Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Toca encender la caldera

El control del consumo es vital este año.
El control del consumo es vital este año.
Freepik
El control del consumo es vital este año.

El frío ha llegado. Ya era hora también, pero lo peor de este cambio repentino de tiempo es que toca ejecutar el gesto que más tememos este invierno: poner en marcha la caldera. Pasar del botón del agua al de la calefacción. Mi familia y yo aprovechamos el puente para irnos unos días fuera a ver a nuestras familias y amigos, y es curioso porque en el norte nos sobraron los jerséis, los abrigos y las chaquetas que habíamos llevado en la maleta. Allí el tiempo ha sido inusualmente cálido: hemos podido ir a la playa, hemos jugado un rato en la arena e incluso nos hemos remojado los pies en el frío agua del cantábrico. Los abrigos se han quedado en el coche. Y la sensación era de estar viviendo el verano que no tuvimos en agosto. Un tiempo demasiado agradable para estar a finales de octubre.

La sorpresa ha sido cuando hemos vuelto a casa. Estaba helada: en Madrid el tiempo ha sido mucho menos benévolo y se ha notado. Entramos congelados y fue ahí cuando mi marido y yo nos miramos y dijimos, ¡no queda otra! Ha llegado el momento de encender la caldera. El gesto se ha repetido estos días en muchas casas. Y con el miedo de no saber muy bien qué pasará con el recibo del gas. Llevamos semanas hablando de este momento, de que el invierno iba a ser complicado, con muchos hogares sin saber cómo van a calentarse, midiendo y calculando cada grado. Decidiendo si se encienden todos los radiadores o si se dejan apagados aquellos que calientan habitaciones o estancias en las que puedes prescindir de un ambiente más acogedor.

No es una cuestión de si se puede o no pagarlo, es una cuestión de responsabilidad

Antes de encender la caldera hay que revisarla, hacerle un mantenimiento, purgar los radiadores, chequear que cada euro que nos gastemos en calentar no se desperdicia. Y no es una cuestión de si se puede o no pagarlo, es una cuestión ya de responsabilidad.

Es curioso porque es una conversación que se repite en reuniones de amigos y de familias. Cada uno te cuenta lo que está haciendo para intentar rebajar su factura de la luz. Los que pueden ya han instalado placas solares, otros están mirando cómo cambiarse de la tarifa libre a la regulada. Hay como una actividad frenética y contra reloj para intentar amortiguar el golpe, porque, según nos cuentan, lo peor de esta crisis está por llegar. Y aunque algunos prefieran no querer saber, esto pasará. Lo queramos o no. Y en este caso, es casi mejor estar preparados. Hay comercios y bares que están ajustando sus horarios para no gastar más de lo imprescindible: saben que hay días en los que no compensa levantar la persiana. Cuánto de profundo o no sea el frenazo a la economía solo lo sabremos cuando pase. Si por una carambola la guerra en Ucrania terminara de golpe todo esto pegaría un giro de 180 grados. Me gustaría ser más optimista pero es verdad que vienen curvas. La única esperanza es que sean pocas curvas y no demasiado pronunciadas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento