Omar Anguita Diputado y portavoz Socialista de Infancia y Juventud
OPINIÓN

Ni libertad ni sanidad ni vergüenza

Cientos de personas durante una manifestación para pedir una sanidad madrileña pública en la plaza de Cibeles.
Cientos de personas durante una manifestación para pedir una sanidad madrileña pública en la plaza de Cibeles.
ALBERTO ORTEGA / EP
Cientos de personas durante una manifestación para pedir una sanidad madrileña pública en la plaza de Cibeles.

El problema de que la inutilidad utilice el término ‘libertad’ es que se puede disolver su significado y arrastrar el término por el suelo.

Ayuso ganaba democráticamente unas elecciones en mayo del año pasado con el eslogan de Libertad. Literalmente así rezaban sus panfletos electorales. Una foto de la candidata y la palabra libertad. Nada más, sin propuestas o ideas. Ella y la libertad. Y en eso nos hemos quedado. Con ella y su idea de libertad.

Nada, absolutamente nada justifica el caos, descontrol y falta de capacidad de recursos sanitarios que sufrimos en estas semanas. Caos y descontrol porque tenemos a unos especuladores dirigiendo el Gobierno regional. Especuladores porque dirigen los recursos hacia sus intereses y hay un interés que han compartido las presidencias del PP en Madrid: acabar con la sanidad pública regional y dejárselo, por fin, todo a la sanidad privada.

Pero nadie ha llegado tan lejos como Ayuso. Ni Aguirre y ya es decir. Lo que está ocurriendo en Madrid estos días es bochornoso a la vez que igualmente peligroso. Tras más de 6.000 sanitarios despedidos tras la pandemia por Ayuso, solamente ella y su gabinete podría esperar que nuestro sistema sanitario resistiese con una plantilla diezmada, agotada y maltratada por el PP.

Ahora ha decidido encontrar un nuevo culpable: los propios sanitarios

Madrid es la comunidad autónoma que menos invierte en sanidad por habitante, pero parece que Ayuso se ha sorprendido al ver que eso se traducía en el caos que ha generado su consejero y, cuando no hay capacidad pero tampoco vergüenza, ha decidido encontrar un nuevo culpable ante su inutilidad: ahora no es Sánchez el culpable, al menos aún no ha escurrido el bulto hacia él … ahora los culpables son los propios sanitarios.

No tiene vergüenza. Las mismas personas que se jugaron la vida durante la pandemia son ahora los culpables del deterioro de la sanidad pública madrileña, mientras ella estaba en una suit de un hotel de un amigo suyo, mientras su hermano se llevaba mordidas por las compras de mascarillas, mientras firmaba protocolos donde condenaba a la muerte indigna de nuestros mayores… 

No tienen vergüenza. 

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