Si detecta una pintada vandálica en la superficie de cualquier edificio de su distrito puede llamarlos, son los antigrafitis. Si, en cambio, conduce una furgoneta de reparto y comprueba que un extraño está ocupando el aparcamiento reservado para los vehículos comerciales, es mejor que contacte con los vigilantes de las zonas de carga y descarga. Y en caso de que paseando por el parque del Retiro una boca de riego amenace con salpicarle, este tranquilo, un equipo de urgencia se personará en la zona para cerrar el grifo de inmediato, sean las cinco de la tarde o las cinco de la madrugada.
Se trata de los guardianes del parque, el último de los cuerpos especiales que el alcalde, José Luis Martínez Almeida, ha incluido en el nuevo contrato de servicios de conservación integral de parques y viveros municipales. Al no haberse abierto el concurso municipal, todavía no se sabe cuantos operarios destinarán a tal fin las empresas adjudicatarias, pero mínimo tendrán que contar con un técnico, un oficial de jardinería y otro de fontanería.
Es el modus operandi del Gobierno municipal frente a los problemas que se presentan en la ciudad, crear equipos de trabajo con funciones específicas. Un ejemplo muy paradigmático son las patrullas antigrafitis. Un grupo especializado que alumbró el nuevo contrato de Servicio Público de Limpieza Urgente (Selur) el pasado septiembre para borrar del municipio el rastro de las pintadas vandálicas.
En total, 55 operarios, organizados en 12 equipos, que se dedican a retirar las pintadas de avisos ciudadanos en un plazo de 7 días y un tiempo inferior de 3 horas en caso de ser grafitis de carácter alusivo. Van ataviados con trajes que parecen salir de un laboratorio y emplean productos de limpieza eficaces sobre superficies metálicas, metacrilatos y de plástico que hasta ahora no se cubrían por parte de los servicios municipales.
Otro caso: en los últimos años, la fiebre de las compras por Internet había incrementado considerablemente la actividad de los vehículos de mercancías en Madrid, lo que ha dificultado casi en la misma proporción la probabilidad de encontrar aparcamiento en zonas de cargas y descarga. De hecho, según los cálculos consistoriales, una de cada dos veces la furgoneta de reparto no encuentra hueco. Pues bien, el Ayuntamiento de Madrid ha creado un "equipo de atención a las incidencias y control para el buen funcionamiento de estas reservas", como parte de la Estrategia de Distribución Urbana de Mercancías (DUM) Madrid 360.
Medio de centenar de agentes nutrirán la plantilla del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), aunque lucirán un informe propio y contarán con funciones específicas, entre las que se incluye atender cualquier tipo de incidencia que puedan padecer los usuarios, desplazándose a lomos de una moto para asegurar una actuación más inmediata.
En materia de seguridad, no se han creado cuerpos ad hoc, si bien en los últimos meses se han incorporado 100 nuevos agentes tutores a la policía municipal y se ha instruido a los ya existentes en la problemática de las bandas juveniles. El abordaje de este fenómeno no es competencia estrictamente municipal, pero desde el área de Seguridad confirman a 20minutos que seguirán reforzando en ello a sus plantillas durante el próximo año. "Los tutores actúan en los entornos escolares, dan charlas y patrullan los parques", desgranan sus funciones desde el departamento que lidera Inmaculada Sanz.
En este campo, ya existía un colectivo con funciones específicas antes de que el Ejecutivo bicéfalo, de PP y Cs, ocupara el Palacio de la Cibeles. Son los 'hermanos mayores', más de 150 agentes que desde 2002 tratan de disuadir a los menores del consumo de alcohol y drogas. Como cualquier otro municipal, acuden a los botellones y multan a quien incumpla la ley. Pero, en su caso, el trabajo es doble: pues cuando detectan a menores de borrachera deben ponerse en contacto con sus padres. O triple. Porque Almeida les encomendó en 2021 la función de trasladar cada caso a la Fiscalía de Menores, procedimiento que antes solo se hacía en casuísticas muy puntuales.
Para ahorrar a los jóvenes del mal trago que supone que un uniformado les lleva hasta su felpudo, suelen vestir de paisano. Y conducen vehículos camuflados, sin rotular. Su sueldo no es mayor al de otro policía y deben haber superado ciertos cursos de formación, gozar de habilidades sociales y tener sensibilidad hacia los chavales.
También en el ecuatorial de la legislatura, surgieron los supervisores de patinetes. Hasta entonces solo los agentes de Movilidad podían proponer sanciones a los conductores que no cumplieran las normas de circulación y aparcamiento. Algo que no estaba resultando efectivo. Los vehículos eléctricos habían desembarcado recientemente en la ciudad, convirtiéndola en una verdadera carrera de obstáculos. Entonces, el Gobierno permitió a los controladores del SER sancionar estos malos hábitos con multas de hasta 200 euros. ¿El resultado? Entre 2021 y 2022 se pusieron 194.162 multas a patinetes por aparcamiento indebido en la capital.
De cara a 2023, siguiendo con la micromovilidad, el Consistorio aumentará la plantilla de BiciMad para compensar la ampliación de miles de bicicletas y bases que regará los 21 distritos de la capital el próximo año. Cerca de 43 operarios se incluirán al personal de mantenimiento -en total, 204 personas- a lo largo del primer trimestre de 2023.
Engorda esta lista, desde mediados de 2021, el equipo con cerca de un centenar de efectivos que patrulla la ciudad en busca de coches que emitan humos excesivos. Forman parte del Cuerpo de Agentes de Movilidad y deambulan por la capital interceptando vehículos que exceden los niveles de emisión de gases tóxicos, obligándoles en tal caso a pasar la ITV en un plazo de tiempo determinado. Si el suso dicho no acude a la cita, el taller se pondrá en contacto con el Ayuntamiento para que este interponga una sanción que va desde los 750 si es una multa leve, hasta los 3.000 el castigo más grave.
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