En el verano del año 2000 se produjo en el mar de Bárents la tragedia del submarino Kursk. Este sumergible ruso sufrió una explosión y se hundió, sin que la Armada rusa pudiera recuperar los cuerpos de los 118 marinos que perecieron en la catástrofe, uno de los primeros grandes reveses de Vladimir Putin como presidente de Rusia.
Una de aquellas 118 víctimas fue Fanis Ishmuratov, un técnico del submarino que por aquel entonces tenía 26 años. Recibió a Orden del Valoro, pero su cuerpo nunca fue recuperado.
Ahora, 22 años después de aquella catástrofe, su hijo Danis, de 25 años, ha muerto cuando luchaba a las órdenes de Putin en el frente de Ucrania, tal y como informan varios medios rusos y recoge el Daily Mail. Faina Ishmuratova, de 46 años, se convierte así en viuda y madre de un soldado muerto en la guerra.
Danis Ishmuratov había hablado en los medios rusos antes de partir al frente. "Sueño con convertirme en oficial, criar muchos hijos, al menos siete. Tener una casa, una sauna, hijos, para que mi madre sea feliz con nietos", decía.
"Decidí comenzar con las fuerzas terrestres para ganar experiencia", dijo. "Estoy considerando servir en la Armada en el futuro y quiero que mis hijos continúen con la dinastía militar", afirmaba.
"Mi madre no interfirió de ninguna manera en mi decisión de ir al ejército, a pesar de que era hijo único, e incluso me apoyó, diciendo: 'Continúa el servicio de tu padre'", concluía el fallecido soldado.
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