Los científicos alertan por las aguas residuales en las costas de España: "Es el mayor problema que tenemos... y el Mar Menor es un reflejo"

El Mar Menor ha sufrido en los últimos años varios episodios de falta de oxígeno, lo que se conoce como anoxia. Esto ha generado un debate nacional e internacional sobre cuáles son los motivos de su degradación y contaminación. Informes realizados por diferentes organismos científicos certifican que el fósforo que contienen las aguas residuales es el principal limitante de la aparición de vegetales marinos.

"Son el mayor problema que tenemos en España y el Mar Menor es un reflejo de ello", explicó Jesús Cisneros, doctor en Oceanografía Física y profesor en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a 20minutos tras la presentación del análisis Manifiesto por el Mar Menor durante las unas jornadas científicas internacionales organizadas por la entidad estadounidense Alianza para las Tecnologías Costeras (ACT). 

El fósforo es el causante de la llamada "sopa verde" o fitoplancton y del crecimiento de ovas, unas algas que provocan la muerte de peces en la laguna. Este problema lleva afectando a la laguna desde los primeros asentamientos humanos. "La contribución real se desconoce exactamente, pero sí que es significativa", reconoció Mario Tamburri, profesor en la Universidad de Maryland y director de la ACT.

Problemas a corto y largo plazo

Las aguas residuales provocan muchos efectos en la laguna. El principal son los nutrientes que contaminan el lugar. "Alteran los procesos biológicos normales", explica Tamburri. Pero hay otros residuos que provocan polución. Es el caso de los fármacos, como los antibióticos, o los plásticos. Las aguas residuales también aportan un montón de toxinas y patógenos. "No son un problema solamente ambiental, también son de salud pública", recordó Cisneros durante unas jornadas científicas internacionales organizadas por la ACT.

Las aguas sin depurar también proporcionan nitrógeno tanto en forma de nitratos como en forma de amonio. Este último favorece el crecimiento de los blooms o proliferaciones de algas, que acaban muriendo por las bajas concentraciones de oxígeno. Además, mata a las poblaciones piscícolas, según Tamburri. "Se produce un efecto cascada de gran envergadura sobre muchos procesos biológicos", aclara el científico estadounidense.

A largo plazo, las consecuencias son mucho peores. Con el tiempo, se pueden extinguir "especies enteras de peces o plantas marinas" porque "no pueden tolerar las condiciones" de la laguna, reconoce Tamburri.

Existen otros factores que afectan al Mar Menor y acrecientan las consecuencias que sufren sus aguas: los vertidos de la producción agrícola y las granjas de animales, la minería, la construcción sin control, la modificación de la costa, la basura, los residuos, los plásticos, el exceso de luz, el ruido... "Es necesario empezar a trabajar sobre ello y hay que tomar decisiones ya", asegura Cisneros.

Un fósforo muy soluble

Las aguas residuales afectan en otros muchos lugares de España. Sin embargo, en esos sitios no producen el mismo efecto que en el Mar Menor, por eso no han llamado la atención. "Es un sitio pequeño, con baja profundidad y muchos turistas, por eso todo el mundo está viendo continuamente lo que pasa ahí", reconoce Cisneros.

Los problemas del Mar Menor vienen de años atrás. Comenzaron a surgir con los primeros asentamientos humanos en la zona. "El problema siempre ha estado presente, pero ahora se ha acrecentado", explica el científico español. 

En 2015 se produjo el cambio de respuesta en la laguna y se empezó a visualizar la "sopa verde" y los episodios de muerte de peces. Ese año se cambió el tipo de fósforo que venía en los jabones. Antes de ello, el fósforo era poco soluble y se iba al fondo. "Producía un enorme césped verde brillante con el que todo el mundo estaba contento", comenta Cisneros. Con la modificación de la legislación, se pasó a un fósforo muy soluble que permanece en la columna de agua. "Ahora está disuelto por todo el agua y ha dado lugar a los blooms de fitoplancton que antes no se daba", añade.

Es difícil señalar a algún responsable de que estos vertidos acaben en las aguas del Mar Menor. "Un trabajo conjunto entre todos los agentes implicados de la comunidad para entender más cabalmente los problemas y encontrar una solución acertada es lo más importante", reconoce Tamburri.

Falta de nuevas tecnologías

Tamburri y Cisneros han elaborado el Manifiesto por el Mar Menor, un estudio científico en el que plasman un análisis realizado en las aguas de la laguna y las posibles actuaciones que deberían llevarse a cabo lo antes posible.

La solución principal es crear una nueva tecnología dirigida a los cultivos, a los residuos de los ganaderos y a las aguas residuales. También destacan la monitorización. "Saber lo que pasa dentro de la laguna pasa por tener los correctos sensores y análisis que hasta ahora no se está haciendo", explica Cisneros.

Otra propuesta que hacen es cambiar la gestión de aguas residuales hacia sistemas eficientes de depuración con organización descentralizada de las depuradoras y un sistema de monitorización en continuo de aliviaderos, depuradoras y sistema de alcantarillado. Esto ya se utilizan en otros lugares del mundo, como Venecia, donde está teniendo un claro éxito.