Internacional

Rusia rectifica y retoma el acuerdo para la exportación de cereal desde Ucrania tras una nueva mediación de Turquía

El buque ucraniano cargado de cereal.
EFE

En menos de dos días se ha resuelto, al menos por ahora, uno de los muchos elementos delicados de la invasión rusa de Ucrania: la exportación de grano que, en parte, aplaca la crisis alimentaria tanto en el resto de Europa como en África. Y es que Rusia ha aceptado volver al pacto con Kiev después de que Turquía ejerciera una nueva mediación. Moscú se había desvinculado del trato después de varios ataques a su flota en el Mar Negro, de los que el Kremlin responsabiliza además al Reino Unido, pero ahora ha reculado porque considera "suficientes" las garantías ofrecidas tanto por Estambul como por Naciones Unidas.

Hasta ahora, el acuerdo ha permitido la exportación de casi 10 millones de toneladas desde julio. La ONU confiaba en este pacto para mejorar la seguridad alimentaria a nivel mundial, en la medida en que el estallido del conflicto en febrero se tradujo en una ruptura de la cadena de suministros y una subida de los precios que ha afectado de forma particular a los países en desarrollo.

El propio presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que tras hablar con Vladimir Putin, el ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, llamó a su par turco, Hulusi Akar, para anunciar que "el transporte de grano seguirá conforme a lo acordado". Erdogan tiene previsto además mantener una conversación sobre el asunto este miércoles con el líder ucraniano, Volodimir Zelenski. Mientras, la ONU se ha mostrado "agradecida" por la mediación de Estambul. Con todo, pese a la ruptura del acuerdo, los barcos habían seguido zarpando en los últimos días de puertos ucranianos -tres de ellos el martes-. 

Moscú advirtió del riesgo del mantenimiento de estas operaciones, dando a entender que ahora ya no había garantías de seguridad frente a un conflicto que ha seguido escalando en las últimas semanas. De hecho, llegó a anunciarse que ya el miércoles no habría traslados de buques de grano, un bloqueo que finalmente no se dará.

Rusia se reserva el derecho a retirarse del pacto

Pero Putin se reserva "el derecho a retirarse del pacto" si la otra parte, es decir Kiev, "incumple sus obligaciones". Así lo ha hecho saber el propio presidente, que al mismo tiempo, celebró la "neutralidad" turca respecto al conflicto, incluso pese a ser miembro de la OTAN. El mandatario ruso ha reivindicado que dicho acuerdo se concibió para mejorar la seguridad alimentaria en países pobres pero éstos apenas han recibido el 4% del total. Casi la mitad de la carga, ha asegurado, ha ido a parar a países de la Unión Europa, si bien Putin no ha discriminado entre escalas intermedias y finales.

Eso sí, Rusia sigue buscando culpables de los últimos acontecimientos, y mantiene sus acusaciones contra Londres por dos motivos: el sabotaje al Nord Stream y los ataques contra sus buques en el Mar Negro. Londres ha respondido rápidamente con sanciones, pero el Kremlin no se sale de esa vía. Tanto es así que el Gobierno de Putin entregará a la embajadora británica en Moscú, Deborah Bronnert, un dossier con pruebas que, dicen, demuestran la vinculación de Londres con el ataque sobre su flota. "No hay dudas de que los servicios de Inteligencia británicos están involucrados en el ataque terrorista a la base de la flota del Mar Negro en Sebastopol y el sabotaje en el Nord Stream", reiteró el Ministerio de Defensa ruso, que además ha garantizado que estos incidentes "no quedarán sin reacción rusa".

En paralelo a estos acontecimientos, la inteligencia estadounidense asegura haber avanzado en dos frentes. Por una parte, Washington sostiene que altos cargos de las Fuerzas Armadas de Rusia debatieron la posibilidad de usar armas nucleares tácticas en el marco de la guerra, aunque Putin se habría quedado fuera de estas conversaciones. Según The New York Times, eso sí, no se habrían dado movimientos que anticipen el uso de este tipo de armamento; pero la Casa Blanca calcula que Moscú cuenta con unas 2.000 armas de este tipo -mucho más quirúrgicas que las de gran escala- que pueden ser usadas en el campo de batalla.

Por otro lado, EE UU tiene constancia de que Corea del Norte está suministrando armas a Rusia para su uso en el conflicto, siempre de tapadillo y en cantidades "numerosas". En septiembre, el régimen de Kim Jong Un negó que colaborase militarmente con Rusia, pero ahora el Gobierno de Biden asume que "hay pruebas de lo contrario" y repite que estará "vigilante". Una implicación directa de Pyongyang se sumaría a la de Irán, que parece cada vez más clara a través de la venta de drones.

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