el 2%.

Redactor '20minutos'

Redactor de Economía y Datos desde 2021. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. En 20minutos desde 2019. Antes pasé por la sección de Internacional del diario El Mundo. Adicto al Excel y a la web del INE. En lucha constante por acercar el obtuso lenguaje de la economía a la realidad de las personas.

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