Rebeca Marín Periodista y escritora
OPINIÓN

A los hechos, pechos

El Palacio de las Alhajas acoge la exposición 'Hijas del Nilo'
El Palacio de las Alhajas acoge la exposición 'Hijas del Nilo'
Europa Press
El Palacio de las Alhajas acoge la exposición 'Hijas del Nilo'

Esta semana hemos sabido que los talibán han prohibido también a las mujeres acceder a los parques de Kabul, no vaya a ser que se crucen con un hombre. La misma semana que más artistas se niegan a actuar en el Mundial de Qatar por un régimen que no respeta los derechos humanos, y la misma que he visitado la exposición Hijas del Nilo sobre el papel de la mujer en el antiguo Egipto.

Resulta que, en esa remota época, las mujeres tenían propiedades, estaban al frente de la casa y no solo para limpiar, desempeñaban importantes funciones en la administración y en oficios de prestigio, como la medicina; por cierto, una profesión hoy menos prestigiosa, y si no, pregunten a miles de médicos en Madrid. Podían testificar en un juicio, heredar, acusar a su marido ante un tribunal si había maltrato e incluso divorciarse, aunque entonces, nadie se casaba. Sí, y todo esto ocurría hace 5.000 años.

No existía el término reina, pero sí Gran Esposa Real, no todo iba a ser jauja, y conocemos a mujeres como Cleopatra o Nefertari por el papel tan relevante que ejercieron. Un tiempo en el que la religión también lo cubría todo, pero existían sacerdotisas y diosas. Es precisamente la imagen de la diosa Isis con su hijo sobre las rodillas, en la que se han basado otras religiones para representar a sus vírgenes, pero claro, estas religiones, como el cristianismo o el islamismo, solo copiaron la imagen, se les olvidó copiar también lo del papel de la mujer.

De aquel Egipto al de hoy, con cumbre climática incluida, ha llovido mucho, o no tanto, por eso estamos así. De aquellos polvos, estos lodos y cualquier tiempo pasado fue mejor. No soy de frases hechas, pero sí de hechos y a los hechos, pechos.

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