Gobierno y banca acercan posturas para congelar hipotecas a los más vulnerables

El Ejecutivo y las principales patronales bancarias (la CECA y la AEB) están muy cerca de pactar una fórmula para mitigar el impacto del fuerte encarecimiento de las hipotecas que ha seguido a las subidas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). 

Según fuentes bancarias conocedoras del estado de las conversaciones, el acuerdo está próximo y la fórmula que gana más fuerza sería una congelación temporal de las cuotas hipotecarias a los más vulnerables, que incluiría también una ampliación del plazo de amortización para facilitar los pagos. La primera entidad en poner sobre la mesa esta propuesta fue CaixaBank, que planteó recientemente congelar las cuotas -es decir, que no aumenten con la subida del Euríbor- durante 12 meses a los clientes más vulnerables. 

Otras de las opciones que está sobre la mesa es aplicar una moratoria al pago de los préstamos, como ya se hiciera en los peores momentos de la pandemia. Entonces, el Gobierno ofreció a los hogares que se hubieran visto en grandes dificultades por las consecuencias de la Covid un aplazamiento de las cuotas hipotecarias durante tres meses (que luego ampliaría a nueve) sin exigir ningún interés adicional. Si bien se habían planteado otras fórmulas, finalmente se han descartado por las reticencias de Bruselas, que exige que cualquier medida que se adopte vaya en consonancia con las directivas europeas.

En el lado bancario, la CECA -patronal de las cajas de ahorros- ha sido la principal impulsora de las negociaciones, con CaixaBank a la cabeza. El resto de entidades del grupo como IberCaja, Kutxabank o Unicaja también han dado el visto bueno. La otra gran asociación bancaria, la AEB (que engloba a Santander, BBVA o Sabadell) lo ve con más reticencias por la menor presencia de perfiles vulnerables en sus balances hipotecarios. En todo caso, las fuentes mencionadas anteriormente dan por hecho que finalmente se producirá un acuerdo conjunto entre las dos patronales. 

El principal escollo está ahora en la definición de lo que se entiende por cliente vulnerable. El código de buenas prácticas hipotecarias que el Gobierno y los bancos acordaron en 2012 fija ese umbral en 24.319 euros (tres veces el Iprem), pero además exige que el esfuerzo del hogar para hacer frente al pago hipotecario haya aumentado sustancialmente y que la cuota hipotecaria supere el 50% de los ingresos.

Por el momento, las entidades de crédito creen que la morosidad se mantiene en niveles razonables. El ratio de créditos dudosos respecto al total está en el 3,9%, muy lejos de las cifras cercanas al 14% que se registraron en lo peor de la gran recesión. Los escasos niveles de morosidad hacen que los bancos no esperen grandes desequilibrios en sus balances si se alcanza un acuerdo. 

Calviño reclama un acuerdo amplio

El Ministerio de Asuntos Económicos, que capitanea la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, lleva semanas negociando los términos del acuerdo con los bancos. El viernes, Calviño defendió la necesidad de alcanzar un pacto amplio "que cubra al conjunto del sector bancario" para llegar al mayor número posible del mercado. 

La vicepresidenta incidió en la necesidad de garantizar que las entidades bancarias faciliten los cambios de hipoteca a tipo variable hacia tipo fijo y destacó el trabajo que se está realizando con los bancos para "amortiguar y minimizar el impacto del Euríbor". "Se está trabajando intensamente y confío que en las próximas semanas podamos tener este marco y un abanico de medidas que puedan aliviar la situación de las familias y que eliminen cualquier posible riesgo de impacto desde el punto de vista de la estabilidad financiera", afirmó la vicepresidenta.