Cristina Campos: "Creo que la infidelidad es mucho más fácil para el hombre"
- Directora de casting y guionista ha sido la finalista del Premio Planeta con su novela 'Historias de mujeres casadas'
Cristina Campos (Barcelona, 1975), es licenciada en Humanidades por la Universidad Autónoma de Barcelona, pero su vida ha sido de cine: directora de casting y guionista, su primera novela fue llevada a la gran pantalla y le valió una nominación a los Goya. Con su segunda incursión en la literatura, ha sido finalista este año del Premio Planeta. Historias de mujeres casadas aborda el deseo de la mujer y la infidelidad en el matrimonio. Un texto que, admite, no ha molestado a su marido porque "es ficción". Campos participó este martes en un coloquio con la periodista Sonsoles Ónega y la ganadora del Planeta, Luz Gabás, en el que compartió que su padre se presentó al mismo premio hace 40 años... y se quedó entre los ocho últimos aspirantes.
Como directora de casting y guionista, ¿qué es más complicado: encontrar las palabras para contar una historia o los rostros para interpretarla?Las palabras, sin duda. La dirección de casting es un trabajo que se realiza con muchísima gente y cuando escribo necesito estar en una soledad deseada.
Y ¿le dejan?Sí. Además no tengo móvil, con lo cual ni redes sociales ni nada.
Vaya giro de guion el suyo: finalista del Planeta con su segunda novela.Y ha salido después de 15 años de tener escritos en el cajón…
Su novela va, como canta Luz Casal, acerca del amor y del deseo…Así es. Habla del deseo sexual femenino. De la complejidad del deseo y el placer femenino.
La literatura no debería tener género. Nos empeñamos en diferenciarla y es una pena
También explica que ha tratado de reflejar "la verdad de los matrimonios". ¿Cuál es esa verdad?La rutina conyugal y el tedio de la vida cotidiana, que hacen que el deseo sexual de las mujeres se desvanezca con el tiempo. Y eso no quita que tengas una relación muy bonita sexualmente con tu marido. Pero es una realidad, no estoy descubriendo nada, aunque los medios hagáis hincapié en eso.
Su debut literario fue con una historia muy gastronómica, de repostería. ¿Esta es más cruda, más de tartar?(Risas). No, tienen muchos puntos de común. En ‘Pan de limón con semillas de amapola’ el tema central era la maternidad y la amistad femenina y ahora disecciono matrimonios. Esta es una novela más adulta, más atrevida. He aprendido a escribir.
En sus dos trabajos, la pareja es casi sinónimo de atadura. ¿Por qué identifica mujer casada a mujer cansada?Yo no lo siento así en absoluto. Yo creo que el matrimonio para mi protagonista es sinónimo de libertad. Sin embargo, son los hijos lo que coartan la libertad. Mis protagonistas conciben su matrimonio como hacer un equipo.
¿Qué le ha dicho su pareja de la historia? ¿Le ha dejado claro que es ficción?¡Y es ficción! Es un tipo muy inteligente que me dijo: "¡Escribe lo que quieras!".
Su marido, Jaume Balagueró, dirige pelis de mucho miedo. ¿Qué le da a usted terror?No soy una mujer miedosa, pero me da terror el dolor de los míos.
Escribe de mujeres, pero otro hombre en su vida que tiene que estar boyante es su padre.Mi padre… me conmueve. A sus 90 años, está muy feliz y muy orgulloso (se le cae una lágrima). Él se presentó al Premio Planeta hace 40 años y quedó entre los ocho finalistas, de esos desconocidos que nadie sabe quiénes son. Y es un honor para él.
¿Por qué destacamos aún que una novela es "de mujeres" o "de hombres" en vez de hablar de personas?La literatura no debería tener género. Nos empeñamos en diferenciarla y es una pena. Yo leo constantemente a autores hombres como mujer. Me interesa la psique masculina.
Y sin embargo, usted diferencia entre infidelidad masculina y femenina.Creo que es mucho más fácil para el hombre. La novela juega constantemente con la diferencia entre la infidelidad masculina y la femenina. La mayoría de las mujeres que conozco tiene dificultad para separar el sexo del sentimiento. Mis amigas que han sido infieles no han buscado una noche de sexo, sino una historia bonita, volverse a enamorar… No ocurre lo mismo con el hombre, en general.
¿En qué historia le gustaría vivir a usted?En mi protagonista, Gabriela. Ha sido mi álter ego los últimos tres años. Ha sido mi amiga y compañera. La escritura puede ser muy esquizofrénica porque llegas a sentir como ella y hay un momento en el que no quieres soltar la novela, por que ¡te encuentras tan bien!
¿Qué tal se lleva con otra mujer casada, Luz Gabás? Porque van a pasar muchas horas juntas las próximas semanas…Hemos hecho un equipazo. Es una mujer inteligente, brillante. Es la mujer más inteligente que he conocido.
Estos días le vamos a hacer muchas preguntas. ¿Tiene usted respuesta para todo o hay cosas que le dejan sin habla?Intento ser natural, no suelo quedarme sin respuesta. Soy muy sincera.